El drama intenso y conmovedor en Netflix con Mario Casas como director
Lo más valioso de este drama de Mario Casas es la valentía de apostar por una historia que no maquilla la realidad.

Una película conmovedora.
Mario Casas dirige por primera vez un drama y está en Netflix. Una película que emociona y golpea con la fuerza de lo real. Su ópera prima se titula Mi soledad tiene alas y presenta un relato donde la amistad, la rabia y la esperanza se cruzan en un barrio humilde de Barcelona, mostrando cicatrices que no se borran con facilidad.
El drama de Mario Casas
La historia sigue a Dan, un joven artista callejero que sobrevive robando joyerías, acompañado por sus amigos Vio y Reno. Su vida se complica cuando regresa su padre, recién salido de prisión, despertando viejas heridas. Desde ahí, la tensión se apodera de cada escena, atrapando al espectador en un torbellino de emociones intensas y contradictorias.
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El retrato de la juventud que ofrece Mario Casas es crudo y cercano. Los personajes están llenos de matices: son jóvenes que sueñan con libertad, pero chocan contra un entorno que no les da salida. El dolor y la rabia se sienten palpables en el rostro de Óscar Casas, quien transmite con naturalidad la desesperación de una generación sin oportunidades.
Más allá de la trama, el drama también brilla por su fotografía. Captura rincones urbanos con una mirada casi poética. Cada plano parece un cuadro que refleja tanto la dureza de la vida en el barrio como la posibilidad de hallar ternura en medio de la soledad.