El abono que funciona como "oro blanco" para las plantas
Las cáscaras de huevo se transforman en un abono natural ideal para nutrir las plantas y mantener la tierra saludable.
El llamado “oro blanco” también ayuda a prevenir plagas como caracoles y babosas en plantas. Foto: Archivo
En tiempos donde cada vez más personas buscan alternativas naturales para cuidar sus plantas, un ingrediente casero se ha ganado el título de “oro blanco”: las cáscaras de huevo. Lo que muchos consideran un simple desecho de cocina, en realidad es un fertilizante rico en nutrientes que puede transformar la salud de tu jardín o macetas.
¿Por qué se lo llama “oro blanco”?
Las cáscaras de huevo son blancas y, al mismo tiempo, un insumo valioso para la tierra. Contienen calcio, fósforo y magnesio, minerales esenciales para el crecimiento de las plantas. Usarlo como abono ayuda a fortalecer las raíces, mejorar la estructura del suelo y prevenir problemas como el amarilleo de las hojas.
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Además, su uso es gratuito, sostenible y eficaz, lo que las convierte en un aliado perfecto para quienes buscan soluciones simples y ecológicas.
Convertidas en polvo, funcionan como un abono casero que fortalece raíces y mejora el suelo. Foto: Archivo
Cómo preparar el abono en casa
- Reuní las cáscaras de huevo que normalmente tirarías.
- Laválas y dejalas secar para evitar restos de olor o bacterias.
- Triturálas o molélas hasta obtener un polvo fino.
- Espolvoreá el polvo sobre la tierra de tus plantas o mezclalo con el sustrato.
- También podés colocar las cáscaras enteras, ligeramente rotas, en el fondo de las macetas para mejorar el drenaje y aportar nutrientes de manera lenta y constante.
Beneficios principales
- Fortalece las raíces y mejora la absorción de nutrientes.
- Enriquece el suelo con calcio y minerales.
- Protege contra plagas como caracoles y babosas, gracias a su textura cortante.
- Favorece la retención de humedad, clave en climas secos.


