Árbol de jade: el truco casero para lograr hojas rojizas y doradas esta primavera
Con un ajuste estratégico en la exposición solar y un manejo inteligente del riego, es posible que tu árbol de jade abandone su tono para lucir hermoso.
Si hay una planta que se ha ganado el corazón de todos en este 2025 es, sin dudas, el árbol de jade. No solo es la estrella de cualquier salón por su elegancia, sino que su fama de "invencible" la hace ideal para quienes no tienen mucho tiempo. Verla siempre del mismo color verde puede volverse un poco aburrido.
Lo que muchos entusiastas de la jardinería están descubriendo ahora es que esta suculenta tiene un "as bajo la manga" y puede transformar sus hojas en una joya de color bronce.
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Este cambio no es producto del azar ni de un fertilizante mágico. Se trata de un proceso natural que ocurre cuando la planta reacciona a su entorno. En el mundo de las suculentas, el color es una forma de comunicación. Si logramos entender qué necesita el jade para "cambiar de piel", podemos convertir una planta común en una pieza de decoración exótica que se robe todas las miradas, especialmente ahora que la primavera está en pleno auge.
El despertar de la primavera y el estrés positivo
La primavera es el momento de gloria para el árbol de jade. Es cuando la planta se despereza después del invierno y empieza a crecer con fuerza. Es también la oportunidad perfecta para aplicar lo que los expertos llaman "estrés controlado". Aunque la palabra suene un poco fuerte, no significa que vayas a lastimar a tu planta. Al contrario, es invitarla a que saque sus mejores defensas naturales, que se traducen en esos pigmentos rojizos y bronces tan buscados.
Durante estos meses, la planta está mucho más receptiva. Además de buscar el cambio de color, es la época ideal para animarse al trasplante, renovar la tierra o incluso podarla para darle esa forma de pequeño arbolito que tanto nos gusta. Si aprovechamos esta energía de crecimiento, el jade responderá mucho más rápido a cualquier cambio que hagamos en su rutina de cuidados.
Sol y frío: la receta para que la planta tenga el bronceado perfecto
El secreto principal para lograr ese tono metálico es la luz solar, pero con un método gradual. El jade necesita "broncearse" igual que nosotros: si lo sacás al sol fuerte de golpe, se va a quemar. La clave es empezar con una hora de sol directo por la mañana y subir la dosis día tras día. Lo ideal es que reciba entre cinco y seis horas de luz, preferentemente antes del mediodía. Es esa intensidad lumínica la que activa el cambio de color en los bordes de las hojas.
Otro factor que pocos aprovechan es el contraste de temperatura. La primavera tiene mañanas cálidas y noches que todavía conservan algo de fresco. Si el clima de tu zona lo permite, sacá tu planta afuera durante la noche.
Finalmente, el último toque maestro tiene que ver con la regadera. Para que el árbol de jade cambie su pigmentación, no debe estar "demasiado cómodo". Si la tierra está siempre húmeda, la planta se relajará y mantendrá su verde tradicional. El truco es dejar que el sustrato se seque por completo y esperar un par de días extra antes de volver a regar.


