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Tendencias 2026: Inteligencia Artificial + Inteligencia Emocional, la dupla que transformará el trabajo

La Inteligencia Artificial, combinada con la inteligencia emocional, redefinirá roles, liderazgos y productividad en 2026, con impacto en carreras y empresas.

El trabajo del futuro no será solo con máquinas inteligentes, sino con personas emocionalmente inteligentes.

El trabajo del futuro no será solo con máquinas inteligentes, sino con personas emocionalmente inteligentes.

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Durante años hablamos del futuro del trabajo como si fuera algo lejano. Pero el futuro ya llegó, y tiene dos protagonistas no tan inesperados, pero resistidos: la Inteligencia Artificial (IA) y la Inteligencia Emocional (IE). Una avanza con algoritmos; la otra, con conciencia. Juntas, están rediseñando la forma en que aprendemos, lideramos y nos relacionamos en las organizaciones.

Según el Informe Future of Jobs 2025 del Foro Económico Mundial, el 44% de las habilidades laborales cambiarán en los próximos cinco años. La automatización ganará terreno en tareas repetitivas, pero las habilidades humanas, como la empatía, la adaptabilidad y la autogestión emocional, serán las más demandadas. En un mundo cada vez más digital, ser humanos se volvió la ventaja competitiva.

Las empresas están comenzando a comprender que no basta con adoptar herramientas de IA: hay que acompañar el cambio cultural que implica. Los equipos necesitan aprender a convivir emocionalmente con la tecnología, no solo a usarla. El desafío no es reemplazar lo humano, sino potenciarlo.

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El nuevo liderazgo no se mide por cuántos procesos automatiza, sino por cuánto bienestar genera. La seguridad psicológica, la comunicación empática y la capacidad de regular emociones en contextos de incertidumbre se están convirtiendo en indicadores de desempeño. Los líderes que aprenden a integrar la IE en sus decisiones logran equipos más flexibles, colaborativos y resilientes.

El auge de la Inteligencia Artificial está impulsando un reskilling acelerado.

Pero el aprendizaje técnico sin gestión emocional se agota rápido. La empleabilidad del futuro será emocional: saber aprender, desaprender y mantener la mente abierta frente al cambio. Las organizaciones que inviertan en desarrollo humano, más allá de la capacitación técnica, serán las que logren sostener el talento.

El bienestar, antes tratado como un beneficio, hoy es una estrategia de sostenibilidad humana. Las nuevas generaciones ya no eligen solo por salario, sino por propósito, cultura y calidad de vida. En tiempos de sobrecarga informativa, ansiedad digital y automatización, entrenar la inteligencia emocional no es opcional: es un acto de supervivencia profesional.

Pero también emerge una conversación ética: ¿qué decisiones dejamos en manos de la tecnología y cuáles seguimos tomando desde la conciencia humana? La IA puede ayudarnos a predecir comportamientos, pero no puede reemplazar la sensibilidad que implica liderar personas. Por eso, el futuro del trabajo requerirá organizaciones más reflexivas, que combinen la precisión de los datos con la sabiduría emocional de sus líderes. Solo así la innovación será verdaderamente humana.

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El nuevo liderazgo no se mide por cuántos procesos automatiza, sino por cuánto bienestar genera.

El nuevo liderazgo no se mide por cuántos procesos automatiza, sino por cuánto bienestar genera.

El trabajo del futuro no será solo con máquinas inteligentes

Sino con personas emocionalmente inteligentes. Y ese es, quizás, el mayor cambio de paradigma: entender que la tecnología puede hacernos más eficientes, pero solo la empatía puede hacernos mejores. El futuro no se trata de elegir entre la IA o la IE, se trata de aprender a sentir con inteligencia y pensar con humanidad.

* Verónica Dobronich, fundadora de Hub de Emociones, lidera este espacio con la convicción de que el bienestar emocional es clave para la vida y el trabajo.