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Síndrome de burnout: qué es y cómo evitar el agotamiento mental de fin de año

Sensación de agotamiento o falta de energía, distanciamiento mental del trabajo o sentimientos negativos son los principales síntomas del síndrome de burnout.

El burnout genera sufrimiento y deterioro de la salud y los vínculos.

El burnout genera sufrimiento y deterioro de la salud y los vínculos.

Archivo MDZ

Con la llegada de fin de año los síntomas del burnout aumentan ya que para la mayoría es un momento de balance y autoevaluación. Sin embargo, ese ejercicio puede transformarse en una fuente de estrés cuando se combina con la exigencia de rendir al máximo.

A las mujeres en el lugar de trabajo a menudo se les pide que realicen "tareas domésticas" en la oficina Foto: GETTY IMAGES
El burnout se caracteriza por el agotamiento y estrés laboral crónico.

El burnout se caracteriza por el agotamiento y estrés laboral crónico.

¿Qué es el burnout?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el síndrome de burnout se conceptualiza como resultado del estrés laboral crónico que no se ha gestionado adecuadamente. El mismo se caracteriza por tres dimensiones: una es la sensación de agotamiento o falta de energía, seguido de mayor distanciamiento mental del trabajo, sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo; y por último la eficacia profesional reducida.

El término burnout se refiere específicamente a fenómenos que ocurren en el ámbito laboral y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida. Las metas no alcanzadas o los desafíos pendientes suelen dar paso a la frustración y a la autocrítica, generando un estado de tensión que impacta en el bienestar emocional y físico.

“El motor del burnout es la desarmonía sistémica es decir que se da cuando hay una disparidad entre las exigencias que se le pide al trabajador y los recursos que se les brinda para que cumpla su labor. Las causas principales son la sobrecarga, la exigencia de tiempo y esfuerzo superior a la capacidad. La falta de Control, la nula influencia sobre el propio proceso de trabajo. La recompensa insuficiente, este sentimiento de que el esfuerzo no es valorado ni reconocido”, explica el licenciado en Psicología Leandro Spigarolo.

“Los síntomas se presentan principalmente en tres niveles: a nivel emocional (irritabilidad, apatía), físico (trastornos del sueño, inmunidad baja) y conductual (aislamiento). El síntoma central es la sensación de vacío energético para enfrentar las tareas. Desde afuera se puede ver como un desánimo y cansancio permanente, distracción y falta de empatía con el entorno”, agrega.

¿Quiénes son las personas más afectadas?

“Si bien el burnout puede afectar a cualquier trabajador en un entorno tóxico, se observan patrones de mayor riesgo en ciertas poblaciones profesionales. Las personas más afectadas son aquellas con alta implicación emocional y ética en su rol, especialmente en profesiones de ayuda o servicio”, dice Spigarolo.

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Los profesionales de la salud y educación como psicólogos, médicos, enfermeros y docentes son los más afectados.

Los profesionales de la salud y educación como psicólogos, médicos, enfermeros y docentes son los más afectados.

“Por ejemplo profesionales de la salud y educación como psicólogos, médicos, enfermeros y docentes. Ya que su trabajo implica una constante gestión de la angustia, el dolor o la necesidad del otro. El riesgo aumenta si tienen una baja capacidad para disociar el sufrimiento ajeno del propio. Los rasgos que potencian el riesgo son el perfeccionismo rígido (exigencia de resultados inalcanzables) y la baja asertividad, que impide establecer límites claros contra la demanda externa”, añade.

¿Cuál es el enfoque terapéutico recomendado?

Entre las recomendaciones que el licenciado brinda, resalta: “Recomiendo un abordaje integrador. Fundamentalmente, la terapia narrativa para externalizar el burnout y permitir al sujeto reescribir su relato profesional bajo nuevas fronteras. Esto se complementa con técnicas de regulación emocional y reestructuración cognitiva para modificar los patrones de autoexigencia”.

Asimismo, habla sobre el periodo de recuperación. “Es variable. La mitigación sintomática aguda puede verse en semanas si se implementan límites ambientales inmediatos. Sin embargo, la reestructuración profunda de patrones de rol y la consolidación de la sostenibilidad laboral puede requerir entre 6 meses y un año, dependiendo de la capacidad del entorno laboral para cambiar”, señala.

Recomendaciones y estrategias

En cuanto a las pautas esenciales que la ciudadanía o las instituciones deberían considerar para un accionar efectivo, el profesional dio algunas recomendaciones. “La acción inmediata debe ser la implementación de límites innegociables. Sugiero establecer una Hora de Cierre estricta para el trabajo, por ejemplo, no revisar correos después de las 20. Al igual que practicar la externalización activa, cada vez que sienta el agotamiento, identificarlo como ´El burnout interfiriendo´ en lugar de ´Yo estoy agotado´. Siempre es sano cortar con la jornada laboral y hacer alguna actividad deportiva o recreativa como caminatas o juntadas con amigos además de ejercicios de relajación”, cierra.