Se le perdió el perro y vivió un calvario de intentos de estafas y robos
El domingo, un perro se extravió en Chacras de Coria. Álvaro inició la búsqueda y despertó una ola de intentos de robos y estafas. Historia con final feliz.
Álvaro y su perro Hugo.
Álvaro VilchesUn joven de Chacras de Coria perdió a su perro el domingo 25 de Mayo. Cerca de las 10, Hugo, un pastor caucásico marrón claro de gran tamaño se escapó de su casa. Álvaro se dio cuenta casi al instante y salió a buscarlo por las calles de Luján de Cuyo pero no lo encontró.
Intentó rastrearlo por las cámaras de seguridad y la última localización era muy cerca de su casa en Viamonte y Pueyrredón. Con su familia y amigos se organizaron para iniciar la búsqueda. Publicaron fotos en las redes sociales, caminaron por el barrio entregando fotos de Hugo y salieron en auto para abarcar un perímetro mayor.
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El teléfono de Álvaro empezó a sonar casi desde el minuto uno. “Vimos a tu perro acá”, “Estaba caminando por tal calle”, “Lo tenemos acá, activá la cámara y hacemos videollamada”, “Transferir plata a esta cuenta y te paso info de tu perro”, fueron algunos de los mensajes que escuchó Álvaro durante cuatro días.
“Nunca les dije en qué auto iba y cuando llegaba al lugar había dos personas sospechosas o motos. En un momento nos encerraron. Era para robarnos, no tenían a Hugo. Fueron un montón de llamadas”, contó a MDZ, Álvaro.
“Te piden que pases plata a un alias, que hagas viodeollamada y todo eso es para robarte los datos biométricos”, agregó el joven hizo un fuerte descargo en las redes sociales por los intentos de estafas y robos.
Un perro especial
Hugo es un pastor caucásico. En Mendoza solo hay tres perros de esta raza y todos pertenecen a la familia de Álvaro.
“Los trajimos de Córdoba porque tenemos un campo allá y cuando una perra tuvo cría repartimos los cachorros”, recordó el lujanino.
Hugo tiene un año, el tamaño de un San Bernardo -pesa unos 75 kilos- y el pelaje color marrón claro. Es juguetón y conoce Chacras de Coria como la palma de su mano porque sale todos los días a caminar con su dueño que lo lleva atado con un collar verde. Es tan grande que come casi un kilo de alimento por día.
Historia con final feliz
Después de cuatro días de búsqueda incansable, Hugo apareció. Estaba atado en una casa abandonada en la calle Viamonte.
Álvaro sospechó desde el primer momento que alguien había robado su perro porque es tan grande y fácil de identificar que si estaba perdido alguien lo iba a reconocer.
“Nos avisaron que habían visto a unas personas entrar a la casa con el perro. Fuimos, yo me metí y ahí estaba Hugo atado”, cerró feliz Álvaro.