Roboterapia: el innovador tratamiento para mejorar la calidad de vida en personas con Alzheimer
Especialistas destacan que la roboterapia estimula la mente, regula emociones y mejora la motricidad en personas con Alzheimer mediante mascotas robot.
Las mascotas robot y la roboterapia son un paso hacia adelante para el tratamiento de personas con Alzheimer.
El uso de mascotas robot como terapia no farmacológica está ganando terreno en la atención de personas con Alzheimer. Profesionales aseguran que la roboterapia ayuda a reducir emociones negativas, estimular la comunicación y mejorar la motricidad, ofreciendo una alternativa innovadora que combina tecnología, empatía y bienestar emocional para adultos mayores.
El empleo de la llamada roboterapia, basada en la interacción con mascotas robot, se incorpora progresivamente en instituciones geriátricas de la Argentina. Esta técnica busca estimular la mente y las emociones de personas mayores con deterioro cognitivo, permitiendo un abordaje terapéutico sin fármacos y libre de los riesgos que conlleva el contacto con animales reales.
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Los robots están diseñados para reaccionar al tacto y emitir sonidos o movimientos suaves, simulando el comportamiento de un animal. Este tipo de interacción ha demostrado reducir la ansiedad, la ira y el estrés, además de favorecer la comunicación interpersonal y la coordinación motriz en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Un vínculo emocional que estimula y calma
“Son robots que reaccionan al tacto, emiten sonidos y se mueven con el objetivo de estimular los sentidos y la percepción de los pacientes de un modo amable y empático”, explicó Mara Maslavski, terapeuta ocupacional y docente de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Según la especialista, el beneficio más destacado es que “pueden activar recuerdos, promover emociones positivas, reducir la sensación de soledad y estimular la deambulación”. De este modo, la roboterapia contribuye a mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional de los adultos mayores institucionalizados.
Evidencia y resultados clínicos en Argentina
Desde la unidad de investigación de Manantial Grupo Humano, su director Fernando Shalom señaló que la roboterapia “contribuye a la regulación emocional, aumenta el placer y la alerta, y disminuye la ansiedad, el miedo y la tristeza”. Además, destacó que en varios casos permitió reducir el uso de medicación sedativa en pacientes con Alzheimer o demencias avanzadas.
El profesional detalló que los robots favorecen la conexión con el entorno y la participación en actividades. “El vínculo que se establece es simbólico, pero auténtico para el paciente, porque reconoce al dispositivo como una mascota compañera”, señaló. Esa interacción facilita el lenguaje, la motricidad fina y la expresión emocional, aspectos clave en el tratamiento de las demencias.
Origen y expansión internacional de la roboterapia
El concepto nació en Japón con “Paro”, un robot con forma de foca blanca creado para generar estímulos positivos en personas mayores institucionalizadas. Luego se extendió a Estados Unidos, especialmente durante la pandemia de coronavirus, y posteriormente a España, donde forma parte de programas de estimulación cognitiva en residencias de larga estadía.
En la Argentina, aunque todavía es una práctica incipiente, instituciones como la Residencia Manantial la han integrado dentro de programas terapéuticos evaluados con instrumentos científicos validados. En este contexto, Shalom destacó que los resultados presentados en el XXI Congreso de Geriatría y Gerontología 2025, en Mar del Plata, confirmaron los beneficios observados en la práctica cotidiana.
Reacciones y percepciones diversas
Maslavski explicó que la reacción ante las mascotas robot depende del nivel cognitivo de cada persona. “Algunos reconocen que es un robot interactivo; otros lo interpretan como un animal real”, comentó. En ambos casos, se respeta la interpretación individual y se prioriza el bienestar que produce la interacción, sin imponer una comprensión técnica del dispositivo.
De esta manera, la roboterapia se consolida como una herramienta prometedora dentro del enfoque de terapias no farmacológicas, capaz de combinar tecnología, empatía y ciencia para acompañar a las personas mayores en procesos de deterioro cognitivo.

