Peregrinación a Luján: fue récord la cantidad de personas que caminó para ver a la Patrona de Argentina
Una cifra récord de peregrinos caminó para ver a la Virgen patrona de Argentina y convirtió a la Peregrinación a Luján de este año en una edición histórica.
Cada persona llega a la peregrinación con su propia historia y motivación y todos se unen en los cantos y el objetivo en común de llegar.
Este será un lunes distinto para miles de peregrinos, de todos los puntos del país, que participaron este fin de semana de una edición histórica de la Peregrinación a Luján y llegaron hasta la Basílica para encontrarse con la Virgen y hacer un pedido especial, dar las gracias por las bendiciones recibidas o simplemente compartir un momento.
Algunos habrán tenido su “primer Luján”, otros en cambio tildarán una edición más en la que participaron, pero todos sentirán la emoción de haber vivido esta experiencia increíble, más allá de alguna dolencia ocasional, y podrán encarar la rutina diaria con la fuerza renovada y con una esperanza y una alegría nuevas.
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Una edición histórica de la caminata
Un pueblo unido que camina
“Para Luján, la Peregrinación tiene muchísima importancia. Por lo que representa que, en apenas 48 horas, circulen por la ciudad millones de personas, y por la transformación interna que vive la ciudad y la visibilidad que adquiere a nivel nacional y regional con la peregrinación de jóvenes más grande del mundo”, señala a MDZ el licenciado Leonardo Boto, Intendente de Luján.
“Pero lo esencial es lo espiritual: que un país, una comunidad, con las dificultades y peleas que tenemos, camina a ver a su Madre, se pone en marcha a lo largo de dos días, se une prácticamente como un río de gente desde San Cayetano, en Ciudad de Buenos Aires, hasta Luján. Es la fe fundante, no hay Nación sin fe que la sostenga. Y esa fe se manifiesta en esta peregrinación. Aquí se superan las diferencias sociales y las grandes distancias: es un pueblo que camina hacia su Madre, con sus miedos, con dolores, con esperanzas y con sueños. Un pueblo unido que va al encuentro de su madre, una misma madre que es la Virgen de Luján y eso nos hace hermanos”.
Video: MDZ habló con los peregrinos
Un evento donde todos están invitados
Cada persona llega a la peregrinación con su historia y su motivación propias. Desde fieles que expresan su devoción hasta entusiastas del desafío físico que implica atravesar los más de 60 kilómetros del trayecto desde Liniers a pie, pasando por aquellos que disfrutan del encuentro y la camaradería que se respiran durante la travesía.
La diversidad es uno de los principales encantos de esta tradición que ya lleva 51 ediciones. Junto a la imagen peregrina de la Virgen de Luján que encabeza la procesión, hay familias enteras que participan con niños a upa o en carritos, amigos que caminan en grupos y hasta quienes se animan solos, todo vale y todos se unen a lo largo del camino en los cánticos comunes, el aliento mutuo y el objetivo general de llegar hasta la Virgen.
Peregrinos, organizaciones y Luján preparados
Las semanas previas al evento son de intensa preparación a todo nivel. Los peregrinos se concentran en estar a tono física y mentalmente para el desafío, y las parroquias, escuelas y otras organizaciones montan dispositivos para apoyarlos con colaciones, masajes, baños químicos y todo lo necesario. Cerca de 5.500 voluntarios y 60 puestos de apoyo y sanitarios dieron soporte a los caminantes este año, en un operativo llevado adelante por la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular de Buenos Aires.
La propia ciudad de Luján en tanto se transforma y “abre sus brazos para recibir a los miles de personas que llegan a ver a su Madre”, como explica el Intendente. “Cuando llegan a nuestro territorio, se organiza un gran operativo local: cortes de tránsito, ordenamiento del transporte público (colectivos, trenes, combis y autos), y todo lo necesario para garantizar tanto el ingreso seguro de los peregrinos como su rápida salida para regresar a sus hogares. Además, se establece un amplio dispositivo de salud con puestos de atención, equipos especializados y la presencia de áreas de infancia y discapacidad. La ciudad entera se pone a disposición y buscamos conservar algo muy propio de los lujanenses que es nuestro espíritu hospitalario”.
Dar pasos con los pies y el corazón
“Caminar hacia la Virgen siempre reconforta. En los momentos difíciles, buscar a la Madre nos llena de consuelo: su calidez, su mirada, su abrazo. Y si ese camino lo hacemos en comunidad, mucho mejor, porque compartimos la esperanza y la fe que nos sostiene. Vivimos una profunda crisis económica, laboral y empresarial. Pero, por sobre todo, tenemos una crisis moral, y la respuesta ante ella debe ser profunda, trascendente y espiritual. Caminar hacia Luján encierra algunos de los atributos de esa respuesta: nos reconforta, nos fortalece para seguir adelante y nos ayuda a superar todo lo que nos ha traído hasta este momento”, reflexiona Boto.
“Es impresionante ver cómo llegan millones de personas, observar sus rostros, su ansiedad, su dolor y, a veces, la desesperación con que caminan hacia el Santuario. Todo eso me emociona y conmueve profundamente. Luján es una tierra bendita por la Virgen, y recibir a tanta gente año tras año es realmente conmovedor. Lo vivo con gran emoción, con un sentido profundo y de trascendencia”.
Un dato muy significativo es la manera como nace el lema de la peregrinación, que este año fue “Madre, danos amor para caminar con esperanza”: en cada edición, se toman los cuadernos de intenciones que los fieles fueron dejando a lo largo del año, se leen durante un período de uno o dos meses, y a partir de esos pedidos se construye el mensaje.
Acaso esto da cuenta de que, al arribar a la basílica, la caminata no ha sido solo física, sino también del alma, y que muy probablemente dejará huellas profundas en quienes se aventuraron, una vez más.




