Caso Facundo: tras confirmar el cuerpo, llega la guerra de hipótesis

Este miércoles, la jueza federal Gabriela Marrón le comunicó oficialmente a Cristina, la madre de Facundo Castro (22), que el cuerpo hallado hace unos días en un cangrejal era del chico desaparecido. Tal como publicó la mujer en las redes, para ella es un día triste. A partir de esa certeza, sin embargo, se abre la posibilidad de avanzar sobre bases concretas en una causa que por el momento tiene a varias teorías en pugna. 

Facundo desapareció el 30 de abril. Aquella mañana salió de su casa en Pedro Luro con dirección a Bahía Blanca porque quería ver a una chica. Eran los tiempos de la cuarentena dura. No obstante, el joven agarró la ruta y decidió hacer el trayecto a dedo. 

Aún no se sabe a ciencia cierta qué le pasó. La Policía lo detuvo por circular sin permiso, y hay varias pistas que apuntan a un posible encubrimiento luego de un incidente que quizá terminó mal. Asimismo, algunos defienden la idea de un accidente cuando el joven caminaba por una zona agreste.

Para tener detalles habrá que esperar. El Equipo Argentino de Antropología Forense comunicó que para conocer la causa de muerte de Facundo todavía resta hacer pericias. Y se anticipa que los resultados podrían estar a fin de mes.

Los policías y la casualidad

Está claro que aquel 30 de abril Facundo tuvo problemas con algunos efectivos. Lo demoraron los policías Jana Curuhinca y Mario Sosa a la altura de Mayor Buratovich y más tarde lo interceptó el agente Alberto González, de Teniente Origone. A eso de las 13.30 de ese día, Facundo manda a su madre un enigmático mensaje: “No sabés dónde estoy, no me vas a volver a ver”.

En una de las comisarías sospechadas apareció un amuleto que supuestamente era de Facundo. Se cree que tal vez encerraron al pibe ahí. Varias aristas sostienen esta posibilidad: por ejemplo, la demora que tuvo la bonaerense a la hora de activar la pesquisa, o la tardanza en revisar los celulares de los agentes. Vale recordar que los policías intercambiaron extraños diálogos de Whatsapp y hasta una oficial que figura lateralmente en la historia -Siomara Flores- desinstaló la aplicación.

La otra teoría -el accidente- tiene como uno de sus pilares el testimonio de la "testigo H"; una señora de 72 años que habría llevado a Facundo hasta el cruce de unas vías que se internaban en un terreno de estuarios y cangrejales. Esta declarante jura que el chico decidió descender de su vehículo porque no quería ser detectado otra vez por la Policía, y que por eso se internó a pie en un área inhóspita.

Cerca de ese lugar se encontró el cuerpo de Facundo, el pasado 15 de agosto. Para algunos, el muchacho puede haberse golpeado de alguna forma que no le permitió seguir. Para otros, toda esa versión es una mentira para encubrir la responsabilidad de la Bonaerense. "Es obvio que el cuerpo fue 'plantado'", consideran.

Y otra clave: al cierre de esta nota, integrantes del gabinete científico de la Policía Federal peritaban un patrullero de la Policía de Bahía Blanca que -según los registros de su GPS- el 8 de mayo habría andado fuera de su área habitual, a 800 metros de donde apareció el cadáver. Los detectives están buscando restos, huellas digitales o cabellos que estén relacionados con Facundo. Si los encuentran, la teoría del cuerpo plantado -y, por ende, la responsabilidad policial- estarán casi demostradas.

Salpicados

La querella critica con tremenda dureza al Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y al fiscal federal que está a cargo de la instrucción, Ulpiano Martínez. Ni siquiera la prensa se salvó del embate: los periodistas Pablo Duggan y Germán Sasso han sido muy cuestionados tanto por Cristina Castro como por sus representantes legales, Leandro Aparicio y Luciano Peretto.

Mientras, los policías sospechados siguen libres y el equipo de fiscales se amplió. En un intento de acercar posturas con la querella, a Ulpiano Martínez se le sumaron Horacio Azzolin y Andrés Heim, quienes están vinculados con entidades como la Unidad Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) y la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN). 

Se desconoce hasta dónde salpicará la culpa. Los allegados a Facundo están seguros de que existió un plan de encubrimiento ordenado desde algunas autoridades. El Ministerio Público se ve obligado a tomar esas afirmaciones con pinzas. Y en medio, la necesidad de seguir recolectando pruebas.