Informe especial MDZ

Caso Aliaga: el rol de cada imputado y un posible "plan" que salió mal

La pesquisa que lleva la Justicia Federal por la desaparición del empresario mendocino ocupa más de mil fojas. Estas son las pruebas que derivaron en la prisión preventiva. La opinión del juez, el mecanismo del secuestro, la pista de la combi anaranjada y la incógnita mayor: ¿qué pasó con Aliaga?

Facundo García
Facundo García jueves, 10 de septiembre de 2020 · 16:04 hs
Caso Aliaga: el rol de cada imputado y un posible "plan" que salió mal
Investigación La Justicia Federal cree que en el secuestro participaron al menos cinco personas.
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La Justicia Federal dictó ayer el procesamiento y la prisión preventiva para los cuatro acusados por el presunto secuestro del empresario Diego Alfredo Aliaga (51), quien desapareció el pasado 28 de julio. La decisión del juez Marcelo Garnica se asienta en un cúmulo de indicios que le permiten inferir "con cierto grado de probabilidad" que los imputados tuvieron participación en el crimen.

El caso genera conmoción en Mendoza y está desde hace meses en agenda. Este jueves, Garnica accedió en exclusiva a conversar con el programa Con qué derecho, que sale todos los días por MDZ Radio. Y en la charla se detalló punto por punto cada dato que consta en la investigación.  

Los detalles son dignos de un thriller. Entre las aristas más inquietantes de la pesquisa que lleva el fiscal Fernando Alcaraz está la presunción de que hay uno o más sospechosos todavía libres. Del expediente se desprende que en el cautiverio de Aliaga participaron más de cuatro personas.

—Eso. Fueron por lo menos cinco— confirmó otra fuente a este diario.  

Los que sí están identificados -y detenidos- son Diego Barrera (50), su pareja Bibiana Sacolle (46) y los hijos de la mujer, Lucas (26) y Gastón Curi (28). Mientras tanto, y aunque se han hecho allanamientos y rastrillajes, Aliaga no aparece.

Sacolle y Barrera.

Secuestro

El 27 de julio Diego Barrera y su "socio" Diego Aliaga pasaron la jornada juntos. Al día siguiente -el 28- quedaron en encontrarse en Bandera de Los Andes 9846 (Rodeo de la Cruz, Guaymallén), donde habían planeado montar una clínica para personas discapacitadas.

La combi anaranjada es una de las claves: ahí habrían metido a Aliaga

Pero desde temprano pasaban cosas en ese enorme predio. A las 7 llegó Barrera. A las 8:22, las cámaras tomaron a dos sujetos que se arrimaron a la vereda, revisaron los alrededores y regresaron adentro. Llegaron más vehículos. Y entre las 8:36 y las 8:42, ingresó una combi Mercedes Benz Sprinter de color anaranjado con rayas blancas que será una clave de la causa.

Aliaga se presentó en la cita a eso de las 9.50. Entró, pero nunca se lo vio salir. Lo que sí salió es la combi anaranjada donde -según la hipótesis de la fiscalía- puede haber estado Aliaga, ya cautivo de sus secuestradores.

Las cámaras de seguridad analizadas sugieren que ese vehículo atravesó Guaymallén y se metió en la Cuarta por la Rotonda del Avión, ocultándose en un garaje ubicado sobre calle Jujuy al 840 (Cuarta Sección, Ciudad). Es el espacio donde se guardaban los rodados de la empresa "Solcito", que es administrada por los imputados.

Es probable que Aliaga haya permanecido encerrado allí algún tiempo. De ahí en adelante, su rastro se torna todavía más difuso.

Sea como fuere, el 30 de julio a las 12.56, mientras Gonzalo -el hermano de Aliaga- estaba haciendo la denuncia por la desaparición, alguien se comunicó con él por teléfono y con "una voz que parecía fingida" le exigió un millón de dólares a cambio de la liberación del empresario.

Uno por uno

Este es, según la investigación, el rol que habría cumplido cada uno de los imputados en el secuestro.

Diego Barrera: era el contacto directo con Aliaga, con quien hacía negocios, aunque se cree que no tenía la misma capacidad económica. Hay potentes indicios de que fue una de las últimas personas en estar con el empresario. Es más, el mismo día de su presunto secuestro, a las 18.59, Barrera se dirigió a la casa que Aliaga tenía en Palmares (Godoy Cruz) y se coló en ese complejo privado utilizando la tarjeta de un vecino. Para colmo, iba en una camioneta Jeep Ranger que posiblemente era propiedad de la víctima.

¿Por qué Barrera no volvió a llamar a Aliaga?

Otros elementos lo complican. Siete minutos después del ingreso de Barrera en la casa de Aliaga, se interrumpió el sistema de cámaras de seguridad instalado en la vivienda, de una forma que el propio mecanismo identifica como "irregular". No hay, pues, registro de lo que Barrera hizo ahí.

Él dice que fue a dejarle una Coca Cola y cigarrillos a su "socio" y luego se fue. Pero a la mañana del otro día, la señora que hace tareas domésticas en el lugar notó que había papeles revueltos sobre uno de los sillones. La sospecha es que el hombre se llevó documentos.

Por otra parte, a los detectives les llamó la atención que la comunicación entre Barrera y Aliaga -que era permanente- se interrumpiera a partir del 28 de julio. ¿Por qué no quiso volver a hablar con él?

"Si no hacés lo que te digo, voy a quedar como un boludo"

Y un dato más: según confesó uno de los testigos, cuando la Justicia ya había tomado cartas en el asunto Barrera lo llamó para darle instrucciones sobre lo que tenía que declarar ante la fiscalía. "Si no hacés lo que te digo, voy a quedar como un boludo", le advirtió el imputado. 

Bibiana Sacolle: figura como dueña de varios vehículos que se usaron en toda la secuencia y es inquilina del garaje en calle Jujuy. El día del incidente, aquel 28 de julio, llamó 13 veces a su hijo Gastón, dos veces a Barrera y una vez a su otro hijo, Lucas. 

Por la tarde de ese día, las cámaras sugieren que fue al mencionado garaje, donde -se conjetura- puede haber estado cautivo Aliaga. Y siempre mantuvo contacto con el resto de los imputados.  

Gastón Curi: el auto en el que frecuentemente se manejaba está en el predio de Rodeo de la Cruz el día del secuestro. Se trata de un Chevrolet Celta rojo que ingresa a las 10:32. Justo diez minutos antes de que salga la misteriosa combi anaranjada que quizá transportaba a Aliaga en cautiverio.

Asimismo, los pesquisas creen que fue Gastón la persona que visitó un negocio de la calle Roca (Las Heras) y compró el celular desde el que dos días más tarde se hizo la llamada extorsiva. Al menos la descripción que dieron los vendedores coincide con la apariencia física del joven. 

Se cree que usaron el teléfono de Aliaga para "tranquilizar" a sus contactos por Whatsapp

Pero hay otra cosa. De acuerdo con el análisis de las antenas, el teléfono de Aliaga parece haber estado muy cerca del de Gastón desde el instante de su desaparición y hasta las 7:11 del día siguiente. "Una posible inferencia es que se llevó su celular", ilustra uno de los investigadores.

Es verosímil afirmar, por ende, que usaron el teléfono de Aliaga para distraer a sus contactos, respondiendo algunos mensajes de Whatsapp como si la víctima estuviera bien. Las respuestas eran más o menos así: "qué pasó, Carlos. Ahora no puedo hablar", etc. 

Encima, Gastón se contactó con un técnico en alarmas para preguntarle cómo podía hacer para desactivar el sensor de movimiento en un cuarto del garaje de calle Jujuy, ya que -dijo- "tenía un perro que iba de un sitio al otro". Ese ser vivo, ¿no sería Aliaga? 

Lucas Curi: se piensa que también estuvo presente en Rodeo de la Cruz el día del presunto secuestro. El VW Golf blanco que siempre utiliza llegó al predio a las 11:27. Hay, por otro lado, indicios de que anduvo por el galpón de la calle Jujuy. Y se contactó con los otros imputados, en lo que da la impresión de haber sido un intercambio fluido

"Le preguntamos por el amigo de su papá y se le pusieron los ojos llorosos"

Respecto a Lucas, es digno de mención el diálogo que tuvo con algunos obreros. Ocurrió cuando ya hacía un tiempo que Aliaga se encontraba desaparecido. Entonces a los laburantes se les ocurrió soltar: "che, esperemos que se aclare este problema del amigo de tu papá...". 

Según los testimonios, ante ese comentario a Lucas se le pusieron los ojos llorosos. "Nos dimos cuenta cuando después hablamos entre nosotros -contaron los obreros-. Nos dijimos: che, pasa algo raro. Es como si él estuviera nervioso".

Sin certezas (todavía)

Hay, por otra parte, pruebas que los complican a todos, como los restos de sangre que el luminol habría revelado en varios vehículos, o la marca que hizo la perra Ipa -entrenada para detectar restos humanos- en la famosa combi anaranjada y en un Renault Fluence.

Sin embargo nunca está de más insistir que, en esta etapa del proceso, se trabaja con niveles de probabilidad y no con certezas. Es decir que no hay conclusiones definitivas, por lo que todos los imputados gozan de presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario. Los datos recabados hasta ahora, eso sí, resultan sugerentes

De ser encontrados culpables por el delito de secuestro extorsivo agravado por la participación de 3 o más personas, los imputados enfrentan penas de entre 10 y 25 años de prisión. Y si se demuestra que mataron a Aliaga de manera intencional, arriesgan perpetua.

  • Con qué derecho va todos los días de 13.30 a 14.30 por MDZ Radio. Conducen Jorge Caloiro y Marcos González Landa. Los jueves, el autor de esta nota participa con una columna sobre casos policiales. Para escuchar la entrevista completa al Juez Federal Marcelo Garnica, entrá aquí.
  • ACTUALIZACIÓN: Encontraron un cuerpo en Lavalle y se cree que podría ser el del empresario. Enterate acá.
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