Luján de Cuyo

Entraron a patadas, le robaron y hasta le revisaron la heladera

Ocurrió anoche en Vistalba. Una mujer se encontraba con su hijo cuando dos delincuentes ingresaron a su casa, los encerraron y les robaron. "Ponete un cerco eléctrico, mami", recomendó uno de los maleantes antes de irse.

Facundo García
Facundo García lunes, 22 de junio de 2020 · 16:35 hs
Entraron a patadas, le robaron y hasta le revisaron la heladera
Tranquilidad interrumpida La zona es bellísima, pero en los últimos tiempos se ha puesto difícil. Foto: Google Street View.

La víctima asegura que se trata del quinto robo registrado por la zona de Vistalba (Luján de Cuyo) en cuestión de días. Fue ayer a las 20.30. María de la Cruz (50) presenciaba tranquilamente una clase online y su hijo de 21 años también estaba en casa. De repente escucharon un estruendo: dos delincuentes les habían tirado la puerta a patadas

"Tenemos alarma y rejas. Nunca creímos que iban a entrar de esa forma, sabiendo que había gente adentro", admite María. Los intrusos cortaron una tela romboidal, se acercaron desde el patio y destruyeron la entrada.

Dame los dólares— cuenta María que le repetían, mientras conversaban por celular con un secuaz que hacía "de campana" afuera. Ambos sujetos eran relativamente altos, al menos uno de ellos tenía un arma de fuego y eran jóvenes, aunque no adolescentes.

"Uno de los tipos abrió la heladera y empezó a hacer comentarios sobre lo que había"

María solo tenía 100 dólares. Le llevaron 14.000 pesos, unos anillos, tres computadoras -una era prestada- y tres celulares. "Después uno de los tipos abrió la heladera y revisó lo que tenía adentro. 'Epa, acá veo algunas bebidas'", bromeó.

Por entonces, María estaba en el suelo, la cabeza tapada con una frazada. "Ellos nos querían encerrar y yo les pedí que me ubicaran junto a mi hijo", recuerda la víctima. Una vez que estuvieron los dos juntos en un cuarto y bajo llave, ella solicitó que le trajeran un cachorrito que acaba de adoptar. Los cacos, algo confundidos, solo atinaron a responder que "con el perrito, todo bien". Uno de los captores hablaba con acento chileno.

Incertidumbre

Lo más irónico es que la pobre mujer se desempeña como trabajadora social en un penal de menores. Pelea diariamente por la reinserción de personas en conflicto con la Ley. Y ahora viene a pasarle esto.

No es la única, desde luego. Su domicilio queda sobre calle Gobernador Ortiz. Cerca, en los Barrios Solar del Plata y La Masía, se han vivido episodios similares, a pesar de que esos dos complejos cuentan con seguridad privada

"El rastro siempre guía al mismo punto"

"Entran igual. Algo llamativo es que -hasta donde los vecinos hemos podido averiguar- los perros de investigaciones siempre apuntan hacia un mismo lugar. Les señalan a los investigadores una casa que para mí es un aguantadero. Creemos que ahí se esconden. Es mucha casualidad que el rastro siempre guíe a la Policía hacia el mismo punto", opina María.

Ola delictiva

Si bien reconoce que los agentes la contuvieron y actuaron con celeridad, María siente que en la Comisaría 11 y la oficina fiscal que funciona allí deberían darse algunos pasos más.

Sobre el vecindario flota cierto descontento porque desde que comenzó la cuarentena se repiten los robos. Chacras y Vistalba se han visto especialmente afectadas por la ola de ilícitos, y muchos lujaninos se preguntan por lo bajo si el desmadre tendrá que ver con alguna descoordinación entre el municipio y las autoridades provinciales.

Por ahora, la investigación continúa, aunque la víctima conserva en la memoria detalles que le dan bronca:

—¿Sabés? Cuando se estaban yendo -relata-, uno de los ladrones me miró y me dijo 'mamita, acá te tenés que poner un cerco eléctrico para que no te entren'. Y como habían venido se fueron.

 

 

 

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