Acorralado: prohíben trasladar a un cura sospechado de abusos
La jueza María Eugenia Ibaceta ordenó al Arzobispado mendocino no trasladar a un sacerdote que enfrenta la demanda de una mujer. Además, la magistrada le prohibió al religioso acercarse a la demandante. Una historia real que parece salida del cine de terror.
La Justicia mendocina le prohibió al Arzobispado local "mover" a un cura que acaba de ser demandado. Una mujer de 38 años afirma sentirse perseguida por la presencia del religioso, quien -según ella- se le aparece en los lugares donde desempeña su vida intentando establecer algún tipo de contacto. Por eso presentó una acción legal. Y ante el riesgo de que el religioso sea trasladado de parroquia y evite el juicio, una magistrada bloqueó esa posibilidad.
La historia, sin embargo, empezó hace mucho, cuando la demandante rondaba los 16 años. En aquella época asistía a una parroquia de Palmira donde uno de los curas era Alberto Daniel Sardá. Allí, en el contexto de una gran asimetría de poder, la muchacha -que provenía de un entorno vulnerable- habría sido abusada por el sacerdote.
Pasaron dos décadas. La chica rehizo su vida y tuvo un hijo con otra persona. Por supuesto, tuvo que hacer terapia para superar las marcas que aquellas violencias le dejaron en cuerpo y el alma. Pero todo se fue al diablo el año pasado.
Caminando por la calle volvió a ver al cura. Tras ese espantoso "reencuentro", la demanda dice que el religioso empezó a hostigarla. Si la mujer -que es docente- estaba por entrar a dar clases, el hombre estaba ahí, cerca, observándola. Si salía a comprar, él se volvía a cruzar. Y ella "sintió que todos sus traumas volvían con más fuerzas que nunca".
La causa
Cuando la víctima no aguantó más, consultó a los abogados Carolina Jacky y Carlos Lombardi. "En ese momento -revela Lombardi- ella decidió que por ahora quería ir por la vía civil y no por la penal. Por lo tanto, la demanda contra Sardá y el Arzobispado es por daños y perjuicios derivados de la violencia de género".
La causa ingresó a la Justicia el pasado 3 de marzo y en los últimos días tuvo importantes avances.
La mujer reclama un resarcimiento económico por el dolor que le causó volver a ver, repetidamente y no por azar, a la persona que identifica con uno de los momentos más oscuros de su existencia. Entretanto, la jueza María Eugenia Ibaceta dispuso una orden de restricción de acercamiento y prohibió al Arzobispado que traslade al sospechoso, como ha sido frecuente cuando se hacen denuncias contra la Iglesia Católica.
—Nosotros acreditaremos mediante pericias y testigos que esta mujer ha sufrido abusos y ha sido hostigada por el cura— adelanta Lombardi.
¿Y quién es?
El cura acusado todavía está en funciones y de hecho -según Lombardi- hoy estaría desempeñándose como capellán auxiliar en la cárcel de mujeres de El Borbollón, donde sigue teniendo contacto con mujeres en situación de vulnerabilidad.
Y eso no es todo. Según trascendió, el acusado fue compañero de parroquia de otro sacerdote cuestionado. Se trata de Francisco Armendáriz, quien en 2013 dejó embarazada a una catequista que apenas rozaba los 17 años.
La causa está a cargo del 3° Juzgado de Gestión Judicial Asociada.