Enfrenta un juicio

Acorralado: prohíben trasladar a un cura sospechado de abusos

La jueza María Eugenia Ibaceta ordenó al Arzobispado mendocino no trasladar a un sacerdote que enfrenta la demanda de una mujer. Además, la magistrada le prohibió al religioso acercarse a la demandante. Una historia real que parece salida del cine de terror.

Facundo García
Facundo García miércoles, 27 de mayo de 2020 · 16:39 hs
Acorralado: prohíben trasladar a un cura sospechado de abusos
En la calle Según la denuncia, el sacerdote "se aparecía" donde estaba la mujer para hostigarla. Imagen ilustrativa.

La Justicia mendocina le prohibió al Arzobispado local "mover" a un cura que acaba de ser demandado. Una mujer de 38 años afirma sentirse perseguida por la presencia del religioso, quien -según ella- se le aparece en los lugares donde desempeña su vida intentando establecer algún tipo de contacto. Por eso presentó una acción legal. Y ante el riesgo de que el religioso sea trasladado de parroquia y evite el juicio, una magistrada bloqueó esa posibilidad. 

La historia, sin embargo, empezó hace mucho, cuando la demandante rondaba los 16 años. En aquella época asistía a una parroquia de Palmira donde uno de los curas era Alberto Daniel Sardá. Allí, en el contexto de una gran asimetría de poder, la muchacha -que provenía de un entorno vulnerable- habría sido abusada por el sacerdote.

Pasaron dos décadas. La chica rehizo su vida y tuvo un hijo con otra persona. Por supuesto, tuvo que hacer terapia para superar las marcas que aquellas violencias le dejaron en cuerpo y el alma. Pero todo se fue al diablo el año pasado.

Caminando por la calle volvió a ver al cura. Tras ese espantoso "reencuentro", la demanda dice que el religioso empezó a hostigarla. Si la mujer -que es docente- estaba por entrar a dar clases, el hombre estaba ahí, cerca, observándola. Si salía a comprar, él se volvía a cruzar. Y ella "sintió que todos sus traumas volvían con más fuerzas que nunca".

La causa

Cuando la víctima no aguantó más, consultó a los abogados Carolina Jacky y Carlos Lombardi. "En ese momento -revela Lombardi- ella decidió que por ahora quería ir por la vía civil y no por la penal. Por lo tanto, la demanda contra Sardá y el Arzobispado es por daños y perjuicios derivados de la violencia de género".

La causa ingresó a la Justicia el pasado 3 de marzo y en los últimos días tuvo importantes avances.

La mujer reclama un resarcimiento económico por el dolor que le causó volver a ver, repetidamente y no por azar, a la persona que identifica con uno de los momentos más oscuros de su existencia. Entretanto, la jueza María Eugenia Ibaceta dispuso una orden de restricción de acercamiento y prohibió al Arzobispado que traslade al sospechoso, como ha sido frecuente cuando se hacen denuncias contra la Iglesia Católica.

—Nosotros acreditaremos mediante pericias y testigos que esta mujer ha sufrido abusos y ha sido hostigada por el cura— adelanta Lombardi.

¿Y quién es?

El cura acusado todavía está en funciones y de hecho -según Lombardi- hoy estaría desempeñándose como capellán auxiliar en la cárcel de mujeres de El Borbollón, donde sigue teniendo contacto con mujeres en situación de vulnerabilidad.

Y eso no es todo. Según trascendió, el acusado fue compañero de parroquia de otro sacerdote cuestionado. Se trata de Francisco Armendáriz, quien en 2013 dejó embarazada a una catequista que apenas rozaba los 17 años.

La causa está a cargo del 3° Juzgado de Gestión Judicial Asociada.

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