Domiciliaria para la "bruja": los hermanos de Burela piden garantías

Se enteró de que habían matado a su hermano y le sorprendió que ni la esposa de la víctima ni sus hijos se presentaran como querellantes en la causa.  Era un detalle sospechoso, extraño. Después supo más cosas y empezó a formarse una opinión sobre lo que le había pasado a León Domingo Burela, asesinado a tiros el 15 de abril de 2019. El lunes lo impactó otra noticia: se difundió que la parapsicóloga Mónica Castro -una de las acusadas por este crimen- pasará a prisión domiciliaria. Entonces Raúl Burela dialogó con MDZ sobre las dudas que siente ante la nueva situación de la "bruja".

Dato llamativo: meses atrás, personal penitenciario encontró en la celda de Castro papeles en los que ella pedía -mediante sus "gualichos"- retornar a su casa. Ahora volverá a su domicilio y eso abre incógnitas para una parte de la familia Burela. "Sabemos que tanto esta mujer como la esposa de mi hermano, Elizabeth Ventura (52), venían desarrollando actividades sospechosas", cuenta Raúl. "Y lo único que queremos -agrega- es que mi hermano descanse en paz".

A primera vista, la secuencia del crimen es simple. "Mingo" Burela murió de varios disparos, luego de que alguien ingresara a su casa, pasara a través de tres entradas sin forzarlas y lo ultimara mientras él estaba en un sillón. Su esposa, Elizabeth, no estaba en el lugar: había ido a hacer gimnasia. Y el hecho de que el agresor -que permanece prófugo- haya atravesado esas entradas sin problemas fortaleció la tesis de un ataque propiciado por alguien del entorno, que tenía las llaves o abrió las puertas.

Sospechas 

Cuando se enteraron de la tragedia, los hermanos de Burela anticiparon que su esposa o sus hijos -que son mayores de edad- se presentarían como querellantes. "Nunca pasó", insiste Raúl. El silencio también debe haber llamado la atención del Ministerio Público Fiscal, puesto que se ordenó intervenir el teléfono de Elizabeth Ventura para ver si surgían nuevas pistas.

La Policía encontró macumbas y hechizos

Así fue. Castro entró en la mira de la Ley porque en una charla telefónica con Ventura mencionó el crimen. "¿Por qué no le contás que mandaste a matar a tu marido?", espetó durante una conversación que los detectives estaban escuchando. Ese y otros indicios condujeron a que las dos mujeres terminaran detenidas el 10 de octubre. Cuando allanaron la casa de la "bruja", los policías encontraron macumbas contra la fiscal de la causa, Claudia Ríos, y hechizos para que la investigación no avanzara.

Para la fiscal Ríos, la esposa de Burela y su amiga parapsicóloga no se limitaron al ámbito espiritual. Se habrían contactado con un sicario para que liquidara a León Domingo. Por eso ambas están imputadas, Ventura como posible autora intelectual del homicidio -que además está agravado por el vínculo- y Castro como partícipe necesaria, ya que, según los pesquisas, habría sido quien facilitó el contacto con el sujeto que concretó "el trabajo sucio".

"Pedimos que Castro sea controlada con una tobillera y que se le impida obstaculizar la investigación" (Raúl Burela)

Y si bien la domiciliaria que le otorgaron a Castro es solo por noventa días e implica una caución de 800.000 pesos, Raúl, el hermano del hombre muerto, confiesa que la novedad le despierta sentimientos encontrados. "Respetamos mucho el trabajo del juez Federico Martínez y la fiscal Ríos, pero pedimos que esta mujer sea controlada con una tobillera, para que no se fuge; y que se la incomunique para que no pueda entorpecer la investigación".

Dos visiones

Según la abogada de Castro, Susana Soleti, el beneficio de la domiciliaria está justificado porque "la bruja" es hipertensa, sufre problemas respiratorios y tiene dos hijos -uno de 20 y otro de 12 años- que viven con ella. Raúl Burela entiende estas razones, pero le quedan dudas: "supuestamente, esta señora tiene como único ingreso una asignación universal que recibe el menor de sus hijos, ¿de dónde está saliendo toda la plata que tiene para pagar?".

"Acá hubo premeditación y un móvil económico" (Raúl Burela)

Raúl no confía en Castro. Es más, dice tener elementos para pensar que tanto ella como Ventura planificaron largamente el delito. "Acá hubo premeditación. Y hay elementos que las comprometen. Ventura daba clases, Castro no tenía un salario fijo, y sin embargo se iban de vacaciones al exterior. Yo intuyo que hubo un móvil económico. Te digo más: el día en que mataron a mi hermano, uno de los autos que estaba muy pero muy cerca era el de Mónica Castro. Te podría seguir enumerando informaciones que, esperamos, se consideren durante el juicio por jurados".

"Mingo" Burela era vecino del barrio Kolton, en Las Heras. Trabajó muchos años como cirujano en el Penal de Boulogne Sur Mer y en 2012 se jubiló.Dentro de unos días se cumplirá un año de su muerte. "Era médico. Podría estar colaborando para luchar contra la pandemia. Y en cambio tenemos que estar lamentando su ausencia", se emociona Raúl.