Niño que murió carbonizado en un horno conmueve a los santiagueños

Thiago Orellana (6) se quiso trepar a un horno de barro: mala idea. Bastó que su padre se distrajera un momento para que una de las paredes de la construcción cediera y el chico cayera a las brasas, por lo que murió calcinado en pocos segundos. La tragedia tuvo lugar el miércoles en Las Delicias (Santiago del Estero) y ha conmovido a toda la zona.

Daniel -el padre del nene- trabajaba en ese lugar. Habían llegado juntos cerca de las 10 y el hombre había empezado a calentar el horno carbonero, que puede alcanzar los 700°. Su hijo se puso a jugar. 

—¡Por Dios, ayúdenme!— cuentan que gritó el padre cuando Thiago ya era presa de las llamas. Se acercaron vecinos y un camión cisterna debió recorrer 45 kilómetros de ripio para asistir al lugar. Obviamente, llegaron tarde. 

El Fiscal Ramón Alfonzo ordenó una investigación sobre el caso. Según se sabe, estos hornos transforman la madera en carbón mediante un proceso de calentamiento que puede durar más de una semana.

El diario El Liberal informó que el féretro de Thiago contenía algunas ropitas y juguetes. La Comisión Municipal de Las Delicias colaboró con el ataúd y el servicio fúnebre, ya que la familia es muy pobre.