Violencia de género

Atrincherado con un cuchillo: crónica de una noche agitada en San José

Esta madrugada, un sujeto golpeó brutalmente a su pareja y luego amenazó con matarse. Grupos especiales intervinieron para controlar la situación y hubo negociaciones durante al menos 5 horas. Hay alarma porque esa mujer está en peligro. Aquí, el repaso de una velada frenética.

Facundo García
Facundo García sábado, 14 de noviembre de 2020 · 17:11 hs
Atrincherado con un cuchillo: crónica de una noche agitada en San José
Golpeada La muchacha recibió de lleno un golpe de puño

Quienes viven en el complejo de departamentos ubicado en Mansilla 411 (Guaymallén) no pudieron dormir anoche. Hubo gritos, bombas de estruendo y negociaciones durante al menos cinco horas, luego de que un sujeto se atrincherara en su domicilio y amenazara con matarse

Según pudo saber MDZ, el incidente se disparó alrededor de la 1.18, cuando E. O., de 36 años y con antecedentes penales, detectó un mensaje de texto en el celular de su pareja y eso lo desquició.

Los celos enfermizos hicieron que el individuo le calzara un gancho directo en el rostro a la mujer, que cayó sentada en un cantero. Luego, el agresor se metió en su domicilio y amenazó con suicidarse con un cuchillo. Era la 1.30 y el infierno no había hecho más que comenzar.

En el siguiente video que tomaron las cámaras de seguridad puede verse el accionar del agresor. A los 21 segundos, en la zona inferior derecha, quedó registrada la caída de la joven; en tanto que a los 35, en la zona superior izquierda, se ve el salvaje golpe de puño.

"Yo estaba comiendo una picada con amigos cuando de pronto me llegó una alarma interna", contó a este diario un miembro del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS) que debió dejar la mesa y -como sus compañeros- irse a toda velocidad al lugar donde se suscitó el conflicto.

Llegando

Mientras esperaban la llegada de fuerzas especiales, los policías de la jurisdicción trataban de contener al potencial suicida. Ya conocían esa dirección, porque hubo incidentes similares anteriormente: desde la ventana, O les tiraba agua hirviendo y les exigía que se fueran. 

"Los voy a acuchillar a todos"

"Los voy a acuchillar a todos, y si se animan a entrar, van a ver lo que les pasa", habría gritado O, que además reiteraba que si no se iban los efectivos se iba a tajear ahí mismo. Para entonces, además del GRIS había llegado el Grupo Especial de Seguridad (GES), mientras el resto de los uniformados establecían un perímetro para proteger la zona. 

Un efectivo del GRIS empezó a negociar la entrega del atrincherado. "Nos insultó toda la noche -contó otro efectivo a MDZ-. Encima, era un tumbero viejo: sabía cómo provocarnos". 

El hombre no daba el brazo a torcer y persistía con las injurias, incluso luego de que los agentes le hablaran de sus dos hijas, en un intento de que recapacitara. Al avanzar los minutos, tomó intervención la Oficina Fiscal 8, que se sumó a la Unidad Especial de Patrullajes Guaymallén y los Bomberos de la Policía

Era muy difícil ingresar, ya que en ese segundo piso las ventanas tenían rejas y el único acceso alternativo a la puerta -el balcón- era celosamente controlado por quien tenía el cuchillo. 

 —A lo mejor el tipo decidía tirarse por ese balcón, de modo que llamamos a los bomberos a ver si de alguna manera lo podían atajar— reveló otra fuente. 

Ahí viene el sol

Con las negociaciones estancadas, no quedaba mucho más por hacer. "Nos ordenaba todo el tiempo que nos fuéramos: él quería salir caminando como si no pasara nada", coinciden los policías. 

La forma de actuar del agresor revela que podría tratarse de un potencial femicida

Así fue que a las 6.40, el GES intentó abrir la puerta. Gritos, forcejeos. Los agentes tiraron dos bombas de estruendo para doblegar la resistencia de O, e incluso hizo falta el uso de una pistola Taser. De esa forma se logró neutralizarlo y quitarle el cuchillo con el que quería suicidarse. 

Afuera, la mujer golpeada se frotaba el moretón en la cabeza. Una de sus rodillas estaba en carne viva por la caída tras el golpe. Algunas lectoras nos escribieron para señalar atinadamente que se debería prestar especial atención a la situación de la chica, pues la forma en que actuó el agresor revela que podría tratarse de un potencial femicida.  

Otra escena barrial de la violencia de género que impregna amplias capas de la sociedad mendocina. 

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