Ley de Glaciares: qué es el ambiente periglacial y por qué tiene reservas de agua
Muchos creen que el ambiente periglacial es el que está cerca de un glaciar, esa definición no es del todo correcta. Qué dice la ley de Glaciares y el Ianigla.
El glaciar Hombre Cojo del cerro Tolosa está en inventario del Ianigla que ordenó la Ley de Glaciares.
ALF PONCE MERCADO / MDZLa ley de Glaciares está desde hace unos días en el centro del debate público por la posibilidad de que un proyecto del Gobierno Nacional modifique algunos artículos. En este contexto, entran en tensión algunas definiciones como: qué es un glaciar y qué es el ambiente periglacial.
Qué dice la ley de Glaciares
En el artículo 2 la ley 26.639 establece que se entiende por glaciar “toda masa de hielo perenne estable o que fluye lentamente, con o sin agua intersticial, formado por la recristalización de nieve, ubicado en diferentes ecosistemas, cualquiera sea su forma, dimensión y estado de conservación”. Además, agrega que el material detrítico rocoso y los cursos internos y superficiales de agua también son parte del glaciar.
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Por otro lado, define como ambiente periglacial en la alta montaña “al área con suelos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico”. Y en media y baja montaña “al área que funciona como regulador de recursos hídricos con suelos saturados en hielo”.
El glaciar Perito Moreno es un glaciar en sentido clásico y está en el inventario de la Ley de Glaciares.
El rol del Ianigla y los cuerpos de hielo
Cuando la ley se sancionó en 2010 estableció en el artículo 5 que el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) es el encargado de hacer y mantener actualizado el inventario de glaciares de Argentina. “El Ianigla básicamente hace el mapa de glaciares del país”, explicó la coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, Laura Zalazar.
“Nosotros no hablamos solo de glaciares, sino que hablamos de cuerpos de hielo”, agregó la doctora en Geografía y detalló los tipos de cuerpos de hielo:
- Los glaciares en sentido clásico. Con los que todos conocemos, glaciares blancos que se forman a partir de la acumulación de la nieve y que pueden tener hielo descubierto. Un ejemplo es el glaciar Perito Moreno.
- Los glaciares cubiertos. Son los que tienen detritos, es decir, una capa de rocas depositada sobre el hielo glacial. Por ejemplo, el Ventisquero Negro del cerro Tronador.
- Manchones de nieve perennes. Son cuerpos de hielo más pequeños, similares a los glaciares pero más pequeños y que no tienen signos de movimiento.
- Los glaciares de escombros. Son los más desconocidos porque el hielo no está expuesto, no se puede ver. Tienen una forma característica que indica que hay hielo dentro de la roca. Son representativos del ambiente periglacial. Por ejemplo, en Mendoza hay glaciares de escombros en El Salto y Vallecitos.
Glaciar cubierto Ventisquero Negro en el cerro Tronador.
Los glaciares de escombros y el ambiente periglacial
“Los glaciares de escombro no son tan conocidos, inclusos muchos no tienen nombre. Tiene algunos rasgos que si vos los estudias empezas a identificarlos. Son como una especie de lengua que baja de la montaña que termina muy abruptamente en el frente y en los laterales. En general, tienen una superficie rugosa con mucha roca acumulada sobre el glaciar. El hielo no se ve, pero sabemos que ahí adentro hay hielo por la geomorfología característica”, dijo Zalazar.
Además, la especialista puntualizó que la ley protege los glaciares y los glaciares de escombros porque los dos tienen hielo en su interior, son reservas de agua. “Si se los destruye, se está destruyendo una reserva de agua”, indicó la doctora del Conicet.
La idea dominante es que el ambiente periglacial está cerca o rodea un glacial. Sin embargo, esta idea es errada. “En Mendoza, el glaciar suele estar arriba y después el ambiente periglacial. Pero puede haber ambiente periglacial y no haber glaciar. Por ejemplo, en la Puna hay glaciares de escombros y no hay glaciares del sentido clásico”, dijo Zalazar.
Imagen satelital de glaciar de escombro
Un largo proceso de trabajo
Desde la sanción de la ley de Glaciares, el Ianigla comenzó una gran investigación sobre cómo hacer el inventario de glaciares. Con el apoyo de bibliografía y manuales internacionales, los especialistas debatieron sobre los conceptos y definiciones. Una vez sorteada esa etapa, se guiaron por las imágenes satelitales y luego, organizaron expediciones para constatar en el campo lo que decían las fotos de los satélites.
“Había algunos inventarios parciales en Mendoza y en San Juan, pero por primera vez se aplicó la misma metodología en todo el país. Trabajamos glaciólogos, técnicos en cartografía e imágenes satelitales, en las expediciones sumamos guías de montaña”, comentó Zalazar.
“Es exigente físicamente ir al campo pero es hermoso porque conocés lugares que de otra manera no los conocerías. Había que ir con carpa, comida para la campaña. En el noroeste argentino, hay algunos caminos muy destruidos y había que ir en dos camionetas para tener un auxilio. En otros lugares había que cruzar ríos, entonces había que contratar arrieros”, recordó.
Todo ese trabajo se hizo entre 2010 y 2018 cuando se publicó el primer inventario en el que están los mapas de 16.000 glaciares. También se publicaron los documentos y la metodología de trabajo basada en evidencias científicas y en guías que ya existen a nivel mundial.
Aunque la ley exige actualizarlo cada 5 años, hasta el momento, se actualizó el inventario hasta el norte de San Juan y desde el Ianigla estiman entregar el informe que incluye a Mendoza el año que viene.
El primer inventario se publicó por cuencas y subcuencas. Ahora se está publicando por regiones. Son cinco: Los Andes desérticos -que coincide aproximadamente con el noroeste del país-, Los Andes centrales -sur de San Juan y toda la provincia de Mendoza-, Los Andes del norte de la Patagonia -Neuquén, Chubut y Río Negro-, y Los Andes del sur de la Patagonia, que es prácticamente Santa Cruz y Tierra del Fuego e islas del Atlántico Sur.



