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La primera Navidad: cómo fue el primer pesebre de la historia

El nacimiento de Jesucristo marcó el calendario mundial y dio origen a la Navidad. Los relatos e historias que explican una noche clave.

El pesebre es el principal símbolo de la Navidad.

El pesebre es el principal símbolo de la Navidad.

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Más allá de la fe de cualquiera, el nacimiento de Jesucristo, la Navidad, es innegablemente el más relevante de la historia, no solo occidental sino mundial, ya que este hecho hoy marca hasta la forma en la que contamos los años. A pesar de esto, poco se sabe de esa noche en la que cambió para siempre a la humanidad.

El mensaje que traía ese niño llegó a cada rincón del mundo mediante personas que él fue conociendo y fueron llevando a los suyos y a los que estaban más allá. A tal punto llegó que se han gestado imperios bajo la imagen de la cruz que sellaría su muerte. Tanta información hay sobre sus últimos tres años de vida terrena que sorprende la falta de información previa, pero algunos detalles tienen para contar los evangelistas.

Los evangelios son cuatro libros de la Biblia que comprenden el inicio del Nuevo Testamento, en el cual se relata la vida y obra de Jesús, pero no todos cuentan su nacimiento. Solo dos de estos libros relatan el momento del nacimiento en Belén, Mateo y Lucas, empezando Marcos y Juan con la profecía de la llegada del Mesías y la misión de Juan el Bautista. Mateo y Lucas, por tanto, se complementan relatando desde la Anunciación hasta la huida en medio de la matanza de Herodes.

Cómo era el Pesebre de Belén

El pesebre de Belén es un hecho casi mítico, pero con un alto contenido teológico. Donde los hombres esperaban a Dios estaban las falsas promesas y Dios les da un niño débil y pobre en medio del desierto, del cual nacerá la liberación, no de Roma, Egipto o Persia, sino de la muerte y el pecado, castigos divinos por la traición de Adán y Eva que relata Moisés en el Génesis. De esta forma, con el nacimiento de Jesús, comienza a concretarse la misión salvífica que relata la Biblia.

Según relatan Marcos y Lucas, el niño nació en un Pesebre en Belén, pero Marcos comienza su relato con la llegada de los magos de Oriente. Lucas, en cambio, comienza su relato en la Anunciación, pasando por el nacimiento de Juan el Bautista y el censo de César Augusto durante la gobernación de Quirino en Siria. Es en el marco de ese censo que el matrimonio de José y María sale de Nazaret a Belén, para que José, de la casa de David (Mt, 1), pudiera ser inscripto.

En el Evangelio según San Lucas se relata que no encontraban cobijo en ningún albergue local o que al menos no encontraban un lugar apto para que nazca el niño, pero al fin y al cabo el final es el mismo: un pesebre, el artefacto del cual se alimentan los animales de granja. Lo que nunca se definió bien y varía según la tradición es si nació en un establo o en el portal de un albergue donde había un pesebre para que los animales se alimentaran.

Instauración de la Navidad

La Navidad se instauró en el siglo IV durante el papado de Julio I, pero nunca quedó claro en base a qué se eligió esa fecha para festejarla. Según algunos especialistas se estableció el 25 de diciembre para que se pise con las Saturnalias paganas, con el fin de erradicar una fiesta por otra, pero otra versión apela a una antigua tradición judía.

Según esta teoría, los primeros cristianos ya la celebraban pero Julio I la incluyó en el calendario como una fiesta oficial de la Liturgia. Las primeras comunidades habrían heredado la costumbre judía de creer que los grandes hombres como los profetas morían el mismo día de su concepción.

En aquellos tiempos, los primeros cristianos recordaban la muerte de Cristo en torno al 25 de marzo, por lo que también se celebraba la Encarnación del Señor, momento de la Anunciación del ángel a María, por lo que habrían contado nueve meses y de ahí nació el festejo en diciembre.

Pesebre de San Francisco de Asís

Durante los primeros 900 años de la fiesta de Navidad no existió la figura del Pesebre que hoy los católicos recrean en sus hogares, ni mucho menos la actuación del Pesebre Viviente que se organiza en plazas y parroquias de las ciudades. Nada de eso había, hasta que un hombre de la actual Italia tuvo una idea.

En 1223 un religioso llamado Francisco vivía en Greccio, un pequeño poblado de Rieti, actual Italia. Con el objetivo de mostrar a los fieles una imagen más realista de donde nació Jesús y evocar no solo la importancia de la pobreza sino también lo banal de lo material, armó un "Pesebre" en una gruta.

Allí, quien terminaría siendo conocido como San Francisco de Asís, llevó un pesebre, heno, un buey y un burro, para recordar el nacimiento de Jesús en la pobreza. Esto, él lo fue repitiendo cada año y luego la costumbre fue expandida a lo largo de todo el globo, consolidándose como un signo central de la fiesta de Navidad.