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La desgarradora carta de un juez tras la condena a Brenda Agüero por las muertes de bebés

El juez les dedicó una emotiva carta a los bebés que sobrevivieron a los intentos de homicidio en el Hospital Materno Neonatal.

La emotiva carta de un juez que condenó a la enfermera Brenda Agüero por la muerte de cinco bebés. Foto: Emmanuel Cuestas - El Doce

La emotiva carta de un juez que condenó a la enfermera Brenda Agüero por la muerte de cinco bebés. Foto: Emmanuel Cuestas - El Doce

Brenda Agüero, la enfermera condenada por el asesinato de cinco bebés y de intentar matar a otros ocho recién nacidos en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, fue condenada a prisión perpetua y esta semana se conocieron los fundamentos. Tras conocerse el fallo, el juez José Daniel Cesano decidió escribir un mensaje profundamente conmovedor.

La carta, redactada en lo que se conoce como “párrafo de lectura sencilla”, tiene por intención ser comprendida por aquellos bebés en el futuro para que algún día podrán leerla. Es decir, está dirigido a los sobrevivientes pero también a los padres de las víctimas.

“Gracias a esas valientes mamás y papás –y de quienes deben estar siempre orgullosos– sus historias no quedaron sepultadas por los papeles de un expediente”, dice un fragmento del escrito que cerró con un poema de Julio Cortázar.

El mensaje a padres y madres

Una enfermera intentó matarlos cuando apenas tenían horas de vida. Afortunadamente, el equipo del hospital actuó a tiempo y logró salvarles la vida”, escribió Cesano, acompañado por el resto de los magistrados que participaron del juicio.

El juez también quiso dejar en claro que, aunque una profesional del sistema de salud causó un daño tan profundo, “la gran mayoría de médicos y enfermeros se desviven por hacer el bien”.

El mensaje incluye un especial reconocimiento a los padres y madres de Francisco, Benjamín, Ibrahim, Angeline y Melody Luz, los bebés fallecidos. “Ellas y ellos saben, mejor que nadie, lo que es peregrinar por justicia”, expresó, en referencia al duro camino que enfrentaron durante todo el proceso judicial. “La muerte, con sus sucias fauces, les arrebató a sus bebés”, agregó. “Frente a semejante dolor, ni el Derecho puede reparar ese quebranto”.

La carta completa del juez Cesano

Mi nombre es José Daniel y, junto con Patricia, Laura, Melina Abril, Aldana Belén, María Victoria, Perfecta Beatriz, Mateo, Javier Matías, Marcos Pablo y Sebastián Darío, hemos sido los jueces de esta causa.

Queremos contarles que, hace muchos años, cuando ustedes eran bebés, con apenas unas horas de vida, y mientras estaban en el mismo hospital en el que habían nacido, una enfermera intentó matarlos. Felizmente, gracias a la gran tarea que realizó todo el personal del hospital, pudieron salvarles la vida.

Hoy, quien les hizo ese tremendo daño, ha sido condenada, de acuerdo a la decisión de la mayoría de estos jueces, y está en la cárcel por la gravedad de lo que hizo.

También queremos decirles que fueron sus mamás y papás los que no sólo los acompañaron – y lo siguen haciendo – en aquel momento, sino que, además, fueron ellos los que lucharon incansablemente para que se conociese la verdad; una verdad que, por intereses mezquinos, pretendió ser ocultada y callada. Gracias a ellos, y como lo dijo Yoselin, la mamá de Angeline, gracias a esas valientes mamás y papás que tienen – y de quienes deben estar siempre orgullosos – sus historias no quedaron sepultadas por los papeles de un expediente.

Asimismo, queremos decirle que, así como esa enfermera que hemos condenado les causó mucho daño, la gran mayoría de los médicos y enfermeras de todos los hospitales son personas que se desviven para hacer el bien; curándonos y acompañándonos, con sus conocimientos, para que estemos mejor. Hubo una mala profesional; pero hay millones que están dispuesta a sacrificarse, día tras día, para nuestro bienestar.

Queremos, también, dedicar unas palabras a las madres y padres de Francisco, Benjamín, Ibrahim, Angeline, y Melody Luz. Para ellos y ellas, lo aclaramos, no es necesario ningún párrafo claro. Ellas y ellos saben, mejor que cualquiera, lo que es el peregrinar por justicia. Ellas y ellos han vivido momentos de terrible angustia durante las largas audiencias de esta causa; soportando, con estoicismo, y pese a nuestros esfuerzos para que no ocurriesen, algunos excesos de las partes. En su caso, nuestro mensaje es de otra naturaleza.

La muerte, con sus sucias fauces, les arrebató a sus bebés. Frente a tan terrible dolor, nada – ni el propio Derecho – les puede reparar su quebranto. Sin embargo, esperamos, que con este frio proceso en donde se trató de llegar a la verdad – que no es consuelo de nada – puedan, no obstante, comenzar a transitar su duelo. Recuerden que las almas son inmortales y que un día se volverán a reunir.

Y recuerden también estas bellas palabras de Julio Cortázar (“Romance del niño muerto”, Poesía completa, Ed. Alfaguara, Bs. As., 2025, pp. 524/525) que las compartimos porque, ustedes siguen siendo madres y padres de otros niños a quienes, quizá, sea bueno trasmitirles un mensaje apartado del luto y del espanto:

“Será preciso que el sol

no se entere de que lloras,

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porque juntaría nubes

para acompañarte a solas

y bien sabes que a los niños

les gusta el cielo sin sombras.

Cálmate, madre, que él tiene

alas de luz y de rosa.

Estará volando, allí

donde se canta y se goza…

¿No sabes que un niño muerto

se despierta mariposa?”.