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Hambre real vs. hambre emocional: qué dice la ciencia y por qué las "soluciones mágicas" fracasan

Tras la polémica por el video viral para "controlar" el hambre con "tapping", te brindamos una mirada profesional para una mejor nutrición.

Con un video en redes, la influencer Naty Franzoni asegura que el tapping puede ayudar a combatir el hambre emocional. Sin embargo, los profesionales de la salud aseguraron que no existe evidencia científica que que respalde su uso como tratamiento efectivo.

Con un video en redes, la influencer Naty Franzoni asegura que el tapping puede ayudar a combatir el "hambre emocional". Sin embargo, los profesionales de la salud aseguraron que no existe evidencia científica que que respalde su uso como tratamiento efectivo.

captura de Instagram.

Un video de la influencer Natalia Franzoni, donde sugería combatir el "hambre emocional" con tapping —una técnica de autoestimulación corporal—, generó críticas masivas y fue retirado de redes sociales. La controversia reavivó el debate sobre cómo distinguir entre el hambre fisiológico y aquel impulsado por emociones, un tema que profesionales de la nutrición abordan con rigurosidad científica.

La Licenciada en Nutrición María Sol Andreawartha explicó en MDZ Radio: "Hay un hambre que se considera emocional, como la palabra lo indica, en respuesta a una emoción que puede ser tanto alegría como estrés o angustia. Esto lleva a una liberación de cortisol y alteraciones en neurotransmisores como la leptina y la grelina (que regulan el apetito)".

Escuchá la entrevista completa de MDZ Radio:

12-08-25 - María Sol Andreawartha - Licenciada en Nutrición MP. 2029

Andreawartha detalló que este tipo de hambre suele ser "compulsivo" y deriva en elecciones alimentarias poco saludables: "Generalmente lleva a malnutrición. Elegís alimentos más calóricos, con exceso de carbohidratos, grasas o azúcar". Aclaró que, si bien es normal que ocurra ocasionalmente, cuando se vuelve frecuente requiere atención interdisciplinaria: "Hay que manejarlo con un nutricionista para pautas alimentarias y con psicólogos, porque las emociones no deben canalizarse solo con comida".

Sobre si las personas reconocen cuándo comen por ansiedad, la especialista señaló: "En el momento quizá no somos conscientes. Después te das cuenta". Advirtió que, sin tratamiento, puede derivar en "trastornos alimentarios, sobrepeso u obesidad, asociados a diabetes, hipertensión o dislipidemia".

Críticas a las "soluciones mágicas"

Eel video de Franzoni es un ejemplo de "intrusismo profesional". Andreawartha relató: "Esto se denuncia. Para hablar de estos temas, debe haber un aval científico. La gente vulnerable cae en propuestas ‘mágicas’ porque busca resultados rápidos". Agregó que en su consultorio atiende casos de personas afectadas por dietas o técnicas sin fundamento.

Frente a quienes dejan de comer por estrés, la licenciada aclaró: "También puede llamarse hambre emocional. No es solo comer compulsivamente; hay anorexia nerviosa por no poder canalizar emociones".

Recomendaciones profesionales

Ante la llegada de septiembre —época asociada a cambios drásticos en alimentación y ejercicio—, Andreawartha enfatizó: "El cuerpo no entiende de meses. Hay que establecer hábitos sostenibles todo el año, no dietas drásticas o actividad física excesiva sin control". Sobre el hambre real, concluyó: "Es la necesidad fisiológica de nutrir el cuerpo, aparece tras horas sin comer y permite elegir alimentos más saludables".

La polémica refleja un desafío recurrente: la difusión de consejos sin sustento científico en redes sociales y la necesidad de priorizar fuentes profesionales. Como remarcó Andreawartha: "Gestionar el hambre emocional requiere educación alimentaria y apoyo psicológico, no métodos sin evidencia".