Entrevista

Guillermo Honles: "Las obras de infraestructura deben embellecer las ciudades"

En el marco del Mundaneum Mendoza, que se lleva a cabo hasta el 5 de octubre en el complejo de la Nave Cultural, el arquitecto salvadoreño brindará hoy una charla donde contará su experiencia como funcionario del Departamento de Agua y Energía de la Municipalidad de Los Ángeles, y además expondrá sus ideas sobre el ahorro y eficiencia energética, la conciencia arquitectónica y el deber público de la infraestructura

miércoles, 2 de octubre de 2019 · 09:53 hs

Contaminación, hacinamiento y déficit de servicios son algunos problemas que enfrentan las ciudades ante su acelerada expansión causada por el crecimiento poblacional. En ese marco, se hace imperioso aplicar políticas de eficiencia energética que permitan una correcta administración de los recursos. Sin embargo, ello debería ser armónico con obras de infraestructura que posean ‘calidad arquitectónica’, es decir, que contribuyan al embellecimiento de las ciudades y formen parte de la memoria citadina, aseguró el arquitecto salvadoreño Guillermo Honles.

En el marco del Mundaneum Mendoza, que se lleva a cabo hasta el 5 de octubre en el complejo de la Nave Cultural, Honles brindará hoy una charla titulada ‘Desde la entraña del monstruo’, en la que contará su experiencia como funcionario del Departamento de Agua y Energía de la Municipalidad de Los Ángeles, ciudad estadounidense en la que reside hace varias décadas, y además expondrá sus ideas sobre el ahorro y eficiencia energética, la conciencia arquitectónica y el deber público de la infraestructura.

“Yo trabajo dentro de una de las utilidades más grandes de los Estados Unidos y es una lucha constante porque somos como microbios dentro de una panza que engulle todo permanentemente. Nuestro propósito es que la obra de infraestructura también tenga calidad arquitectónica, o sea, que esa obra contribuya al embellecimiento de la ciudad y forme parte de la memoria citadina”, explicó a MDZ Honles, que además extrapoló esa idea a lo que denomina ‘el deber público de la infraestructura’: “Va más allá de ser meros proveedores de servicios, se trata que nuestros proyectos hagan ciudades más bellas y vivibles”.

Según Honles, mientras existen ciudades como Los Ángeles que “han progresado muchísimo” en la eficiencia energética gracias a sistemas de evaluación como el Light Induced Degradation (LID), que “empujó a gobiernos y políticos a adoptar leyes más restringentes”, en América Latina “se está avanzando poco a poco”, dado que “el problema radica en la aplicación de leyes y la corrupción imperante, que dificultan la adopción de estos sistemas de evaluación y su ejecución en los proyectos urbanos”.

- ¿Por qué la eficiencia energética es tan importante para las ciudades?

- Creo que, en general, la eficiencia energética es la que paga más por su inversión y la que obtiene mejores resultados. Se trata de cómo aprovechar mejor la energía que ya tenemos a través de elementos tecnológicos, arquitectónicos y de diseño, una combinación que resulta en un campo que si bien no es nuevo, hace décadas se nos olvidó y ahora lo estamos retomando ante las necesidades de la población y la previsible escasez de recursos.

Sin embargo, hay que enfrentar muchos escollos. Por ejemplo, con la energía solar el problema siguen siendo las compañías productoras de paneles, ya que están resistiendo la adopción de la tecnología en la arquitectura, dado que les interesa más venderle a una ciudad 100 Mw de paneles instalados en un campo y no veinte unidades a una casa o un edificio. Es un rubro que todo el mundo considera altruista, pero las empresas productoras de paneles buscan ganancias como cualquier otra.

- Hoy las ciudades se enfrentan a problemas derivados del crecimiento poblacional: hacinamiento, colapso de recursos, contaminación ambiental. ¿Qué podría suceder con el uso energético? ¿Estamos en condiciones de lograr un abastecimiento total de energías limpias?

- Desgraciadamente el crecimiento poblacional de las ciudades está causando un punto de tensión, porque la demanda de recursos es cada vez más grande y la misma conciencia ambiental no nos permite construir más plantas eléctricas por todas partes. Además, al menos por ahora, tanto la energía solar como la eólica no tienen la capacidad de suplir suficientemente a las fuentes energéticas convencionales.

Por ello, los gobiernos están en la urgencia en tomar decisiones. Una de ellas sería, irónicamente, volver a formas de producción energética no tan limpias, como el carbón, mientras que otra posibilidad podría ser experimentar más seriamente con lo que considero una gran solución: la energía nuclear.

Es un problema que pronto vamos a tener que enfrentarlo. En la mayoría del mundo, la población está creciendo tremendamente y si no se discute con seriedad la forma de empatarlo con la capacidad de proveer servicios, habrá un problema grave. Sin embargo, no oigo dialogar sobre cambios en los próximos diez o veinte años y dudo mucho que ocurran en esos plazos, por lo que deberíamos ser más realistas y hablar en términos de cincuenta o incluso cien años.

- Mencionó a la energía nuclear como posible solución, pero allí además subsiste en varios países una cuestión filosófica que genera replanteos en su uso por los accidentes y la contaminación de los residuos nucleares.

- Es cierto, pero creo que se puede manejar correctamente el asunto de los desechos y minimizar aún más los accidentes, que actualmente son escasos y limitados. Países como Francia, donde la electricidad de origen nuclear supone el 80% del total, tienen sus plantas nucleares en buen funcionamiento y con bajísima tasa de incidentes.

Cuando sucede un accidente, éste tiene una fuerte repercusión sensacional porque en el momento hay mucho caos pero, mirando en retrospectiva, las plantas son muy seguras. No hay que olvidar que la energía nuclear es la más eficiente, barata y limpia de todas las renovables.