Fernando Bravo: "La radio te da una libertad distinta"
Con décadas de trayectoria, Fernando Bravo repasa sus inicios y habló sobre la vigencia de la radio ante el streaming, en los 105 años de la radio argentina.

Fernando Bravo es una de las voces más reconocidas de la radio argentina. A sus 81 años y con 60 de carrera, reflexiona sobre sus primeros pasos en San Pedro, la llegada a Buenos Aires y el rol que todavía cumple la radio en una era dominada por plataformas digitales.
El formato "radio" cumple 105 años de historia desde que "Los Locos de la Azotea" hicieron la transmisión de Parsifal desde la terraza del Teatro Coliseo. Aquellos hombre revolucionaron la comunicación y crearon el sistema en el que Fernando Bravo se formó y sigue vigente: "Esos muchachos que estaban poniendo la base de la piedra basal de lo que era la radiotelefonía en la Argentina, ahí colgados de la azotea, como bien se dice, poniendo una antena, transmitiendo una hora y dando el inicial a algo que ellos sabían intuían de que podía ser maravilloso".
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Los primeros pasos de Fernando Bravo
Bravo creció en una casa donde la radio era compañía cotidiana: el fútbol, las carreras y la música que escuchaba su padre marcaron su fascinación por el medio. Su debut fue a los 15 años, en una propaladora —una red de altoparlantes que transmitía música y avisos comerciales en el pueblo—, experiencia que él recuerda como un “juego adolescente” que terminó moldeando su destino profesional.
Tras recibirse en el ISER como locutor en 1969, se mudó a la Capital, donde las grandes emisoras concentraban la producción. Empezó en Radio Belgrano y rápidamente tuvo una oportunidad en televisión con La Campana de Cristal, reemplazando nada menos que a Cacho Fontana.
Desde entonces, pasó por Continental, Mitre, Rivadavia y Del Plata, consolidándose como conductor en programas musicales, informativos y magazines. “Fue un camino progresivo —señala—, de aprender y crecer paso a paso”.
Una carrera de seis décadas
Bravo admite que hoy se siente en su mejor versión profesional, gracias a la experiencia acumulada: “Soy el producto de 60 años. A lo mejor hoy soy la mejor versión, porque aprendí a usar lo vivido de la mejor manera”.
A lo largo de su trayectoria trabajó con grandes figuras como Larrea, Carrizo y Lagos, y también incursionó en la televisión con ciclos emblemáticos como Siglo 20 Cambalache.
Para Bravo, la radio no es un medio “antiguo” sino una plataforma que se reinventa. “Es un vehículo cultural imprescindible para la sociedad. Tiene algo que no da ningún otro medio: libertad”, afirma. Y añade que incluso frente al streaming, la radio conserva su valor único: “La radio te deja escucharla mientras hacés tu vida. El streaming esclaviza: tenés que estar frente a una pantalla”.
Modelos y legado de la radio
Cita a Antonio Carrizo, Cacho Fontana y Héctor Larrea como referentes de una radio “artesanal”, en la que el conductor armaba y musicalizaba su propio programa. Y aunque reconoce que los jóvenes se inclinan por formatos más descontracturados, está convencido de que tarde o temprano “volverán a descubrir la AM, como se descubre el tango”.
Además, agregó: "La radio te da una libertad distinta". En ese sentido, marcó una diferencia con el streaming, formato con el que no busca competir: "Un tipo como Fernando Peña no hubiese existido. Fernando Peña fue uno de los tipos más revolucionarios de la comunicación y de la radio, porque él solo eran ocho personajes a la vez. Él solo. Entonces una cámara, si la gente decía "uy, a ver qué va a decir Sabino, a ver qué va a decir fulano, a ver qué va a decir el otro", el hubiese sido solo un tipo solo frente al micrófono y se hubiera roto el encanto".
Con más de 80 años, Bravo asegura que sigue sintiendo la misma adrenalina al abrir un programa: elegir los temas, crear climas y mantener viva la expectativa de la audiencia. “Voy con alegría todos los días a la radio. El día que pierda eso, no trabajo más en esto”, resume.