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Familias multiespecie: una nueva forma de entender el hogar

La inclusión de animales no humanos en los hogares redefine la noción de familia y plantea desafíos sociales y jurídicos.

Las familias multiespecie integran a los animales como miembros esenciales dentro del núcleo del hogar.

Las familias multiespecie integran a los animales como miembros esenciales dentro del núcleo del hogar.

Canva

Durante siglos, la definición de familia estuvo ligada exclusivamente a las personas: padres, madres e hijos. Sin embargo, en los últimos años comenzó a consolidarse un nuevo paradigma que amplía esa noción: la familia multiespecie. Se trata de hogares en los que los animales no humanos ocupan un rol activo como integrantes de la vida cotidiana, con cuidados, rutinas y afectos similares a los que se brindan a los demás miembros de la casa.

Lilian Ruth Fernández Galdame, abogada y miembro de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Mendoza, explica que “la familia multiespecie es un concepto de costumbre que surge en la sociedad y que viene a quedarse. Antes los animales eran vistos como simples mascotas del patio; hoy son reconocidos como miembros activos del hogar, con su propio cuidado y un rol directo en la familia”.

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Este modelo familiar amplía los vínculos afectivos al incluir a perros, gatos  y otras especies como compañeros fundamentales.

Este modelo familiar amplía los vínculos afectivos al incluir a perros, gatos y otras especies como compañeros fundamentales.

La familia multiespecie, entre la costumbre y la ley

Si bien aún no existe una figura legal que defina formalmente a la familia multiespecie, la abogada recuerda que ya hay un marco normativo y jurisprudencial que avanza en esa dirección. “En Argentina rige la Ley 14.346 contra la crueldad y el maltrato animal, y en Mendoza contamos con una Fiscalía especializada en delitos de maltrato animal. Esto marca un cambio de conciencia”, señala.

Los tribunales también han sentado precedentes significativos. Los fallos más emblemáticos fueron los de las chimpancés Cecilia de Mendoza y Sandra de Buenos Aires que las reconocieron como sujetos de derechos no humanos. “Esto significa que los animales tienen derecho a la alimentación, al bienestar, a la salud y, por supuesto, a la vida”, explica Fernández Galdame.

En el ámbito familiar, agrega, ya existen decisiones judiciales que regulan la convivencia con animales en casos de divorcio: “Muchos jueces han establecido regímenes de cuidado compartido, días de visita, responsabilidad en la alimentación e incluso la posibilidad de que los animales viajen de vacaciones con cada uno de los ex cónyuges. Eso le da fuerza al concepto de familia multiespecie”.

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La abogada Lilian Ruth Fernández Galdame junto a su hija y sus gatas.

La abogada Lilian Ruth Fernández Galdame junto a su hija y sus gatas.

La vida cotidiana de una familia multiespecie

Más allá de lo jurídico, el fenómeno se vive todos los días en miles de hogares. Ana María, casada y madre de dos hijos, describe a sus dos caniches como parte inseparable de la familia: “No son mascotas, son nuestras compañeras de vida. Vienen de vacaciones con nosotros, van a la peluquería y al veterinario. Tienen su rutina y mis hijos las sienten como hermanas perrunas”.

También Lucas y Marisa, una pareja sin hijos humanos, relatan cómo sus dos perros, Brenda y Tyser, se convirtieron en el centro de su vida. “Les decimos nuestros ‘perrijos’. Organizamos todo pensando en ellos, desde dónde alquilar hasta cómo viajar. Celebramos sus cumpleaños y son protagonistas en reuniones familiares. No nos imaginamos la vida sin ellos”, cuentan.

Estos testimonios muestran que el cambio cultural atraviesa distintos tipos de familias: con hijos o sin ellos, en hogares grandes o pequeños, los animales no humanos pasan a ocupar un lugar protagónico.

familia multiespecia

Un cambio cultural en marcha

La familia multiespecie no reemplaza a la tradicional, sino que la complementa. Pone en evidencia que los vínculos familiares no dependen únicamente de la sangre, sino también de los afectos, los cuidados y la convivencia.

Este fenómeno refleja una transformación más amplia en la relación entre personas y animales, marcada por la empatía, la responsabilidad y el reconocimiento de derechos. “La costumbre ya está instalada, y la ley siempre corre detrás de ella. En este caso, los tribunales y la sociedad empiezan a dar pasos firmes para reconocer a los animales como parte de la familia”, resume Fernández Galdame.

En definitiva, hablar de familias multiespecie es hablar de un modelo en expansión, que redefine qué significa “hogar” y abre el camino hacia una sociedad donde el amor y el cuidado se comparten más allá de las especies.