Estudiantes de Esquel varados en Carlos Paz tras un fallido regreso desde Brasil
Un contingente de estudiantes de Esquel y Trevelín quedó varado en Villa Carlos Paz tras un viaje a Camboriú con incumplimientos.
Un contingente de estudiantes de Esquel y Trevelín quedó varado en Villa Carlos Paz tras un viaje a Camboriu con incumplimientos.
Lo que suele ser una postal habitual de la temporada estudiantil en Villa Carlos Paz, esta vez mostró una escena muy distinta. Cansancio, enojo y desconcierto marcaron la espera de un contingente de estudiantes proveniente de Esquel y Trevelín que jamás debió llegar a esa ciudad, pero terminó varado de su viaje de estudios a Camboriú, en Brasil.
Según relataron familiares, el tour fue contratado a una empresa con sede en Bariloche. Pero el itinerario comenzó a desmoronarse desde el inicio, con incumplimientos en las condiciones pactadas durante la estadía en Brasil y posteriores modificaciones en los vuelos de regreso. Esa cadena de errores dejó al grupo atrapado en Córdoba sin respuestas claras.
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Estudiantes varados
Según detalló el portal local Carlos Paz Vivo!, los estudiantes habían pasado la noche en un hotel de Villa Carlos Paz, pero debieron abandonar el lugar y aguardar durante horas bajo el sol sobre la vereda, la llegada de los micros prometidos para retornar a Chubut.
Hasta esta noche solo había arribado un solo colectivo que trasladó a la mitad del grupo; el resto continuó esperando un segundo micro que aún no había sido confirmado mientras desde el hotel les brindaron comida a los estudiantes.
“La empresa no responde, el coordinador tampoco y mucho menos el dueño”, expresó uno de los padres con visible indignación. Otro familiar detalló que el regreso debía concretarse por vía aérea hasta Bariloche, pero finalmente el grupo fue desviado a Villa Carlos Paz, donde llevaban dos días sin solución. “Nos dijeron que, para volver en avión, había que esperar hasta enero. Además, no pagaron el hotel y sacaron a los chicos a la calle”, denunció.
Desde el propio contingente, un estudiante resumió la experiencia con bronca y angustia: contó que antes de volar a Brasil tuvieron que pagar el equipaje de su bolsillo porque no estaba incluido en el paquete y lamentó que, como cierre de la odisea. “Pasaremos el 31 arriba de un micro”, dijo. Una travesía que debía ser un recuerdo inolvidable terminó convertida en una larga y amarga espera.
