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Enrique Piñeyro: "El miedo a volar es un gran negocio para muchos"

El piloto y cineasta reestrenó su obra "Volar es humano". En diálogo con MDZ, Piñeyro habló del inicio de su amor por los aviones, la misión de su ONG humanitaria y contó por qué cree que el miedo por volar es rentable.

Enrique Piñeyro volvió al Teatro Coliseo con su obra “Volar es Humano, Aterrizar es Divino”.

Enrique Piñeyro volvió al Teatro Coliseo con su obra “Volar es Humano, Aterrizar es Divino”.

Agustín Tubio/ MDZ

Enrique Piñeyro reestrenó su obra "Volar es humano y aterrizar es divino", una experiencia escénica que mezcla humor, reflexión y datos duros para desarmar los mitos que alimentan el miedo a volar. En charla con MDZ, el piloto habló de su pasión por los aviones, la gastronomía, su ONG humanitaria y por qué cree que el miedo a volar es un negocio.

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Entrevista MDZ a Enrique Piñeyro

Volar sin miedo, una misión personal

“Las dos ambiciones inmemoriales del hombre fueron volar y ser inmortal”, dice Enrique Piñeyro, y su obra arranca desde esa premisa. “Cuando estás en la cabina del piloto, sentís la euforia de haber logrado una de ellas. Pero en la cabina de pasajeros ves la angustia por no haber conseguido la otra”. Con ese contraste, el cineasta y piloto desmonta los miedos más comunes: “En 2017 hubo 38 millones de vuelos y no se murió nadie a bordo de un jet comercial. Ese mismo año murieron 265 personas cazando Pokémon”.

La obra, que comenzó como un unipersonal, ahora suma actores, simuladores y videos. Pero la esencia se mantiene: educar desde el humor y el conocimiento.

De piloto precoz a cocinero profesional

¿Por qué "Volar es Humano"?

Piñeyro voló por primera vez a los cuatro años. A los tres ya distinguía modelos de aviones desde la terraza de Ezeiza. “No tenía ni idea de por qué volaban, pero sabía que quería hacerlo. Debe haber sido genético”, bromea.

Su otra pasión, la cocina, nació por necesidad. “En mi casa no se cocinaba nada. Cuando descubrí cómo hacer un huevo frito fue alquimia pura”, recuerda. Hoy es el alma detrás de Anchoita, uno de los restaurantes más valorados de Buenos Aires, y cocina incluso en su barco humanitario: “Tenemos una cocina en el deck, ahí preparo comida para los migrantes rescatados en el Mediterráneo”.

Cocinar, actuar, volar: la vida según Piñeyro

“Hoy hago lo que hacía antes de los seis años”, resume. La actuación llegó como juego infantil, el cine como vehículo de denuncia (recordemos "Whisky Romeo Zulu"), y el avión se convirtió en herramienta para salvar vidas con su ONG Solidaire.

La gastronomía, en cambio, le reveló otro ritmo: “Ahí sí sentí que estaba trabajando. Son jornadas larguísimas. Pero me apasiona. Es un mundo infinito”.

Volar es humano, Enrique Piñeyro

"Volar es humano, aterrizar es divino" se reestrenó el 31 de octubre y continuará con funciones este domingo 9/11 y los días viernes 14/11, sábado 15/11 y domingo 16/11.

Rescates, drama y humanidad

Desde Ucrania hasta Níger, pasando por Afganistán o Sudán, sus vuelos humanitarios lo marcaron para siempre. “Una nena afgana me dijo: ‘Quisiera que nadie más desee haber nacido hombre’. Otro chico solo miraba cómo lloraban los adultos que lo cuidaban. Esa mirada me la llevé puesta”.

“Es un sube y baja emocional. Sacás gente de situaciones terribles, y cuando suben al avión, es una fiesta. Pero también hay muerte. Un pasajero se murió al aterrizar. Todo eso convive”.

Argentina y la falta de respuesta estatal

Hace poco, Piñeyro denunció que le apuntaron con un láser al aterrizar en Ezeiza. “La respuesta fue: ‘No hiciste el informe’. Mentira. Hay mil informes. Lo que falta es voluntad de actuar”, dijo, y reclamó uso de helicópteros para detectar los puntos desde donde salen los haces.

Por qué no hay que tenerle miedo a volar

Cuáles son las decisiones claves en un despegue según Enrique Piñeyro

“La posibilidad de que te pase algo en un vuelo es ínfima. Tenés que volar todos los días durante 9.000 años para tener una probabilidad significativa”, asegura. Y resume la lógica de la aviación: “Pensamos todo desde cómo evitar que pase. Siempre tenemos plan B, C, D. Eso no se improvisa”.