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El cansancio de ser padres: el fenómeno del burnout parental que crece en silencio

El agotamiento emocional y físico que afecta a madres y padres se multiplica, pero todavía cuesta nombrarlo. Criar hoy implica una carga que desborda.

Ciertas variantes genéticas pueden prolongar sus efectos, generando ansiedad, insomnio o irritabilidad si su consumo no es moderado.

Ciertas variantes genéticas pueden prolongar sus efectos, generando ansiedad, insomnio o irritabilidad si su consumo no es moderado.

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Cuidar, contener, organizar, estar. El burnout parental no se manifiesta solo con cansancio: aparece como un desgaste profundo, físico y mental, que afecta a quienes crían. Muchas madres y padres sienten que ya no pueden más, pero siguen, porque no hay pausa posible cuando se trata de los hijos.

El síndrome fue reconocido por entidades como la Asociación Americana de Psicología y estudios europeos desde 2017. Se diferencia del estrés cotidiano por su profundidad y duración. El agotamiento parental no es una exageración: es el resultado de sostener demasiado durante demasiado tiempo, sin descanso ni ayuda suficiente.

La sobrecarga emocional detrás de la crianza

No es falta de amor. El burnout parental aparece cuando se exige estar siempre bien, siempre disponibles, siempre presentes. Pero nadie puede sostener eso sin consecuencias. La carga mental se vuelve invisible, pero agota más que cualquier tarea concreta.

De esta manera podrás combatir la tristeza. Foto: Shutterstock
El burnout parental afecta la salud emocional de miles de familias.

El burnout parental afecta la salud emocional de miles de familias.

El mandato de ser padres “ideales” choca con rutinas exigentes, falta de descanso y presión económica. La desconexión, la irritabilidad o el sentimiento de estar “fallando” no son signos de desamor, sino síntomas claros de un agotamiento que se acumula sin que nadie lo note.

Criar sin red en tiempos complejos

En muchos hogares, las redes de apoyo se achicaron. Las abuelas trabajan, culpa de una jubilación que no alcanza, las niñeras son inaccesibles y las licencias no son suficientes. Mientras tanto, la exigencia de una crianza presente y emocionalmente disponible sigue intacta. La cuenta no cierra y el cansancio aumenta.

Pedir ayuda sigue siendo visto como debilidad. Reconocer que una madre o un padre están agotados muchas veces se malinterpreta como abandono. Pero admitir que la crianza puede desbordar no solo es necesario: es urgente.

El tiempo en familia, clave para el desarrollo de un niño. Foto: Pexels
Cuidar y criar sin ayuda ni pausas puede llevar al colapso.

Cuidar y criar sin ayuda ni pausas puede llevar al colapso.

El burnout parental crece en silencio porque no se nombra, porque no se ve. Y porque todavía pesa la idea de que criar debe ser placentero, que es natural hacerlo todo sin descanso. Nombrarlo no soluciona el problema, pero sí abre la posibilidad de empezar a aliviarlo.