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Del depredador al algoritmo: la historia social del miedo

Bajo la mirada histórica, el miedo pasa de huir del depredador a temer la reputación en redes; construcción social que podemos reconocer y desafiar al peligro.

Entender el miedo como algo socialmente construido, nos permite percibirlo de modo crítico.

Entender el miedo como algo socialmente construido, nos permite percibirlo de modo crítico.

Archivo MDZ

La historia del miedo a lo largo de los siglos muestra que algunos se han liberado de él bajo dos modos: con la ayuda del mismo miedo escapando de un miedo a otro en el que haya más esperanza y recurriendo a la curiosidad por algo totalmente diferente que borra de modo temporal la presencia del peligro.

El miedo moderno es crear una impresión falsa

La reputación es el purgatorio de lo contemporáneo. Cuanto más democrática se considera una sociedad, tanto más importante resulta la reputación y más obsesivo el miedo a las críticas de los demás. Las redes sociales se han convertido en el fundamento de los negocios, la política, los espectáculos, la religión. En el tiempo presente nos sentimos atormentados por el miedo a la violencia, a los robos, a transitar de noche, al desempleo o a la enfermedad. A lo diferente, a las guerras. A los desajustes económicos. A lo largo de la historia de la humanidad, los miedos fueron cambiando.

En la Prehistoria el miedo funcionó como herramienta adaptativa, huida del depredador, alerta frente al clima, protección del grupo que se organiza en torno a amenazas físicas inmediatas. Es el miedo como supervivencia. En la Antigüedad, en Egipto Grecia y Roma, el miedo se vincula al castigo divino y al desorden social. En Grecia aparece el término phobos (terror) y deimos (pavor).

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A lo largo de la historia de la humanidad, los miedos fueron cambiando.

A lo largo de la historia de la humanidad, los miedos fueron cambiando.

El miedo regula la conducta colectiva y la moral

En la Edad Media, el miedo central es la condenación eterna. La Iglesia utiliza el miedo como dispositivo de orden y control social. Existe miedo al pecado y a la enfermedad como castigo. Hay una división entre el Poder Temporal y el Poder de Dios. En la Modernidad, Hobbes introduce el miedo como fundamento del Estado: el hombre es el lobo del hombre y el Estado surge como Contrato Social para administrar el miedo de otro modo. La aparición del miedo individualizado aparece además en la literatura con Shakeaspeare.

En el Iluminismo nacen las instituciones disciplinarias como la cárcel pero también las escuelas o los hospitales que ubican los miedo en una gestión de carácter racional. Se redefine lo temible y se concientizan los mecanismos de control. El siglo XIX es el origen del miedo moderno donde la industrialización provoca un caos urbano y el miedo puede transformase en Angustia y también en pérdida. El siglo XX es un miedo de carácter masivo, donde la guerra es la principal protagonista. El miedo se socializa y se instrumenta políticamente.

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El siglo XX es un miedo de carácter masivo, donde la guerra es la principal protagonista.

El siglo XX es un miedo de carácter masivo, donde la guerra es la principal protagonista.

El siglo XXI transforma el miedo a la mirada del otro

Pandemias, terrorismo, colapsos ecológicos, inestabilidad económica y las redes sociales, protagonistas absolutas en donde la ansiedad social tiende a miedos difusos, abstractos, globales. Se pertenece o no. Existe el miedo a la exclusión y al fracaso. Un siglo XXI que recién comienza y sus inicios estuvieron teñidos de incertidumbre.

En los últimos años se realizaron avances en la capacidad para reducir el miedo pero la medicina no logra ponerse de acuerdo sobre cuál es el mejor remedio para el miedo y duda entre medicamentos, ejercicios para cambiar hábitos o resolución de conflictos inconscientes como lo puede proponer el Psicoanálisis. Pero los tiempos que corren provocan que todos nosotros inventemos otros miedos: la información científica acumulada acerca del miedo no redujo en nada la demanda de curanderos mágicos y chantas dispersados a lo largo y a lo ancho de las redes informáticas. Quizás porque muchas personas prefieren mantener su ignorancia y aferrarse a miedos que conocen.

Entender el miedo como algo socialmente construido, nos permite percibirlo de modo crítico. En lugar de vivir arrastrados por terrores heredados, podemos ver el miedo como un fenómeno manipulable, un artefacto cultural que conviene conocer y en lo posible desafiar. En última instancia, pensar el miedo de este modo nos recuerda que, aunque sea una emoción primitiva, su forma y alcance dependen de la sociedad que lo cultiva, es decir, de nosotros mismos.

* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta. Conduce todos los martes a las 20:00 el programa MEGAPSINEPOLIS que pueden escuchar en Radio Amadeus, FM 91.1.

IG: @carlosgustavomotta