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Del campo al celular: así funciona la yerba mate tokenizada de acceso simple

Una alianza entre R3al Blocks y Mathienzo convierte un lote de yerba mate en unidades digitales accesibles, con entrada desde 20 dólares y foco en desarrollo.

Una tradición que se anima el futuro digital.

Una tradición que se anima el futuro digital.

Argentina suma un movimiento inesperado que mezcla identidad y tecnología: una producción de yerba mate convertida en un activo digital al alcance de cualquier persona. La propuesta nace de R3al Blocks, en alianza con la marca Mathienzo. El objetivo es sencillo de entender.

Reunir pequeños aportes para financiar un ciclo productivo real y compartir, al final del proceso, el resultado económico de la venta. La novedad no reemplaza al ritual del mate. Lo proyecta a un terreno donde miles de ahorristas pueden participar con montos bajos y reglas claras.

Qué significa “tokenizar” un lote de yerba mate

En la práctica, el esquema se organiza por lotes. Cada token representa once paquetes dentro de una tirada total de 1.920 unidades. Con el dinero reunido se compran hojas del campo, se procesa la yerba, se envasa y se distribuye. La comercialización ocurre por canales directos: el sitio oficial de la marca y marketplaces conocidos.

Cuando el lote se vende por completo, quienes participaron reciben su retorno. Existe, además, una alternativa concreta: retirar producto a precio preferencial. La barrera de entrada es baja. Se puede comenzar desde 20 dólares, con un registro simple y una operación 100% online. Menos intermediación, más trazabilidad y un vínculo claro entre el aporte y un bien físico que todos reconocen.

mate
Este avance digital con la yerba mate puede ser un gran comienzo en la economía regional.

Este avance digital con la yerba mate puede ser un gran comienzo en la economía regional.

Por qué esta idea mueve la aguja en las economías regionales

El proyecto conversa con una tendencia global: usar tecnología para ampliar el acceso al financiamiento, mejorar la transparencia y acercar capital a sectores que suelen depender de créditos caros o de plazos extensos. En este caso, la tokenización permite mostrar avances por etapa, ordenar flujos y alinear intereses.

Para productores, significa capital de trabajo con costos previsibles. Para el público minorista, una puerta a la economía real con un rendimiento estimado —alrededor del 15% anual, sujeto a la colocación del lote— y riesgos explicitados desde el inicio. Hay un plus que lo vuelve tangible: quien invierte puede, a la vez, elegir la misma yerba para su consumo diario, acelerando la rotación del stock y acercando el cierre del ciclo.

Quién hace, qué y cómo se participa

R3al Blocks está enfocada en llevar activos del mundo físico a un formato digital fácil de seguir. Trabaja con sectores como inmuebles, energía y agroindustria. Mathienzo aporta la producción: una yerba premium con estacionamiento natural de 24 meses y certificación libre de gluten.

La alianza combina saber hacer en origen con una capa tecnológica que facilita auditorías y mejora la comunicación de cada etapa. Para sumarse, alcanza con crear una cuenta en r3al.io, elegir el monto y confirmar la operación. No hay tecnicismos ocultos ni procesos opacos: cada token se asocia a una porción verificable de un lote concreto que se vende en canales conocidos por el consumidor argentino.

En el día a día, la mecánica favorece decisiones simples. Un “punto de control” por lote, un tablero de avances y una ruta comercial definida. Esa estructura reduce el margen de improvisación y hace previsible el flujo de caja. Para el inversor, la diferencia se nota: no se trata de una promesa abstracta, sino de una cadena productiva que termina en una alacena, un desayuno o una ronda de amigos.

También abre un camino replicable. Si funciona con yerba, ¿por qué no con otros productos regionales que necesitan capital ágil y reglas entendibles?

Tradición que se anima al futuro

La iniciativa no pretende cambiar la esencia del mate. Suma una herramienta para que más personas participen del valor que se genera en la selva misionera y en cada etapa del proceso. El criterio es claro: información comprensible, procesos auditables y comunicación honesta de riesgos y beneficios. Con ese encuadre, la palabra “innovación” deja de ser eslogan y se convierte en práctica.

Cultura, tecnología y desarrollo aparecen en la misma mesa. Cultura, porque el mate es parte de la vida diaria. Tecnología, porque la tokenización permite medir y seguir cada paso. Desarrollo, porque el dinero llega al territorio que produce. Para quien busca diversificar con montos bajos y sentido de pertenencia, esta puerta de entrada es concreta. Para las PyMES, es una vía para crecer sin perder identidad. Y para la yerba mate, un capítulo nuevo donde tradición y futuro caminan juntos.