Cuál es el país que recibe la Navidad antes que todos los demás
Mientras gran parte del mundo aún vive la Nochebuena, en el Pacífico ya es 25 de diciembre y la Navidad inicia primero en un determinado país todos los años.
Hay un país ubicado en el océano Pacífico donde el calendario marca oficialmente el 25 de diciembre antes que en cualquier otro y es el primero en festejar la Navidad.
La Navidad no comienza en un solo momento para todo el planeta. Mientras en algunos países todavía transcurre la tarde del 24 de diciembre, en otros ya se descorchan brindis y se intercambian regalos. Pero hay un país en particular ubicado en el océano Pacífico donde el calendario marca oficialmente el 25 de diciembre antes que en cualquier otro.
Ese lugar es Kiribati, un pequeño estado insular compuesto por 33 atolones y islas coralinas dispersas en una vasta extensión del Pacífico central. Aunque su población es reducida y su nombre resulta desconocido para muchos, Kiribati ocupa un sitio privilegiado en el mapa del tiempo: se encuentra al oeste de la línea internacional de cambio de fecha, lo que le permite recibir antes que nadie cada nuevo día del calendario.
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Esta diferencia no responde a tradiciones ni costumbres religiosas, sino a un factor tan concreto como invisible: los husos horarios.
Navidad, antes que nadie
Dentro de este archipiélago, hay un punto que concentra toda la atención cuando llega diciembre: la Isla de Navidad, llamada localmente Kiritimati. Este enorme atolón de coral, de casi 400 kilómetros cuadrados, representa cerca del 70% de la superficie terrestre total del país y es, oficialmente, el primer lugar del mundo en vivir la llegada del 25 de diciembre.
La historia del nombre de la isla se remonta al siglo XVIII. El 24 de diciembre de 1777, el explorador británico James Cook arribó a estas costas y decidió bautizarla en honor a la fecha que se aproximaba. Desde entonces, Kiritimati quedó ligada para siempre al simbolismo navideño.
Hoy, la isla cuenta con varias aldeas principales —London, Paris, Tabwakea y Poland—, un aeropuerto internacional y una actividad turística en crecimiento, impulsada por quienes buscan una experiencia única: celebrar la Navidad antes que el resto del planeta. Playas de arena blanca, aguas cristalinas, pesca deportiva y buceo forman parte del atractivo de este destino remoto.
El segundo país en recibir la Navidad
Luego de Kiribati, la Navidad continúa su avance hacia el sur del Pacífico. Nueva Zelanda es el siguiente gran país en recibirla, con ciudades como Auckland encabezando los festejos. Allí, la Navidad se vive en pleno verano, con reuniones al aire libre, playas colmadas y celebraciones que combinan tradiciones europeas con elementos propios de la cultura maorí.
Poco después, llega el turno de Australia, especialmente en su costa este. Sídney y Melbourne despliegan espectáculos, decoraciones urbanas y eventos masivos que atraen tanto a residentes como a turistas. La imagen de una Navidad con calor, mar y actividades al aire libre contrasta con la postal invernal clásica del hemisferio norte.
En Asia, países como Japón y Corea del Sur también reciben temprano el 25 de diciembre. Aunque allí la Navidad no tiene un fuerte arraigo religioso, se transformó en una celebración cultural y comercial, con iluminaciones espectaculares, encuentros sociales y eventos temáticos que marcan el cierre del año.
El caso de Rusia presenta una particularidad. Debido a su enorme extensión territorial, las regiones más orientales del país ingresan al 25 de diciembre relativamente pronto. Sin embargo, la mayoría de la población celebra la Navidad el 7 de enero, siguiendo el calendario juliano de la Iglesia Ortodoxa, lo que genera un desfase que convive con las celebraciones occidentales.
Finalmente, en el extremo opuesto del planeta, aparecen los últimos en sumarse a la fecha. Territorios estadounidenses como Hawái, Howland y Baker reciben la Navidad casi un día después que Kiribati. Allí, cuando en el Pacífico central los festejos ya terminaron, recién comienza la jornada del 25.
Así, la Navidad completa un recorrido de casi 48 horas alrededor del mundo, uniendo culturas, climas y tradiciones muy distintas bajo una misma celebración.




