Carolina Sánchez Agostini: "Para prevenir acosos y abusos, las familias debemos alzar la vara del buen trato"
Para frenar abusos y acosos, especialistas insisten en que el ejemplo en casa es clave y que el buen trato debe ser un estándar innegociable.

Carolina Sánchez Agostini
Agustín Tubio / MDZPrevenir acosos y abusos requiere un compromiso firme desde el hogar. Especialistas coinciden en que las familias deben establecer altos estándares de respeto y empatía. El ejemplo cotidiano, el diálogo abierto y la educación en valores son herramientas esenciales para construir vínculos sanos y entornos libres de violencia.
Recibimos en la redacción de MDZ a Carolina Sánchez Agostini, ella es esposa, mamá, doctora en Psicología, profesora universitaria, investigadora, autora y máster en familia. Actualmente está escribiendo un nuevo libro.
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-Bienvenida, Carolina.
-Muchas gracias, Marisa. Un placer estar acá. Gracias por la invitación.
-El eje principal de esta conversación es la Educación Sexual Integral (ESI), ¿cuál es el abordaje?
-Es un tema que ha estado durante mucho tiempo en el centro de la disputa social y cultural. Me pareció muy positivo que me propusieran esta conversación, porque creo que es importante ir eliminando tabúes y dar espacio a una ESI que realmente pueda florecer en la vida de los niños y adolescentes. Desde la Universidad Austral investigamos sobre este tema hace tiempo. Vemos que muchos docentes y sienten temor al abordarlo: miedo a reacciones de otros, a conflictos ideológicos y a una falta de capacitación. Por eso creemos que la ESI debe apoyarse más en evidencia científica y menos en ideologías, para que los chicos y chicas reciban educación sexual de calidad.
-¿Qué significa que la ESI sea “integral”?
-La ESI es integral en varios sentidos:
- Integral en sus actores: intervienen la familia, la escuela, el Estado y también los medios y plataformas digitales. Todos influimos, queramos o no.
- Integral en sus dimensiones: abarca la dimensión biológica, psicológica, afectiva, espiritual, social y vincular de la persona.
- Integral en la metodología: no se trata sólo de “bajar línea”, sino de promover el pensamiento crítico, reflexionar sobre valores y llevar los conocimientos a la vida concreta.
-¿Cómo influye el contexto familiar en la educación sexual?
-Las familias son el sistema más cercano al niño, y eso las convierte en el agente más influyente. Cuando la familia está involucrada, hay muchas más chances de que la educación sexual sea efectiva. El rol del Estado y de las escuelas es apoyar, especialmente cuando algunas familias no pueden cumplir este rol por distintos motivos.
-¿Qué papel juegan las redes sociales en la sexualidad de los adolescentes?
-Es un tema clave. Hoy las redes configuran la identidad de los adolescentes. Lo que antes era un proceso interno, ahora está condicionado por la validación externa: los "likes", los seguidores, etc. Esto debilita la construcción de una identidad sólida. Además, muchas veces los chicos están sobreprotegidos en el mundo real, pero desprotegidos en el mundo virtual.
Acompañar la información adecuada a la etapa del desarrollo
-¿Cuál es la edad mínima recomendable para ingresar a las redes sociales?
-Todos los expertos coinciden en que el ingreso a redes debería postergarse hasta los 16 años. Antes de eso, los adolescentes aún están desarrollando su identidad. No tienen todavía las herramientas necesarias para procesar el impacto emocional y psicológico de la exposición en redes.
-¿Qué responsabilidad tienen los adultos en este proceso?
-Muchísima. No se trata sólo de hablar, sino de mirar, escuchar con atención, estar presentes. Muchas veces decimos que no tenemos tiempo, pero lo que falta es calidad en el vínculo. La vara del buen trato en casa es la que prepara a los chicos para detectar el maltrato afuera. También debemos revisar nuestro propio uso de pantallas, porque modelamos con el ejemplo.
-¿Qué características debería tener la ESI en la primera infancia?
-La información debe ser concreta, verdadera y adecuada al desarrollo del niño. No hay que mentir ni usar metáforas confusas (como “la cigüeña”), pero tampoco dar información que no puedan procesar. Si un niño tiene información que no es apropiada para su edad, hay que investigar de dónde la obtuvo: puede ser un tema de convivencia con hermanos mayores o una señal de alerta en caso de abuso.
-¿De qué se trata tu próximo libro?
-Después de muchos años trabajando con adolescentes y familias en distintos países, decidí volcar parte de mi tesis doctoral y mi experiencia en un libro. El objetivo es ofrecer herramientas a los padres para hablar de sexualidad con sus hijos adolescentes, de forma abierta, positiva y sin morir en el intento. Se centra en cómo generar conversaciones significativas y abrir espacios de diálogo.
La vara del mal trato la ponemos nosotros
-¿Dónde podemos encontrarte y seguir tu trabajo?
-En Instagram estoy como @espacio.esi donde comparto recursos, reflexiones y contenido relacionado con familia, educación sexual y adolescencia.