Andrea Estévez Mirson: "La radio sigue siendo la dueña de la magia"
Celebramos en MDZ el "Día del Locutor", recibimos a Andrea Estévez Mirson, una mujer de radio de gran trayectoria en emisoras y programas de primer nivel.

Andrea Estévez Mirson
Agustín Tubio / MDZLa radio es la compañía diaria de millones de argentinos. Es la banda de sonido de trabajadores y estudiantes, como también la compañía de los que andan solos. Es la información, es el debate, es el partido de fútbol, es la música, es el entretenimiento y muchas cosas más que ya forman parte de la cotidianeidad.
En los estudios de MDZ, celebramos el día del locutor con una entrevista a una gran mujer de radio, Andrea Estévez Mirson, dueña de una gran voz que podemos escuchar en los fines de semana por la noche en Radio Mitre junto a Nora Perlé y la mañana de los domingos junto a Alfredo Leuco, además de Radio Nacional.
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-Andrea Estévez Mirson bienvenida a MDZ ¿por qué sos locutora?
-La locución siempre me gustó, desde que era chiquitita y jugaba con una birome, que hacía que hablaba de todo con uno y con otro, y después, con el correr de los años en la primaria me elegían para leer en los actos, porque cuando practicábamos lectura en voz alta, para mi maestra era la que mejor lo hacía y entonces iba quedando expuesta. Cuando llegué a la secundaria, el momento que te hacen test vocacional, no hizo falta, porque ya sabía lo que quiero hacer, quiero estudiar locución. Primero fue plantearlo en mi casa, que mis papás no tenían estudios y todo les parecía como novedoso. Después me apoyaron, fui muy afortunada porque estaba preparada para escuchar al resto de mis compañeros que iba rindiendo. Era muy jovencita, terminé el secundario y me anoté en el ISER.
-Te recibiste, te dieron el carnet con la matrícula y de ahí a golpear puertas en esta gran ciudad. ¿Cómo empezaste esa etapa?
-Nosotros nos recibimos a mitad de diciembre de 1988 a los años, y entonces era empezar a ofrecerse y los primeros turnos de trabajo fueron durante las fiestas de ese año, porque los titulares de los lugares no querían trabajar ni Año Nuevo, ni Navidad, ni el verano, fue empezar a hacer suplencias en algunas radios. La primera de todas fue Radio América, después hice suplencias en Radio del Plata, esa Navidad de 1989 me tocó trabajar y pude llevar al estudio de la radio a mi mamá y con mi hermana, porque a mi papá le tocaba trabajar también. Él era sereno, en un lugar y a mí me habían puesto una Navidad para entonces.
-La radio se caracterizó por ser una gran compañía para mucha gente sola.
-Eso era lo que me gustaba a mí. Me decidí a estudiar locución por eso mismo, escuchaba mucha radio, estudiaba en la escuela y en casa estudiaba escuchando radio y me parecía como una magia viva. Y pensaba "algún día quisiera estar ahí adentro". Y esa magia sigue vigente hoy día, a pesar de que tanto se vapulea al medio y tantas cosas. Se dice que ahora el streaming o que los podcast o no sé, tantas formas diferentes, que la radio va a morir y no, no, la radio no va a morir nunca y es una forma de compañía impresionante y puede estar con vos en cualquier lado mientras estás trabajando.
-¿Cómo te llevas con la radio con cámara?
-Nora Perle, con quien colaboro en "Canciones son amores" la noche de sábados y domingos en Radio Mitre, que además, va muy bien de audiencia, ella le pide al operador apagar la cámara para conservar la magia de la radio, para que la gente imagine. Los sábados por la mañana a las 9, estoy en Radio Nacional AM 870, "A tu servicio", ahí si hay cámaras, por lo tanto tenés que vestirte distinta, peinarte, es estar atenta a otros detalles. No es lo que más me gusta saber que hay una cámara encendida, pero entiendo que hay que adaptarse. Me pasa claramente los domingos a la mañana con Alfredo Leuco en Mitre. Por momentos estamos todos en cámara porque dividen la pantalla y aparecemos todos.
-Si uno recorre tu historia, creo que nunca dejaste de trabajar en radio, ¿puede ser?
-Sí, dejé de trabajar cuando nacieron mis hijos, hice una pausa. Soy bendecida porque todo el mundo me decía "te va a costar volver porque los años pasan" y volví a hacer lindas cosas.
-¿Es fácil adaptarse a las distintas temáticas de cada programa, porque lo que haces en Radio Nacional es de una manera, después con Nora Perlé es de otra, y el mismo domingo a la mañana con Leuco es con invitados?
-Creo que es parte de la profesión, que sean cosas diferentes, resalto que pueda tener participación.
-¿La radio te sigue sorprendiendo?
-Siempre hay cosas que sorprenden y bienvenido sea. Por eso digo que, la radio no murió y espero que no muera por más aunque aparezcan nuevas cosas. La magia que tiene la radio. A veces te llama gente que está en una guardia de un hospital, Recuerdo en pandemia. La gente agradecida de que uno estaba en el aire, en vivo, que nuestra profesión había sido declarada esencial y seguíamos trabajando.
-¿Hablando de pandemia, te tocó cuidar a Nora Perlé?
-Nora Perlé tuvo covid y me tuve que hacer cargo de un programa de cinco horas de duración, con un placer y un honor enorme. Si me hubieses preguntado hace unos años, charlábamos y me hacías esta pregunta, ¿cómo yo voy a trabajar con Nora Perlé? Desde hace ocho años que estoy con ella, primero empecé haciendo una suplencia en los veranos y desde la pandemia me quedé con ella, ya había terminado en enero de 2020 y ella volvió a mitad de febrero y en marzo, cuando se cierra todo y me dicen, te necesitamos porque Nora no puede salir de la casa, que se tiene que quedar ahí. Fue ganarse la confianza de ella, porque ella siempre solita con su programa, yo tenía la imagen que me había contado, que se iba con su valija de discos y yo la veía por que yo hacía un programa con Fabricio López y en 2019. Hoy en día lleva CD's y los tiene mercaditos, porque ella es impecable, piensa cada detalle.
-¿Y cómo fue ganarse la confianza?
-Creo que entre las dos, así nos dimos cuenta que podíamos trabajar juntos, yo lo que no quería es que ella pensara que yo le quería quitar el protagonismo.
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-También hubo una época en que en la pandemia Nora escuchaba su propio programa desde la cama de hospital.
-Cómo sufrimos en ese momento, no podía ni hablar, fue muy duro. Como ella me dijo una vez, fue un crecimiento. Ella tiene 24 años de permanencia con este programa. Yo debía cuidar lo que ella tenía y ese respeto siento por ella, por el programa, por la gente que escucha. Y entonces creo que entre las dos ella a veces me dice que me adopta de hija. Entonces yo le digo vení, yo te adopto de madre porque que lindo, nos viene bien una relación así a las dos.
-En algún momento hablaste de magia, vamos a sacar este personaje porque le vamos a dedicar un capítulo especial, te imaginarás que es Juan Alberto Badía. ¿Quiénes eran esos referentes que tenías en la carrera y que a lo mejor la vida te dio la dicha o la gracia de trabajar con ellos?
-Tuve la fortuna de trabajar con Juan Alberto Badía. En la secundaria escuchaba "Piedra libre", ese programa de radio que lo hacía con Marcelo Tinelli, donde también estaba María Esther Sánchez. Me sabía los separadores, me parecía un programa alucinante. Y a la vuelta de la vida yo estaba trabajando en Viva FM, con Silvina Chediek, un amor de persona que hoy día nos seguimos cruzando mensajes para alguna fecha especial. Yo la quiero mucho y sé que ella me quiere también. Un día yo llegaba un rato antes de hacer la reunión previa con Silvina que iba detrás de Badía en el horario. Me iba al control y miraba un poco cómo era lo que estaba sucediendo con Juan Alberto y el equipo. Una vuelta veo que Juan Alberto me hace una seña y a mí me empezó a temblar todo, claro. Entonces voy del otro lado y me dice "cuando yo termine el programa quiero hablar con vos. Decile a Silvina que yo necesito hablar diez minutos con vos". Este hombre que me va a decir aparte palabras mayores y cuando nos ponemos a charlar después me enteré que Silvina ya sabía. Me dice "mirá, se va María Muñoz", que en ese momento era su locutora. Dejaba la radio para irse a trabajar a la televisión, ya que le había salido una muy buena oportunidad. "Quiero que seas el reemplazo de María y te quedes conmigo haciendo el programa". Yo no sabía si abrazarlo, si llorar, si caerme desmayada de la emoción. Digo "bueno, pero y ¿Silvina?". "Podés hacer los dos programas. Si vos querés, haces los dos programas".
-¿Trabajaste con grande figuras, no?
-Trabajé con mucha gente importante también en la radio. Con Magdalena hice suplencias, generosa también, como poco de cada uno, con Nelson Castro, mucha sabiduría.
-La última para dejarte libre. Es el día del locutor: ¿qué le aconsejarías a una nueva generación que está en 5º año?
-Que sigan sus sueños, que tengan mucho respeto. Esto que estábamos elogiando de Juan Alberto. Hay mucho vocabulario chabacano últimamente en los medios. Mucha mala palabra, mucha cosa burda. No hace falta. Con el respeto se llega a todos lados. Recuperemos los valores y si verdaderamente les gusta, no se dejen apabullar por ninguna onda negativa o ninguna frase. A veces los profesores son un poco crueles y en tren de que uno salga mejor preparado. Yo me he ido llorando a mi casa después de algunas clases del ISER, pero dije "yo no voy a dejar de, voy a recibir este eso, perseverar y luchar por un ideal y por el sueño que uno tenga feliz".