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Taxista: el oficio que lleva más de un siglo moviendo al país

El taxi argentino tiene historia, colores propios y hasta un monumento en Buenos Aires.
El Gobierno otorgó 255 nuevos permisos para operar taxis en la provincia. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

El Gobierno otorgó 255 nuevos permisos para operar taxis en la provincia. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Cada 7 de mayo, miles de taxistas  en todo el país celebran su día. Un homenaje a una profesión profundamente arraigada en la cultura urbana argentina. La elección de esta fecha no es casual: recuerda el nacimiento de Eva Duarte de Perón, quien fue clave en la fundación del Sindicato de Peones de Taxis durante el primer gobierno peronista. Desde 2006, esta fecha quedó oficialmente establecida para reconocer la labor de quienes, con el volante en las manos, recorren las ciudades todos los días.

La historia del taxi  argentino comenzó a tomar forma en 1904, cuando en Buenos Aires empezaron a circular los primeros autos de alquiler. En aquel entonces, el parque automotor apenas superaba los 40 vehículos. Con el tiempo, la actividad fue formalizándose, y en 1911 se hizo obligatorio el uso del reloj taxímetro, que garantizaba un precio más justo y transparente para los pasajeros. Desde allí, el modelo se replicó en otras provincias y localidades, adaptándose a los colores y reglamentos de cada jurisdicción.

Cada unidad guarda historias de pasajeros y kilómetros recorridos. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

Los taxis en Mendoza  forman parte del paisaje cotidiano. Hoy por hoy existen en la provincia más de 3.000 licencias habilitadas, concentradas principalmente en el Gran Mendoza. El sistema de taxis y remises ha tenido que adaptarse al avance de las apps de transporte, pero sigue siendo una opción fundamental para miles de mendocinos que buscan un viaje seguro y regulado.

El “tachero” argentino no es solo un conductor: es confidente, comentarista, meteorólogo aficionado, cronista de calle y, muchas veces, el primer contacto que un visitante tiene con una ciudad. La relación entre pasajeros y taxistas está cargada de anécdotas, algunas divertidas, otras emotivas o insólitas. Tanto es así que incluso existen redes sociales y páginas donde se recopilan estas historias, como la ya célebre “Me lo contó un tachero”, en Facebook.

El taxi argentino tiene historia, colores propios y hasta un monumento en Puerto Madero.

En Buenos Aires, ese vínculo popular llegó al arte. Desde 2012, en Puerto Madero se levanta el primer monumento del mundo dedicado al taxista. Fue idea del Sindicato de Peones de Taxis de la Capital y muestra a un conductor de tamaño real apoyado sobre un SIAM Di Tella 1500, símbolo de los taxis porteños en los años 60 y 70.

La escultura fue creada por el artista Fernando Pugliese y se emplazó en la esquina de Avenida de los Italianos y Macacha Güemes. No es casual que el auto elegido sea ese: el Di Tella fue inmortalizado por el personaje Rolando Rivas, un tachero de ficción que marcó una época en la televisión argentina.

La fecha también conmemora un hito gremial. En 1989 se firmó el primer convenio colectivo de trabajo para el sector, que sentó las bases para el reconocimiento formal de derechos laborales a miles de conductores. Fue gracias a la articulación entre la Federación Nacional de Sindicatos de Conductores de Taxis y la de Propietarios, quienes desde entonces impulsan esta celebración con carácter federal.

El rol de los taxistas sigue siendo vital para la movilidad urbana en todo el país. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ.

En tiempos donde la movilidad urbana está en plena transformación, con nuevas tecnologías y modelos de negocio, los taxistas siguen dando batalla. Se capacitan, adaptan sus vehículos, mejoran sus servicios y, sobre todo, defienden su lugar en un ecosistema que cambia pero no olvida la importancia del trabajo humano.