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El caso mendocino que revivió tras la tragedia en Villa Crespo

El país entero se encuentra conmocionado tras el asesinato de una familia completa en Villa Crespo. La necesidad de un abordaje en salud mental y el recuerdo de un caso aberrante en Mendoza.
Paula Gigliio fue asesinada por un paciente psiquiátrico.
Paula Gigliio fue asesinada por un paciente psiquiátrico.

A 24 horas del hallazgo de una familia completa asesinada en Villa Crespo, la sociedad sigue en estado de shock y surge el recuerdo de un trágico hecho ocurrido en San Carlos hace poco más de 10 años.

El caso en Villa Crespo, donde la principal hipótesis es que la mujer de 50 años asesinó a puñaladas a toda su familia tras abandonar un tratamiento psiquiátrico, pone bajo la lupa la necesidad del abordaje en salud mental en un contexto donde prevalecen trastornos y enfermedades que siguen en aumento tras la pandemia y las sucesivas crisis sociales y económicas.

La masacre familiar es el reflejo de carencias en el abordaje de las enfermedades psiquiátricas pero no es el primero ni será el último. En Mendoza, más precisamente el 18 de junio del 2014, la tranquilidad del pueblo de San Carlos se vio alterada tras un hecho trágico que podía haber sido evitado. 

Esa mañana, la productora periodística Paula Giglio se encontraba realizando un trámite en la municipalidad de San Carlos y fue atacada a cuchillazos por un joven de 24 años que la eligió al azar ya que luego se supo que víctima y victimario no se conocían.

Tras el primer puntazo, la mujer intentó huir hacia una escalera pero el atacante la siguió atacando. Tres puñaladas más fueron suficientes para que la joven muriera desangrada ante el estupor de los presentes que no entendían lo que estaba sucediendo. Minutos antes el atacante había intentado entrar a un colegio secundario armado con un cuchillo, pero alguien se lo impidió. Entonces siguió su camino e ingresó en la dependencia municipal donde finalmente encontró a su víctima.

“El diablo me ordenó matar a una mujer”, repetía el joven que, tras cometer el asesinato con un cuchillo de carnicero, fue reducido por dos hombres que se encontraban en la Municipalidad.

Las investigaciones posteriores determinaron que el hombre presentaba un cuadro de esquizofrenia paranoide agravado, en ese momento por el policonsumo de drogas. Había hecho una consulta en el hospital Tagarelli y desde allí habían pedido su internación durante 20 días en El Sauce. Tras obtener el alta, abandonó la medicación psiquiátrica y el tratamiento indicado por los profesionales y se descompensó. Tras el crimen fue declarado inimputable y lo derivaron al nosocomio psiquiátrico de Guaymallén, en junio de 2014 donde estuvo internado hasta fines del 2021. 

El hombre pasó varios años en el Hospital El Sauce sometido a un tratamiento que lo compensó psicológicamente. Bajo medicación dejó de presentar alteraciones de conducta y se evaluó darle el alta.