Entre las obras de la ruta 82 y el olvido: cómo está la zona de los boliches de Chacras hoy
“A las 12 nos pasa a buscar la trafic por mi casa”, esa frase marcaba la previa del fin de semana de muchos jóvenes hace 30 años atrás cuando los boliches de Chacras de Coria eran el epicentro de la noche de Mendoza.
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Los casi dos kilómetros que separan Aloha de Olimpo se convertían en una peatonal donde deambulaban adolescentes de un boliche a otro. Al oeste se montaba una improvisada playa de estacionamiento para combis -que hacían varios viajes en la noche- y autos particulares. Las luces y el eco de la música se mezclaba con las risas y conversaciones a los gritos de grupos de amigos.
Las reglas eran otras: los cupos de capacidad eran más amplios, las mujeres no pagaban, no había horario de taquilla, la barra de tragos estaba abierta hasta que se prendían las luces y -aunque no estaba permitido por ley- muchos menores de edad ingresaban a los boliches.
De esas noches de esplendor no queda nada. Los tachos naranja y la tierra de los desvíos de la gran obra de la ruta 82 no colaboran. Algunos boliches mantienen los carteles en pie, otros se reconvirtieron o cambiaron de nombre. Una gran parte solo deja imaginar su pasado entre muros descoloridos y vidrios rotos.
Cambios y una vuelta de tuerca
Los gustos y consumos cambiaron en tres décadas. El primer golpe para los boliches de Chacras de Coria fue el cambio de regulación y los estrictos controles que los obligó a cerrar o reconvertirse.
Cuando rondaba el 2015, varios combinaron el uso como salón de eventos con las noches de boliche y fueron sede de cumpleaños de 15 y cenas de egresados.
Ahora, solo funcionan unos pocos que lograron captar las preferencias de un grupo, como es el caso de Olimpo que ahora ofrece noches de música bailable con espectáculos en vivo, hace unas semanas se presentó Daniel Agostini. También Aloha tuvo una suerte de coqueteo con el pasado y volvió a abrir sus puertas para los nostálgicos en algunas ocasiones.
La puesta en venta -por segunda vez en tres años- de Al Diablo es el claro ejemplo de que los boliches de Chacras de Coria ya no volverán a brillar como antes y posiblemente, la zona esté destinada a una renovación edilicia como el espacio cercano a los caracoles.