Arte y cultura

El papa Francisco y el arte

El Papa Francisco ha tenido un profundo acercamiento al arte, manifestando su gran admiración por las artes visuales

Carlos María Pinasco
Carlos María Pinasco domingo, 27 de abril de 2025 · 11:13 hs
El papa Francisco y el arte
Santo Padre, Francisco Foto: Archivo

El Santo Padre que tras la Misa Exequial, en la Basílica de San Pedro fue sepultado ayer en la Basílica de Santa María Maggiore, dio el arte y los artistas una misión espiritual de gran trascendencia. En su concepción al crear, el ser humano participa de alguna manera en el acto creador de Dios, convirtiéndose en un colaborador suyo en la obra de embellecer el mundo y, a su vez, el arte es un puente de diálogo y paz. Pocos meses atrás (el 16 de febrero pasado) en la homilía de la misa especial que celebró en ocasión del Jubileo de los artistas y del mundo de la cultura recapituló conceptos que a lo largo de todo su pontificado ya había expresado.

Dijo entonces: “…Ustedes, artistas y personas de cultura, están llamados a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas. Su misión no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, de dar voz a quien no tiene voz, de transformar el dolor en esperanza…El artista es aquel o aquella que tiene la tarea de ayudar a la humanidad a no perder la dirección, a no extraviar el horizonte de la esperanza”.

Ustedes, artistas y personas de cultura, están llamados a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas.

Y dirigiéndose directamente a los artistas de todo el mundo, incluyendo como ya lo había hecho en distintas ocasiones, incluso a aquellos que no creen, agregó: “veo en ustedes unos custodios de la belleza que sabe inclinarse ante las heridas del mundo, que sabe escuchar el grito de los pobres, de los que sufren, de los heridos, de los presos, de los perseguidos, de los refugiados… Ustedes, hombres y mujeres de cultura, están llamados a construir puentes, a crear espacios de encuentro y de diálogo, a iluminar las mentes y a encender los corazones”.

Para agregar enseguida: “alguno podría decir: Pero, ¿para qué sirve el arte en un mundo herido? ¿No hay quizá cosas más urgentes, más concretas, más necesarias? El arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu. No es huida, sino responsabilidad, invitación a la acción, llamada, grito. Educar en la belleza significa educar en la esperanza. Y la esperanza nunca está separada del drama de la existencia; atraviesa la lucha cotidiana, las fatigas de la vida, los desafíos de nuestro tiempo”.

El arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu.

“Déjense guiar por el Evangelio de las Bienaventuranzas, y que el arte que hacen sea anuncio de un mundo nuevo; que su poesía nos lo haga ver. No dejen nunca de buscar, de interrogar, de arriesgar. Porque el verdadero arte nunca es cómodo, ofrece la paz de la inquietud. Y recuerden: la esperanza no es una ilusión; la belleza no es una utopía; el don que tienen no es una casualidad, es una llamada. Respondan con generosidad, con pasión, con amor”.

Este documento es una invitación a contemplar el arte desde una mirada espiritual, como don y tarea, como puente y profecía. Una mirada que, al estilo de Francisco, no excluye a nadie y busca lo humano en lo profundo. Es también nuestro más sentido homenaje a un Santo Padre amado y ejemplar.

Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

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