También los mayores de 40 años estudian carreras "tech" para mejorar empleo

La industria tecnológica en América Latina continúa creciendo, y con ella, la demanda de nuevos talentos. ¿Quiénes son esos futuros profesionales que apuestan por el mundo IT? ¿Qué los motiva y cuáles son sus expectativas?

Según un relevamiento de Henry, academia online en tecnología con foco en la empleabilidad, la mayoría de quienes se forman en los programas de estudios de carreras de tecnología tiene entre 25 y 35 años, aunque cada vez es más frecuente la presencia de personas que superan los 40 y que se encuentran en pleno proceso de reconversión laboral.

Desde la academia destacan que la tecnología no tiene edad, y eso se evidencia en la diversidad de perfiles que integran su comunidad.

En cuanto a género, el 30% de los estudiantes son mujeres. Aunque la brecha sigue siendo amplia, la academia trabaja activamente para reducirla mediante iniciativas específicas que impulsan la participación femenina y de otras identidades subrepresentadas en el ecosistema tecnológico.

Respecto a su procedencia, los estudiantes provienen principalmente de Argentina, México y Colombia, con una presencia creciente en Perú y otros países latinoamericanos.

México, en particular, ha registrado un crecimiento significativo a partir de la expansión de los modelos de formación 100% online.

El nivel educativo al ingresar es heterogéneo. La mayoría cuenta con estudios secundarios completos y un alto porcentaje tiene formación universitaria incompleta o finalizada, aunque no necesariamente en áreas vinculadas a la tecnología. Según datos de Henry, el 70% de los estudiantes busca una reconversión laboral, llegando desde sectores tan diversos como administración, docencia o gastronomía. El resto ya se desempeña en el sector tech y busca potenciar sus habilidades o cambiar de especialización.

De cara a 2025, los lenguajes de programación más elegidos continúan siendo JavaScript, Python y SQL, junto a frameworks como React y Node.js. Además, se destacan tecnologías en la nube como Google Cloud y AWS, y herramientas vinculadas a la Inteligencia Artificial, como Prompt Engineering.

A esta tendencia se suma una marcada predilección por formaciones con enfoque en Inteligencia Artificial, impulsada por la creciente demanda de perfiles capaces de aplicar esta tecnología en soluciones reales y proyectos de alto impacto.

“Las áreas de mayor demanda son Desarrollo Web Full Stack, Data Science + AI y Ciberseguridad. En particular, el área de Data ha crecido notablemente por su aplicación en todo tipo de sectores productivos”, explicó Luz Borchardt, cofundadora de Henry, quien recientemente participó del Foro Llao Llao con otros empresarios y emprendedores destacados de Argentina.

Entre los principales factores que motivan a estos estudiantes se destacan la posibilidad de acceder a mejores ingresos, la proyección internacional, la flexibilidad horaria y la oportunidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo. También los moviliza el deseo de transformar su presente con una carrera en permanente expansión.

Al mismo tiempo, enfrentan barreras vinculadas al miedo a no tener conocimientos previos, a la edad o a provenir de otras disciplinas. La incertidumbre sobre la posibilidad de conseguir empleo es otro factor recurrente. Por este motivo, valoran especialmente aquellas propuestas formativas que incluyen tutorías, acompañamiento laboral, bootcamps intensivos y una comunidad activa que los apoye en cada etapa.

Desde Henry señalan que en los últimos años se produjo un cambio evidente: cada vez más personas sin formación técnica se animan a ingresar al mundo IT. Se diversifican los orígenes, intereses y edades, y para 2025 se espera que este fenómeno se profundice.

“Los futuros profesionales buscan formaciones que prioricen el aprendizaje continuo, el trabajo colaborativo y el desarrollo de habilidades aplicadas. Además, muestran una clara preferencia por experiencias formativas que conecten con oportunidades reales de empleo y empresas que valoren el crecimiento personal y profesional. Esta tendencia está modelando un nuevo perfil: estudiantes con foco en el impacto, la productividad y la construcción de comunidad”, finaliza Borchardt.