Zoe, El Borbollón y un grito colectivo: que no quede en la nada

Patricia y Aixa, madre y hermana de Zoe, la joven de El Borbollón secuestrada y abusada, encabezaron la movilización pacífica en el centro mendocino exigiendo justicia ante la demora en la captura de Víctor Rodríguez, acusado del hecho y prófugo desde hace más de una semana. El reclamo no queda ahí, es por ella y es por todas. "Ni una más" se gritaba por megáfono. "Ni una menos", respondía a coro la gente movilizada.
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"Que no quede en la nada": el pedido de justicia
La familia de Zoe denuncia falta de avances concretos en la búsqueda de Rodríguez, a pesar de que su imagen ha sido difundida en medios y redes sociales. "Pedimos máxima difusión de la cara de este prófugo. Que llegue a todas las provincias, a todos los grupos", declaró Aixa, hermana de la víctima, en un llamado a la colaboración ciudadana.
Patricia, la madre, criticó la lentitud de las investigaciones: "Hace una semana que hacen muy poco. Recién ahora hablan de una recompensa, pero necesitamos que esto se mueva más urgente". Según fuentes policiales, el operativo de búsqueda involucra a 14 efectivos, un número que la familia considera insuficiente.
Antecedentes del acusado y reclamo al sistema judicial
El caso ha reavivado críticas al sistema judicial, ya que Rodríguez tenía una orden de captura pendiente desde noviembre del año pasado por delitos sexuales previos. "Este hombre ya tenía denuncias desde los años 90. Abusó de menores de 6 y 9 años, ¿cómo es posible que estuviera libre?", cuestionó Aixa.
La marcha, convocada bajo la consigna "Justicia por Zoe y por todas", busca también visibilizar la impunidad en casos de violencia de género. "Hay muchas personas que nunca obtuvieron justicia. No es solo por mi hija, es por todas las que quedaron en el olvido", afirmó Patricia.
Detalles de la convocatoria
La concentración fue a las 17 hs en el Km 0 donde unas 400 personas se movilizaron pacíficamente hacia la Legislatura provincial. Principalmente estaba el barrio en las calles, las amigas que sostuvieron con fuerza las fotos del prófugo que ya contaba en su historia con graves denuncias, las vecinas que son madres y las que no. En el ambiente se sentía el cansancio de la naturalización de la violencia, del abuso. El Borbollón habló claro: si tocan a una, tocan a todas.