Mi doctor es una inteligencia artificial: ¿podemos confiarle nuestra salud a las máquinas?
Diagnósticos en manos robóticas, atención con chatbots y prevención cibernética. ¿Qué podemos esperar de la revolución tecnológica en la salud? Entrevista al experto Carlos Regazzoni.
Carlos Regazzoni es médico y político. Fue director del PAMI y es un especialista en relación entre tecnología y salud. En diálogo con MDZ, brindó algunas de las claves de la revolución que la inteligencia artificial está generando en la salud. "Hoy una maquina puede leer una biopsia mejor que el 90% de los patólogos", indicó y agregó: "Si no fuera por la innovación, el ser humano viviría 26 años, en los países con más innovación se vive 90. Hay que innovar, porque si no ya sabemos cual es el destino".
Si tuviésemos que elegir un término que sintetizara la mayor novedad en el momento mundial actual muy probablemente sería "inteligencia artificial". Los cambios en el mundo del trabajo, el entretenimiento y la educación que proporciona este avance de la tecnología son difíciles de prever. La salud no es la excepción a la irrupción de esta revolución. En pocos años, la manera en la que hacemos consultas, nos atendemos y nos curamos va a cambiar totalmente. ¿Cuáles son las transformaciones a las que tendremos que prepararnos? ¿Qué contradicciones y consecuencias traerán? ¿Qué acciones deberían tomar nuestros gobernantes para poder aprovechar estos avances tecnológicos y ponerlos al servicio de la sociedad?
Mirá la entrevista completa a Carlos Regazzoni: Inteligencia artificial y salud
-¿Cuál es el cambio que representa la IA con respecto a los sistemas del resto de los dispositivos que usamos como computadoras o celulares?
-El cambio que introduce la inteligencia artificial en la computación es introducir la estadística en la base de cálculos. Esto hace que se pueda tomar muchísima mayor información y pueden combinarla lo que antes era imposible de hacer porque era imposible computar todo eso con el método clásico de programación. Ahora sí, con las estadísticas se puede.
-Muchas veces en salud sucede que entre médicos hay discusiones y no se ponen de acuerdo sobre diagnósticos o tratamientos. Un médico me dijo una cosa, el otro médico me dijo la otra y se necesita una tercera opinión. ¿Cómo cambia ese hecho el uso de las IA?
-La inteligencia artificial, los grandes modelos de lenguaje especialmente entrenados para hacer diagnósticos están demostrando una exactitud impresionante. Le voy a dar un ejemplo en lo que vos decís. Salió hace poco una publicación de un sistema que reconoce vidrios de biopsias. Se sabe que la biopsia es un pedacito de tejido con esos al que se le hacen cortes microscópicos.
Esos cortes se ponían en vidrios. Ese vidrio. El patólogo lo miraba, se les tenía condiciones especiales. El patólogo lo veía en el microscopio y hacía un diagnóstico. Eso se consideraba canónico. Es decir, ese diagnóstico era el definitivo, era lo que se consideraba que definitivamente tiene el paciente. No se puede ir más allá de la anatomía patológica. Ahora, eso con reconocimiento de visión lo hacen sistemas que utilizan tecnologías de machine learning para hacer el diagnóstico. La máquina lo puede hacer mejor que el 90% de los patólogos, pero tiene un chat y puede conversar con el patólogo, con el médico, sobre la biopsia. Y ahí tiene 97% de exactitud, que es mucho más que el 97% de los patólogos.
Entonces lo que vos vas a tener con este sistema es el mejor nivel de anatomía patológica en cualquier parte del mundo. Es revolucionario si pueden salvar millones de vidas. Después hay que implementar esta tecnología, que es el gran desafío. Pero hoy ya la tecnología tiene la capacidad de modificar la anatomía patológica, diagnosticar imágenes, radiografía, resonancias, tomografías, ecografías, etc.
-¿Y cómo hacemos para que estos avances en inteligencia artificial aplicados a la salud que ya está desarrollado puedan ser aprovechados para la mayoría de la sociedad?
-Para eso hay que diseñar una política pública. Primero hay que establecer un objetivo, una serie de metas. Esas metas podrían ser que haya sistemas de inteligencia artificial operando en todos los servicios de radiología, en todos los laboratorios, análisis clínicos de todos los hospitales públicos del país. Por ejemplo, tener 1300 hospitales y en todos ellos podrías tener estos sistemas.
Después, esa implementación tiene costos, hace falta capacitar a la gente y formarla. Pero el resultado sería completamente revolucionario. Mirá, se pueden tener sistemas que infieren el estado epidemiológico de la población. O sea, vos podrías saber cuánta gente va a morir de ACV simplemente estimando la cantidad de gente que le de la presión alta en un consultorio y cruzándolo con el dato de la cantidad de medicamentos que se venden en las farmacias para la presión arterial. Pero para eso hace falta empezar a desarrollar fuerza propia, o sea, innovación propia.
-Puede ser que el desarrollo de estos proyectos de incorporación de las IA a la salud impliquen un mayor gasto al principio, pero la la reducción de gente que se enferma, que se muere, que no va a trabajar y que va a requerir tratamientos menos caros podría significar un ahorro a mediano plazo de presupuesto en salud. Es decir, un gasto tecnológico mayor en el presente, pero un ahorro en el futuro ¿Usted qué opina de esto?
-Sí, mira el ser humano sin innovación vive 27 años en promedio y 90 en promedio los países que más innovación. Entonces, quién quiere no usar la innovación ya sabe cuál es el destino. O sea, la innovación es nunca es cara, es indispensable y es la única manera de sostener la vida moderna.