La icónica celebración de la Iglesia Católica: por qué no fue sepultada la Virgen María
La Asunción de la Virgen María, es una creencia católica que sostiene y celebra que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma al final de su vida terrenal.
Hoy, jueves 15 de agosto, la Iglesia Católica celebra la solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Este dogma de fe fue proclamado en 1950 por el Papa Pío XII. La fiesta de la Asunción significa que la Virgen María, al término de su vida en esta tierra, no fue enterrada ni llevada a un sepulcro como se estilaba en esa época, sino que fue elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.
La primera referencia oficial a la Asunción se remonta al siglo IV cuando se celebraba la fiesta de El Recuerdo de María, que conmemoraba la entrada al cielo de la Virgen María y donde se hacía referencia a su Asunción. Luego en el siglo VI, la fiesta pasó a llamarse La Dormición de María, donde se celebraba la muerte, resurrección y asunción de María. En el siglo VII el nombre pasó de «Dormición» a "Asunción".
En 1849 llegaron las primeras peticiones a la Santa Sede de parte de los obispos para que la Asunción se declarara como doctrina de fe (verdad revelada por Dios que los católicos deben creen), que aumentaron a través de los años. Cuando el Papa Pío XII consultó al episcopado en 1946, la decisión que fuera declarada dogma fue casi unánime.
“La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial”, dijo el papa Pio XII cuando proclamó este dogma de fe en 1950. Años después, San Juan Pablo II, al hablar de este dogma de la Asunción en 1997, explicó que “en efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio".
Cómo se cele la Asunción de la Virgen María
El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos”. Por esto, desde hace siglos, el día de la Asunción, 15 de agosto, se realizan fiestas en honor de la Virgen. Además, la Virgen María asunta es patrona de diversas poblaciones en Iberoamérica, en particular dentro de España, México, Guatemala, Nicaragua y Paraguay. Asunción, la capital de Paraguay, debe su nombre a ella, quien es su patrona.
Finalmente, esta fiesta da esperanza a nuestra vida. El destino de nuestra vida no es la muerte, sino la vida. Toda persona humana, cuerpo y espíritu, está destinada a la vida. Nuestro cuerpo tiene una gran dignidad. Lo que Dios ha hecho en María, lo hará en nosotros. Nuestra historia tendrá un final feliz. La muerte no es el final, sino el comienzo de otra vida, diferente y mejor, en el cielo, y que no tendrá fin.
* Fabiana Gómez Sabio, es comunicadora, traductora pública y docente.