Alimentación en los Juegos Olímpicos: ¿experiencia gourmet o un fracaso de logística?

Los Juegos Olímpicos de París 2024, para muchos, fue el culmen de cuatro años de arduo entrenamiento y preparación meticulosa, aunque para muchos fue también un cúmulo de errores. No se trata solo de entrenar el cuerpo, sino de perfeccionar el "entrenamiento invisible": descanso, hidratación y una alimentación adecuada. Obtener los nutrientes necesarios puede significar la diferencia en el rendimiento y que esto le permita a un atleta obtener una medalla o quedar fuera del podio. 

Ofrecer un servicio de alimentación para alimentar a más de 10.000 deportistas fue, sin duda, un desafío monumental. Sin embargo, la organización de los juegos olímpicos de París 2024 aseguró que estaba a la altura de las circunstancias. Incluso se propuso elevar el estándar ofreciendo, no solo una cantidad suficiente de alimentos, sino también garantizando su calidad y sostenibilidad. Propusieron menús diseñados por chefs y un proceso de bajo impacto ambiental, que incluía alimentos de origen vegetal y de insectos, considerados grandes fuentes de proteínas.

Sin embargo, durante el desarrollo de los juegos, se conocieron diferentes reclamos por parte de los atletas. Reportaron escasez de huevos en los desayunos y falta de fuentes adecuadas de proteínas animales durante las comidas. Este racionamiento generó descontento entre los deportistas, quienes necesitan un suministro adecuado y confiable de alimentos para mantener su máximo rendimiento.

En la nutrición deportiva hay diferentes momentos claves en la alimentación, en relación al momento de la competencia: la comida anterior, la comida durante la misma y la comida posterior. Cada una tiene objetivos específicos y características propias:

• La comida previa: es fundamental para asegurarse la provisión de los nutrientes que utilizarán como fuente de energía. La ingesta de hidratos de carbono cobrará importancia, ayudando a maximizar las reservas de glucógeno en el hígado y los músculos. Además, una adecuada hidratación es esencial para comenzar la competencia en óptimas condiciones.
• La comida durante la competencia: no todos los atletas necesitan comer durante el evento; esto depende de la intensidad y duración del ejercicio. Para los que sí lo necesitan, los hidratos de carbono continúan siendo la principal fuente de energía. Los alimentos deben ser de rápida absorción y que no generen malestares a nivel intestinal. Las bebidas deportivas y geles son opciones comunes, pero también se pueden consumir frutas o golosinas, según la tolerancia individual. Durante la actividad también es muy importante mantener un buen estado de hidratación, por lo que la ingesta de bebidas también es planificada por un profesional.
• La comida posterior: el objetivo es la recuperación. El nutriente que será clave en este momento son las proteínas, para reparar las fibras musculares dañadas durante la actividad. En competiciones sucesivas, esta etapa debe ser meticulosamente planificada para maximizar la recuperación y preparar al atleta para el siguiente evento.

Una característica común en todas estas comidas es que los alimentos deben ser familiares para el atleta. No es el momento de experimentar con alimentos nuevos.

Estas dificultades no son inusuales cuando los atletas viajan y deben adaptarse a nuevos entornos. Los licenciados en nutrición desempeñan un papel crucial adaptando las rutinas alimentarias a las circunstancias del viaje y asegurando que la dieta del atleta sea adecuada y lo más confortable posible. Su expertise es fundamental para garantizar que los atletas mantengan el nivel de detalle y personalización necesarios en su nutrición, maximizando su rendimiento y optimizando sus posibilidades de alcanzar el podio.

* Evelyn Meyer. Licenciada en Nutrición. Docente de la carrera de Nutrición de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.