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¿Se distancia el discurso de Javier Milei del pueblo que lo apoya?

Finalmente y después de mucho tiempo, se aprobó la Ley Bases, entonces, el gobierno ahora debe enfocarse en cumplir lo prometido, en el repunte económico del segundo semestre del año.

Damián Fernández Pedemonte domingo, 30 de junio de 2024 · 07:03 hs
¿Se distancia el discurso de Javier Milei del pueblo que lo apoya?
Presidente Javier Milei. Foto: Presidencia

Como Menem, Javier Milei logró atraer el voto tanto de los sectores más altos como de los más bajos en la escala social. A pesar de la dureza del ajuste, que el Presidente celebra, y de la recesión, que intenta minimizar, casi una mitad de la población sigue manteniendo esperanza en su proyecto según el promedio de las encuestas. Sin embargo, con el fin del primer semestre y la promesa –ya fatídicamente hecha antes por Macri en su primer año de gobierno- de un repunte económico en el segundo semestre, apalancada en la aprobación de la Ley Bases, los investigadores más conocedores de los sectores populares están empezando a escuchar críticas entre los votantes de Javier Milei.  

Así, por ejemplo, Mayra Arena -quien se hizo famosa por su charla TED: “¿Qué tienen los pobres en la cabeza’”, pero que en su perfil de X se identifica como: “Consultora. Me pudrí de ser la de la charla TED”- registra críticas entre los pobres que acompañaron a Milei con el voto. “La primera crítica es que se lo ve cerrado a Milei o no dispuesto a reconocer sus errores (…)  prefiere chocar antes que desacelerar. La otra crítica es que la gente siente que a Milei le importa más la opinión del resto del mundo que la de los argentinos. Le importa más qué opinan los de afuera que los argentinos que están viviendo y sufriendo acá. Otro tanto expresa Pablo Semán el sociólogo que más conoce al votante popular de Milei (algo que cuenta en su libro “Está entre nosotros”). Por un lado, aseguró en una radio, los pobres ven la desaceleración de la inflación como una promesa cumplida, pero empiezan a sospechar que el enorme sacrificio que están haciendo puede ser infecundo. 

Javier Milei logró atraer el voto tanto de los sectores más altos como de los más bajos en la escala social. Foto: EFE.

Lo triste es que detrás de esta última oportunidad no hay nada, por eso retirar la esperanza depositada en Milei es muy doloroso para los más pobres, dice Semán y Arena coincide: “Los votantes de Milei que enfrenten dificultades económicas pueden tardar en reconocer su error”. En realidad, Milei avisó que la íbamos a pasar mal incluso por bastante tiempo, y ha logrado persuadir a pobres y a ricos, sobre la necesidad de reducir el gasto público para alcanzar el superávit fiscal. Lo que puede tenderle una trampa a su discurso, con el alto precio de perder apoyo popular, es que junto al ajuste que la gente siente en su cuerpo celebre por todo lo alto logros que la calle no alcanza a percibir.

Efectivamente, el ajuste es de shock, en cambio los resultados son graduales. Y por ahora la desigualdad sólo se ha agudizado. Según la Universidad Di Tella, la pobreza creció de 44,9% a 51, 8% en el primer semestre de 2024. La tasa de desempleo del Indec trepó dos puntos en el primer trimestre: 7, 7% (120 mil despidos registrados, de los cuales 95.000 del sector privado). El coeficiente GINI (método más usado en el mundo para medir la desigualdad en los ingresos) se elevó a 0.467, el mayor en 15 años. De acuerdo con el investigador Daniel Schteingart en el primer trimestre de 2024 hubo una pérdida del poder adquisitivo del salario (en relación con el primer trimestre del año anterior) del 12, 6%, pero mientras los deciles 1 y 2 (los de menores ingresos) perdieron más del 25%, el decil 10, el de mayores ingresos, mejoró 0, 4 su poder adquisitivo. La actividad económica cayó 5,1% en el primer trimestre de la era Milei y el FMI corrigió a la baja la proyección del déficit del PBI para este año: - 3.5%. A la par que se dan a conocer estos datos Milei recibe premios de instituciones privadas en el exterior y se autoproclama candidato al Nobel de Economía. Eso puede generar ruido entre los de abajo. 

“Los votantes de Milei que enfrenten dificultades económicas pueden tardar en reconocer su error”. Foto: DPA

Su retórica consiste en exagerar la dificultad y pronosticar índices más negativos para poder celebrar logros módicos y provisorios como verdaderas hazañas en el contexto de la herencia de hiperinflación que asegura haber recibido. Cuando el discurso se torna hiperbólico, hay que sospechar que haya un déficit en la realidad. El pueblo no es el destinatario directo de su discurso: Milei es un populista sin pueblo. Su conexión con la gente viene de compartir el enemigo, de proponer un cambio arduo pero definitivo y de apelar a su resiliencia y a los recursos de la libertad individual. En realidad, el principal destinatario es un contradestinatario -la casta- a la cual le dirige permanentes actos de habla de amenaza y maltrato. 

El relato anti-casta se puede agotar en la medida en que los pobres verifiquen que el discurso de Milei habla de ajuste a la política cuando en realidad lo que hay son despidos de empleados públicos, mientras los legisladores siguen aumentándose la dieta. El gobierno anunció otros 50 mil despidos en el Estado, pero el vocero Manuel Adorni tuvo tuvo 101 designaciones en su subsecretaría: tiene 29 asesores y 37 cargos jerárquicos, entre directores y coordinadores, lo cual da cuenta de la importancia que Milei le asigna al relato. El escándalo de la retención de alimentos muestra también esta confusión, para sancionar a los intermediarios se termina castigando a los beneficiarios de comedores y merenderos a los que la comida no les llegó. Se suspenden programas sociales sin tener propuesta alternativa. 

Presidente Javier Milei y su vocero, Manuel Adorni.
Foto: Presidencia.

Sobre todo, no hay malla de contención discursiva. Milei estigmatiza el reclamo de derechos, condena la justicia social, insulta a los líderes sociales. La falta de empatía con los que se quedan sin planes sociales, alimentos o empleo, con los descartados, se extiende por las redes sociales y por la calle. Los discursos del cuidado pierden lugares de enunciación en el espacio público: la Iglesia, la cultura, las ciencias sociales. 

La ética del cuidado es anterior a toda bifurcación ideológica. Más allá de la disputa partidaria es esperable que la comunicación política pueda reparar esa trama de solidaridad, recrear un lugar alternativo al libertario al que puedan acudir los que se quedan en el camino del crecimiento que todos auguramos.  

Damián Fernández Pedemonte.

* Damián Fernández Pedemonte. Profesor de la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral e Investigador del Conicet.

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