Historias Malvineras Dia 5

A 42 años de Malvinas: El Tordillo, el héroe de los aires que también recibió su homenaje

Días previos a cumplirse un nuevo aniversario de la gesta de Malvinas, Alejandro Signorelli, investigador del conflicto del Atlántico Sur, nos propone historias Malvineras en varios capítulos en MDZ.

Alejandro Signorelli viernes, 29 de marzo de 2024 · 19:00 hs
A 42 años de Malvinas: El Tordillo, el héroe de los aires que también recibió su homenaje
El Tordillo exhibiendo sus “killmarks”. Foto: elportalregional.com.ar

En marzo de 1967, el Douglas Skyhawk A-4B C-222 (ex USN A-4B BuAer 142752) fue recibido en la V Brigada Aérea de Villa Reynolds -San Luis-. En abril 1982, al tiempo de ordenarse el despliegue urgente de las aeronaves de combate a las bases de la Patagónia, este avión salía de una inspección mayor. Dada la premura, no hubo tiempo de pintarlo con el esquema tradicional de camuflaje, convirtiéndose así en el único Skyhawk que conservó a lo largo del conflicto el color gris de la base antióxido con que se los preparaba en el Taller Regional. 

El capitán Antonio Zelaya trasladó el C-222 a Río Gallegos el 27 de abril. Al verlo llegar uno de los pilotos, aficionado a los caballos, exclamó “¡Ahí llega el Tordillo!”, apodo que conservaría a partir de ese momento. La falta de mimetizado demoró su entrada en combate y, al comienzo, fue utilizado sólo en vuelos de adiestramiento. El 21 de mayo realizó la primera misión. Ese día, al ser evidente que la maniobra inglesa en el estrecho de San Carlos era el desembarco principal y no una acción de diversión (se llama de esa forma a operaciones de distracción que buscan ocultar a la operación real que está ocurriendo en el mismo momento en otro lugar), la Fuerza Aérea Sur envió a todos los aviones en servicio. 

A las 13:30, formando parte de la tercera oleada de ataque, el C-222 partió de Río Gallegos pilotado por el teniente Fernando Robledo, formando parte de la escuadrilla ORION al mando del Teniente 1ro Mariano Velasco y como número 2 el Teniente Carlos Osses. Poco después de despegar, Velasco tuvo problemas en su motor, por lo que Osse y Robledo se acoplaron a la escuadrilla LEO que iba tras el mismo objetivo. La escuadrilla LEO se dirigió directamente al estrecho sin hacer reabastecimiento en vuelo. Al llegar, divisaron una fragata tipo 21 (la HMS Argonaut) que trataba de refugiarse detrás de un acantilado. Durante la mañana, esta
misma fragata había sido alcanzada por fuego de cañones y cohetes por el Aermacchi MB- 339 de la Aviación Naval volado en solitario por el Teniente de Navío Owen Crippa, que logró averiarla. 

Representación de los ataques del 21 de mayo de 1982 en el Estrecho de San Carlos, o
“Callejón de las bombas” como lo bautizarían los británicos. Al norte se observa a la HMS
Argonaut y el ataque de la escuadrilla LEO. Foto: todo-argentina.net

A pesar de sus intentos de ocultarse, la escuadrilla LEO pudo atacar a la Argonaut con cañones y bombas. Si bien no explotaron, una abrió un hueco encima de la línea de flotación que dejó fuera de servicio los motores y el sistema de timón, mientras que otra impactó debajo, provocando el estallido de una caldera y golpeando el almacén de misiles Sea Cat. Dos de éstos explotaron ocasionando bajas en el personal. Luego de este ataque del Tordillo, la Argonaut cumpliría funciones de Centro de Información y Control y Artillería Antiaérea por unos días más y, posteriormente, sería retirada del Teatro de Operaciones y enviada a Gran
Bretaña. 

El 8 de junio, conocido como el “Día más negro de la flota”, el primer teniente Carlos Cachón partió de Río Gallegos a bordo del C-222 como número 3. Los DOGO eran el Capitán Carballo como líder, el Teniente Rinke su numeral, Cachón en el Tordillo como número 3 y el Alférez Carmona como 4. 

Representación de los ataques del 8 de junio, “El día más negro de la flota”. Foto: Fuerza Aérea Argentina.

En el reabastecimiento en vuelo, Carballo tuvo problemas y no pudo reabastecer por lo que debió regresar y Cachón hacerse cargo de la escuadrilla. Llegaron a Bahía Agradable en vuelo rasante. Al iniciar un viraje a la derecha avistaron los buques de asalto RFA Sir Tristram y RFA Sir Galahad. Un misil lanzado desde tierra pasó cerca del Tordillo de Cachón, que sin espantarse continuó la corrida y lanzó sus tres bombas de 250 kg cada una. Sus bombas y las del Alferez Carmona dieron en el centro de la estructura del Sir Galahad, mientras que las del Teniente Rinke pasaron de largo por la gran velocidad, rebotaron en el agua y llegaron a la costa donde explotaron afectando a gran cantidad de personal y material. El Sir Galahad se incendiaría y hundiría algunas horas más tarde. 

El RFA Sir Galahad arde en Bahía Agradable luego de la explosión de las bombas de los
DOGO. Foto: fundacionmalvinas.org

Poco después, y por razones operativas, algunos de los aviones se trasladaron a la Base Aérea Militar San Julián, desde donde continuaron las operaciones. Entre ellos el C-222. 

El 13 de junio, último día de ataques aéreos, se ordenó bombardear los emplazamientos de lo que se presumía era el puesto de comando británico, y algunas posiciones de la artillería de campaña británica que cañoneaba a los defensores de Puerto Argentino. En esta ocasión el capitán Carlos Varela despegó de San Julián con el C-222 como número 1 de la escuadrilla Chispa para atacar la zona del Monte Dos Hermanas. Después de navegar y efectuar un reabastecimiento normal, la escuadrilla encabezada por el Tordillo se lanzó sobre un campamento ubicado al norte del Cordón Rivadavia. En uno de los módulos que fue alcanzado y destruido, por pocos minutos habría estado reunido el Estado Mayor de los generales Jeremy Moore y Julián Thompson. En el escape, la escuadrilla de Varela atacó a algunos helicópteros, mientras dos misiles, nuevamente por escasa distancia, le erraban al C- 222. El regreso del Tordillo fue dificultoso, pues el motor había levantado temperatura y funcionaba a un 85 % de su potencia. Pese al inconveniente, esta misión pudo ser, tal vez, la de mayor trascendencia del conflicto pues casi se alza con la vida del alto mando británico. El general Moore, al firmarse la rendición, le preguntó al general Menéndez cómo había logrado ubicar su puesto de comando. 

Las operaciones eficaces de los pilotos que tripularon el C-222, un avión sin pintar, fácil de identificar desde tierra, y las escapadas “milagrosas” entre las defensas antiaéreas, enseguida dieron lugar a que pilotos y mecánicos, un poco en broma y otro poco en serio, tejieran a su alrededor gran cantidad de suposiciones acerca de sus cualidades casi mágicas. Sin lugar a dudas, fue el A-4B Skyhawk más popular del Grupo Aéreo de los Halcones de Villa Reynolds y hasta se dice que los británicos llegaron a nombrarlo “El fantasma”. 

El Tordillo escapa luego de arrojar sus bombas junto el resto de los CHISPA el 13 de junio de 1982. Foto: Fuerza Aérea Argentina sobre una pintura de Exequiel Martínez

El Capitán de Reserva VGM (R) y pintor de temas aeronáuticos, Exequiel Martínez, recreó en un cuadro a los A-4B, volando rasante, instantes después de atacar los módulos del general Moore. En primer plano, con su gris inconfundible, pintó al “Tordillo”. 

“El regreso del Tordillo” obra del pintor y Capitán de Reserva VGM (R) Exequiel Martínez. Foto: arqueologiaaeronautica.blogspot.com

Otro cuadro del mismo autor, muestra al C-222 en solitario vuelo rasante sobre el mar. Maquetistas y aficionados, atraídos por el color tan particular, lo han hecho objeto de especial atención para sus reproducciones. Hoy, el C-222 descansa con su historia a bordo en el Área de Material Río Cuarto, esperando la oportunidad de poder exhibirse orgullosamente al público argentino. 

Luego de la guerra el Tordillo pasó por varias etapas y estados, pero finalmente fue restaurado como se lo veía en los cielos del sur en 1982, con su gris característico.
En esta foto es presentado en el Area de Material Río Cuarto en la Semana Aeronáutica
2014. Foto:  arqueologiaaeronautica.blogspot.com

* Lic. Alejandro Signorelli, Investigador de la Guerra del Atlántico Sur.

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