Postales de la historia

Fútbol y barrios: una pasión que a veces no necesita explicaciones

Los barrios porteños y el fútbol nacional. Argentina es uno de los países que más clubes deportivos tiene en el mundo.

Gustavo Capone
Gustavo Capone domingo, 24 de marzo de 2024 · 14:30 hs
Fútbol y barrios: una pasión que a veces no necesita explicaciones
En el barrio de La Boca, La Bombonera se yergue como uno de los mayores símbolos del fútbol argentino.

Los relevamientos oficiales establecen 890 clubes asentados en la Secretaría de Deportes de la Nación. Parece una burla o no conocen el país. Pero en reportajes, los mismos funcionarios nacionales dependientes de Deportes de la Nación, determinaban que oscilaban los 10.000 clubes en todo el país. (Sergio Palmas. Diario El Litoral. 20/7/2020).

Mientras que un informe del RENACED (Relevamiento Nacional de Clubes y Entidades Deportivas), con el aval del Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación, concluyó que la totalidad de clubes en 2023 era de 11.870, encuadrando bajo el concepto de “club y entidad deportiva” a lo establecido por Ley N° 27.098, que incluía a todos los clubes de barrios y pueblos que, de acuerdo con la Ley, tienen por objeto “el desarrollo de actividades deportivas no profesionales”, sin limitar el relevamiento exclusivamente a las entidades que poseen “personería jurídica vigente”, “una antigüedad mínima de tres (3) años desde su constitución formal” y “una cantidad mínima de cincuenta (50) asociados y una máxima de dos mil (2.000)”, todas ellas condiciones necesarias para su inscripción en el Registro Nacional de Clubes de Barrio y Pueblo.

Por el contrario, el relevamiento procuró incluir a todas las entidades deportivas de primer grado, indistintamente de su amateurismo, situación legal, antigüedad y tamaño. No podremos ignorar, que otros observatorios sociales, culturales y deportivos, basados en distintas metodologías establecieron que la cantidad de clubes del país podría rondar la cifra de 20.000.

Futboleros de “dos camisetas”: la nacional y la local

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (únicamente) existen 388 clubes censados en el marco de los 48 barrios porteños dentro de sus 15 comunas (RENACED – 2023). Pero para poner un ejemplo palpable, solamente de CABA (sobre cuyo territorio girará la nota de hoy), en la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) se registran 19 instituciones afiliadas directamente que poseen sus estadios en CABA (con excepción de Sportivo Barracas que no tiene actualmente cancha), repartiéndose todos en las distintas divisionales del fútbol argentino.

El hecho que resulta insólito en el mundo, es que en el radio de una ciudad de 200 km.2 y 60 km. de perímetro existan 19 clubes de fútbol. Algo inédito mundialmente. Eso no es nada: sumariamos 48 más, si agregamos solo los clubes vecinos del conurbano bonaerense. Una situación única. Ejemplo paralelo: toda la Comunidad de Madrid tiene 9 clubes (Real Madrid, Atlético, Rayo Vallecano, Getafe, Leganés, Moscardó, Alcorcón, Rayo Majadahonda y Fuenlabrada), siendo junto a Londres las ciudades en Europa que más clubes tienen en sus ciudades. CABA más el conurbano bonaerense tiene 67 clubes.

“Fútbol, fútbol, fútbol”. Los barrios porteños y sus clubes

La pasión nacional, los equipos tradicionales de fútbol de Buenos Aires y los barrios porteños podrían ser un buen ejemplo de la simbiosis que existe entre los clubes y sus lugares de pertenencia, pero que no se limita exclusivamente a un fanatismo vecinal. Traslada esas fronteras. Quienes crecimos con una radio Spica en la oreja y nos nutrimos de geografía escuchando partidos de fútbol o leyendo El Gráfico, aun viviendo a miles de kilómetros del puerto de Buenos Aires, podemos relacionar naturalmente barrios porteños con clubes históricos del fútbol argentino.

Resultará espontanea la asociación del barrio La Paternal con “los bichos colorados” de Argentinos Juniors, aunque un “sabiondo” futbolero corregirá, que el “Estadio Diego Maradona” está en el barrio de Villa Mitre, teniendo además que aguantar la fanfarrona (aunque real) exposición: “Argentinos, es el semillero de mundo, desde donde surgieron: Maradona, Redondo, Román Riquelme, Borghi, Cambiasso, Batista, Sorín, Cáceres, Gancedo, Placente, Ortigoza (nacionalizado paraguayo), Pareja, Schiavi, Biglia, Federico Insúa, Barrios, Pisculichi, Coloccini, los Mac Allister y Nico González (entre otros)”. Mientras que al nombrar el barrio de Caballito la vinculación con “el verde” Ferro Carril Oeste será automática. O hablar sobre “el globo” de Huracán, es ligarlo indefectiblemente con el histórico barrio de Parque Patricios, la tierra del médico Genaro Giacobini, creador del guardapolvo blanco escolar en tiempos de Yrigoyen, y que quedó en la memoria colectiva por sus discursos políticos en la tribuna del viejo estadio “Jorge Newbery” (hoy “el palacio” Tomás A. Ducó), antes de los partidos cuando “el quemero” hacía de local.

Hasta habrá algunos más avezados y duchos en el campo futbolero, que sin ni siquiera haber pisado (jamás) esas latitudes porteñas, determinarán a partir de las múltiples lecturas de crónicas deportivas, escuchas de cientos de trasmisiones radiales o recuerdos extraídos de la televisión, detalles y precisiones insospechados para la amplia mayoría. Por ejemplo, pocos sabrán (a excepción de esos fanáticos futboleros) que San Lorenzo de Almagro fue fundado por un cura salesiano (Lorenzo Bartolomé Massa) en 1908 con el nombre original de “Los forzosos de Almagro”, para terminar como Club Atlético San Lorenzo, y que luego por pedido de uno de los fundadores (Federico Monti) se agregó la partícula “de Almagro”, barrio en donde vivían los primeros socios.

La esquina de Caminito, con fuerte impronta futbolera.

Ahí construyeron su cancha “El Gasómetro” que funcionó hasta 1979. Pero previamente, a partir de la Ordenanza Nº23.698 (11 de junio de 1968) esa zona de la cancha de C.A.S.L.A. dejó de ser Almagro y pasó a ser el barrio de Boedo. La cosa no terminará ahí. El actual estadio de “los santos, los gauchos, los cuervos, el ciclón, los azulgranas, los carasucias, los matadores o los camboyanos”, alentados siempre por la gloriosa Butteler, se encuentra ubicado en el barrio de Flores. Muchos no lo sospechaban. Pero hay futboleros, que sin haber estado ni cerca de los barrios de Almagro, Boedo o Flores, lo conocen. Simplemente porque los mueve la pasión.

Los ejemplos serían recurrentes: Mataderos, la cuna de La Renga y Menfis la blusera, es el barrio que alberga al Club Nueva Chicago (“el torito de Mataderos”). River está en el barrio de Belgrano, aunque algunos sostengan que “los millonarios” y el Estadio Monumental son de Núñez. El club que sí está en el barrio de Núñez es Defensores de Belgrano (“el dragón”), clásico rival de “los villeros” verde y blancos del Club Excursionistas, que vaya paradoja, se encuentra ubicado en el tradicional Bajo Belgrano.

Notable influencia británica en la construcción de los primeros estadios de fútbol porteños.

Vélez es de Liniers, pero su estadio es “el fortín de Villa Luro”. Club Comunicaciones, aquella institución fundada por los empleados de la vieja Compañía de Correos y Telégrafos, es del barrio de Agronomía. Boca no hace falta aclararlo, en Brandsen y Del Valle Iberlucea, pleno corazón “xeneise” de La Boca. Chacarita Juniors tiene su sede social en Chacarita (la cancha “funebrera” está en el partido de San Martín). El “albo” de All Boys, relacionado históricamente con Floresta, por ser el lugar donde nació en 1913, tiene su campo de juego en el barrio vecino de Monte Castro. Deportivo Español es de Parque Avellaneda. En el barrio Parque Chas está la sede del “tricolor” Club Almagro, mientras su estadio en José Ingenieros. En Saavedra: “el calamar” Platense con su recinto futbolístico en Florida (Vicente López) y en Villa Crespo: “el bohemio” Atlanta. De Devoto son C. A. Lamadrid, “los carceleros”, porque su estadio está frente a la cárcel de Devoto. La camiseta de “Lama” es una copia del uniforme de los Granaderos a Caballos. Y otro que nació en Devoto, y luego se mudó a Caseros es Estudiantes de Buenos Aires, uno de los clubes más antiguos del fútbol argentino, nacido en 1898.

En el barrio de San Telmo (por San Pedro González Telmo) solo queda la sede del club del mismo nombre, y el estadio del “candombero” se encuentra en la Isla Maciel. De Villa Lugano son clubes como Yupanqui (del quechua: “de ti hablará la posteridad”) pero su estadio está en Ciudad Evita y C. A. Lugano, “el naranja”, con su cancha en La Matanza.

“A la carga Barracas”

Barracas Central, “el guapo” (club que preside Matías Tapia, hijo de “Chiqui”, presidente de AFA) está en el propio barrio de Barracas, junto al centenario Club Sportivo Barracas (1913), uno de los grandes equipos en tiempos del fútbol amateurs argentinos, representado en el atletismo mundial por Juan Carlos “el ñandú criollo” Zabala (Campeón Olímpico en Los Ángeles – 1932), cuna de las inferiores de Carlos Peucelle, Roberto Cherro y Alfredo Di Stefano, con exitosa gira por Europa y en cuyo estadio de Av. Iriarte y Perdriel (hoy, desaparecido) se disputaron partidos de la selección nacional, realizaron peleas de Luis Ángel Firpo, hizo de sede de Copa América y desde donde también brotará un triple suceso futbolístico mundial.

El 28 de septiembre de 1924 se enfrentaban las selecciones de Argentina y Uruguay en la propia cancha de Sportivo Barracas, pero no pudieron jugar debido a que el público desbordó la capacidad del estadio y, en consecuencia, el cotejo debió ser reprogramado para cuatro días después. Fue así que, el 2 de octubre de 1924 se inauguró el alambrado olímpico de la cancha del “arrabalero de Barracas”, llamándolo así, desde entonces, al cerco perimetral de tela que rodea las canchas, en alusión a la condición de campeones olímpicos de los uruguayos.

Antigua sede de Sportivo Barracas.

En ese mismo partido, el argentino Cesáreo Onzari (jugador de Huracán) convirtió el primer gol válido desde un tiro de esquina. La FIFA había modificado hacía poco tiempo la reglamentación dándole al lanzamiento desde el “córner” la categoría de tiro libre directo. Ese tipo de gol sería bautizado entonces como “gol olímpico”. El tercer hecho fue que Uruguay, saludo al público dando una vuelta a la cancha previo al cotejo exhibiendo las medallas obtenidas, lo que pasó a denominarse: “vuelta olímpica”. El partido finalizó 2 a 1 en favor de la Selección Argentina. Lamentablemente, tras toda esa tan rica historia, Sportivo Barracas, por distintas circunstancias, no cuenta actualmente con estadio propio, siendo el único club afiliado a AFA de CABA que no posee cancha.

“Sur, paredón y después”

El recientemente ascendido a primera división de AFA, Deportivo Riestra, nombre completo: “Deportivo Riestra Asociación de Fomento Barrio Colón”, representa “el malevo”, con sede institucional en el barrio Nueva Pompeya, cuna de Homero Manzi y su clásico tango “Sur” (Pompeya, y más allá, la inundación), aunque su estadio “Guillermo Laza” está en Soldati.

También en Villa Soldati se ubica Sacachispas Fútbol Club, un histórico del ascenso metropolitano, con su original camiseta color lila, y cuyo nombre surgió de una película: “Pelota de Trapo” (1948), donde entre otros, actuaban figuras del fútbol argentino de ese tiempo: Guillermo Stábile, Tucho Méndez y Vicente de la Mata, más los famosos periodistas Fioravanti y Enzo Ardigó. Fue ésta, una de las películas más vistas en toda la historia de la cinematografía nacional y estuvo protagonizada por Armando Bó, en el personaje de “Comeuñas”, quien junto a los pibes del vecindario y una casera pelota hecha con trapos fundaron un club barrial: “Sacachispas”, que terminará siendo en la ficción, el multiplicado fiel reflejo de la génesis comunal y la historia de la mayoría de los clubes del país. Sentimiento y pertenencia cuya identificación pasional no entiende de razones, y a veces cuando, de míticos barrios, fútbol y colores se trata, el corazón no distingue fronteras, ni requiere explicaciones.

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