Fuerzas Armadas en la seguridad interior: ¿solución o riesgo?

En el contexto de las recientes discrepancias entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri, el debate sobre el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior ha resurgido con fuerza, en un país marcado por una historia de inestabilidad política y desafíos de seguridad.

Antecedentes históricos en Argentina:

Argentina ha experimentado momentos significativos en los que las Fuerzas Armadas han intervenido en tareas de seguridad interior. Uno de los períodos más notables fue durante la última dictadura militar (1976-1983), cuando se implementó una política represiva conocida como "Guerra Sucia". Durante este tiempo, las fuerzas militares se involucraron en operativos de  contrainsurgencia que resultaron en violaciones masivas de los derechos humanos y un clima de temor generalizado.

Posteriormente, en la década de 1990, se promulgó la Ley de Seguridad Interior, que amplió el papel de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen organizado y otros desafíos de seguridad interna. Sin embargo, esta medida fue objeto de críticas debido a su potencial para socavar la democracia y los derechos civiles.

Evaluación de la eficacia:

Desde la perspectiva criminológica, es fundamental evaluar la eficacia de la intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior en Argentina. Si bien estas acciones pueden ofrecer respuestas inmediatas a amenazas específicas, como el crimen organizado o el terrorismo, también plantean riesgos significativos.

Impacto en la seguridad pública:

Se ha argumentado que la presencia militar puede tener un efecto disuasorio sobre la criminalidad, especialmente en áreas afectadas por la violencia urbana. Sin embargo, los críticos señalan que la militarización de la seguridad interior puede generar un aumento de la violencia estatal y violaciones de los derechos humanos.

Estabilidad democrática:

La intervención militar plantea desafíos para la estabilidad democrática al concentrar el poder en instituciones no civiles y socavar el principio de control civil sobre las fuerzas de seguridad. La experiencia histórica de Argentina destaca los peligros de un exceso de militarización en la sociedad y la política.

Resultados en la región:

En la región latinoamericana, varios países han experimentado intervenciones militares en la seguridad interior, con resultados mixtos. Por ejemplo, en países como Brasil y México, la presencia militar ha sido utilizada para abordar la violencia relacionada con el crimen organizado, pero también ha sido criticada por abusos contra los derechos humanos y un impacto limitado en la reducción
de la criminalidad.

Es imperativo abordar el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior con una evaluación equilibrada de sus efectos. Mientras pueden responder a desafíos de seguridad, también presentan riesgos significativos para la democracia y los derechos humanos. En Argentina y la región, es esencial considerar estos factores al determinar la idoneidad de la intervención militar.

Este análisis criminológico refleja la complejidad del tema y subraya la necesidad de un debate informado y matizado sobre la intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior, especialmente en un país con un pasado tan turbulento como Argentina.

* Lic Eduardo Muñoz. Criminólogo y criminalista. Especialista en prevención del delito. Consultor de seguridad integral

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