El drama de vivir sin nada y querer ir a la escuela a 25 kilómetros de casa
Ramona y Mili Segovia viven en El Gramillar, un paraje rural de El Impenetrable a 65 kilómetros de Castelli, el centro urbano más cercano. Y tienen que viajar más de 50 kilómetros cada día.
No hay luz en la casa de la familia Segovia. No es extraño. La falta de energía eléctrica es la realidad de muchísimos hogares en el monte chaqueño. Tampoco hay agua. Hay que buscarla y acarrearla de la escuela primaria anexo E.E.P. 916 Tomás Acevedo, donde hay un pozo. Esto es algo normal: es lo que viven cientos de familias en los parajes rurales de Chaco.
Ramona, de 16 años, y Mili, con 15 ya es mamá
Son hermanas y crecieron en ese lugar donde la naturaleza es exuberante, pero los derechos son escasos. Lo que muchos damos por sentado en pueblos y ciudades, está lejos -muy lejos- de ser una realidad en El Impenetrable.

Sin embargo, aun cuando hasta el clima extremo -el termómetro sigue por encima de los 40 grados aunque ya estamos a mediados de marzo- parece ir contra su deseo, hacen lo posible para llegar a la escuela. Comparten la moto -el único medio de transporte que tienen a disposición y el mejor aliado para los caminos de tierra que suelen cerrarse por razones climáticas- para ir a la escuela secundaria que queda a 25 kilómetros de su casa. No están dispuestas a darse por vencidas. Saben que se puede: su hermana mayor, Florencia, pudo ir a la escuela y logró terminar la secundaria gracias a la Beca Joven Rural de Monte Adentro.
Florencia, el valor de estudiar contra viento y marea
Con esa ayuda, no sólo consiguió medios para financiar el combustible para ir y volver de la escuela sino que también recibió apoyo pedagógico y contención emocional para poder avanzar en sus estudios y fortalecer su personalidad. “Flor iba en moto a la escuela y muchas veces no podía llegar porque esta se rompía”, recuerda Evelyn Maidana que fue tutora de Flor y hoy coordina el programa de becas para estudiantes secundarios de El Impenetrable con el que Monte Adentro busca bajar la deserción escolar.

En la región Evelyn recuerda que Florencia siempre fue muy aplicada y encontraba la manera de ponerse al día con todo cuando tenía que faltar porque a raíz de la lluvia se cerraban los caminos o porque una avería en la moto le impedía llegar a la escuela. Tanto esfuerzo tuvo su recompensa. Egresó del secundario a fin de 2023 y este año se mudó a Resistencia, a dónde va a estudiar para hacer carrera en la Policía. “Está contenta y ya consiguió un trabajo en limpieza para poder costear sus gastos en esa ciudad”, comenta Evelyn que sigue hablando con la joven a la que acompañó durante sus años de secundaria.
El largo camino a la escuela de Ramona y Mili
Con el ejemplo de Florencia, Ramona y Mili no sólo saben que es posible seguir estudiando sino que el esfuerzo vale la pena. Y por eso, a pesar de todas las carencias que viven en primera persona, están dispuestas a ir a la escuela y conseguir herramientas que les permitan alcanzar sus metas. Pero necesitan ayuda. Por un lado, apoyo económico para costear el viaje -aun con limitaciones-, la moto es el mejor medio de transporte para recorrer esos 50 kilómetros diarios que implica ir a la escuela. Pero también, apoyo escolar que les permita afianzar los conocimientos y despejar dudas que no hayan podido entender en clase y, no menos importante, herramientas de estudio y habilidades socio-emocionales.
Un empujón para que más jóvenes puedan estudiar
Muchos derechos se ven vulnerados en El Impenetrable y la educación no es una excepción. Según relevamientos de Argentinos por la Educación, sólo 6 de cada 100 estudiantes chaqueños finaliza la secundaria en el tiempo esperado y con conocimientos suficientes de Lengua y Matemática. El número está por debajo de la media del país (13/100). Otro dato alarmante -y ante el cual es imposible quedarse de brazos cruzados- es que 1 de cada 4 jóvenes abandona el colegio en Chaco. La deserción escolar se agudiza en contextos rurales, a dónde la falta de recursos esenciales (agua, luz, caminos) dificulta aún más el acceso a la escuela.

Ante esta problemática, Monte Adentro -una asociación civil que desde 2015 trabaja junto a las comunidades de El Impenetrable para construir oportunidades de desarrollo- lanzó en 2019 la Beca Joven Rural para brindar a las y los adolescentes un acompañamiento integral. El objetivo es que puedan seguir estudiando y logren terminar el secundario con mejores herramientas.
En los últimos años, Monte Adentro becó a más de 50 jóvenes, entre los cuales hay 9 que egresaron del secundario. Esta beca, a través de la cuál los jóvenes reciben apoyo escolar cerca de sus hogares y tutorías personalizadas, se sostiene con el aporte de donantes individuales y empresas que saben que la educación construye oportunidades. Ramona, Mili y más jóvenes de El Impenetrable necesitan tu ayuda para seguir estudiando y terminar el secundario.
Para acompañarlos, podés donar haciendo click aquí o comunicarte al +54 9 11 6657 1366

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