Mano de obra rural: se agrava la crisis por la falta de trabajadores
El problema afecta a todas las zonas productivas del país. Los bajos salarios y la inflación, generan que los más jóvenes busquen otras oportunidades.
Falta mano de obra en todas las zonas rurales de Argentina. Ese es el principal diagnóstico que hacen los productores en cada una de las regiones productivas que tiene el país. Desde hace años, encontrar trabajadores se convirtió en una proeza que impacta de lleno en las economías regionales. La crisis no tiene solo un factor determinante: la inflación, los bajos sueldos, las mafias, la explotación laboral, el miedo a perder planes sociales y el incremento de jóvenes buscando otro tipo de oportunidades, crearon un escenario negativo para el campo nacional.
Desde el norte hasta el alto valle de Río Negro, pasando por la región de Cuyo o la Mesopotamia, los testimonios sobre la falta de trabajadores se multiplican y, a la vez, coinciden en que la situación ha empeorado con el transcurso del tiempo. Si bien los productores difieren en las causas de la crisis, que varían según los problemas particulares de cada región, sí concuerdan en que a las nuevas generaciones ya no les interesa trabajar en el campo.
En Mendoza, por ejemplo, la escala salarial publicada en el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Soeva), refleja que en febrero de 2024 un obrero cobrará 181 mil pesos, sin los descuentos. "En mano terminan quedándote entre 130 y 135 mil pesos", sostiene Ana Maya, una trabajadora de viña. La situación es reconocida por el secretario general del sindicato viñatero en Mendoza, Guido Alberto Álvarez, quien señaló a MDZ que "para el sector el trabajador pasó a ser lo más barato, hoy no están llegando al día diez con lo que ganan".
Los productores tampoco atraviesan un buen momento. Incluso, sostienen que las sucesivas crisis que han impactado en la economía nacional, provocaron que la cantidad de viñateros disminuya cada año. "Nuestros costos se han incrementado muchísimo; la energía eléctrica, el gasoil, los jornales, el incremento del valor de los agroquímicos. Todo ha subido y actualmente no podemos ni siquiera recuperar los costos del trabajo que hacemos a lo largo del año", explica Eduardo Córdoba, titular de la Asociación Viñateros de Mendoza.
En el alto valle de Río Negro, la situación se repite. "Hasta llegar a la cosecha, la mayor parte del trabajo la realizamos nosotros. Tenemos suerte en que desde muchos años nos acompañan los mismos trabajadores, pero a muchos productores se les está complicando encontrar gente", sostiene Bruno Martini, un productor de General Roca. Sin embargo, reconoce que los jóvenes "ya no quieren trabajar en la chacra, están quedando las personas más grandes".
Las mafias y la explotación laboral.
El 10 de diciembre de 2023, un llamado anónimo al 145 (la línea gratuita del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el delito de Trata de Personas) desbarató una situación de semi esclavitud en el departamento de Maipú. En total, 24 trabajadores golondrina fueron hallados en condiciones indignantes tras un operativo realizado por personal del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Rentre), de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) y de la Subsecretaría de Trabajo de Mendoza.
Días atrás, una situación similar ocurrió en Misiones, donde se detectó a una organización delictiva que contrataba trabajadores para llevarlos a Brasil. La maniobra era un engaño. Les prometían buenas condiciones laborales, estabilidad y hasta vivienda, algo que finalmente no ocurría. El negocio, claramente clandestino, provoca desde hace tiempo que la Mesopotamia argentina carezca de cosechadores, los cuales terminan partiendo del país en busca de nuevas oportunidades y muchas veces son explotados en otras latitudes.
Falta gente, pero habrá vendimia.
"Deberían preguntarse si alguna vez un trabajador asistió a la Fiesta de la Vendimia, jamás. No nos alcanza para comprar las entradas", afirma la obrera de viña, Ana Maya. Es que lejos de los flashes y el glamour, la situación de los trabajadores es otra. "La falta de mano de obra se debe a los bajos sueldos y a que las nuevas generaciones ya no quieren trabajar en la vitivinicultura, prefieren hacer cualquier otra cosa", sostiene la mujer.
Si bien desde la Asociación de Viñateros de Mendoza, reconocen que este año no vino gente desde el norte del país, la cosecha se producirá sin inconvenientes. "Probablemente estén muy caros los pasajes, tendrán otras dificultades o una mejor manera de defenderse allá", explicó, Eduardo Córdoba a MDZ.
"Se hace difícil levantar la cosecha, pero de a poco va saliendo. Tal vez más sea un proceso más lento de lo que a uno le gustaría. Las variedades tempranas, por ejemplo en mi caso, que tengo Chardonnay, tuve gente disponible para la cosecha. Entiendo que también es cuestión de pagar bien y moverse para conseguir gente".