Isis, de Tunuyán, la reina que aprendió a amar su nombre
La joven estudia Medicina, se muestra muy conectada con su familia y su tierra. Destaca la importancia de recibir capacitación respecto a salud metal frente a la exposición que da la experiencia.
Isis Guillén Godoy tiene 20 años y desde el 3 de febrero es la Reina de la Vendimia de Tunuyán 2024. Con un hablar dulce y pausado, cuenta que es estudiante de 3° año de Medicina. Forma parte de una familia que está relacionada a la industria vitivinícola y asegura tener expectativas de aprender más sobre el tema en otros puntos de la provincia y el país, Si bien practicó natación competitiva por más de 10 años, tuvo que dejarlo para enfocarse en sus estudios. inglés. El tiempo libre lo dedica a volver a Tunuyán y compartir con sus afectos
¿Siempre viviste en tu departamento? ¿Qué sentís al representarlo?
Sí, siempre he vivido en Tunuyán, de hecho, nací acá, mi familia y mi casa están acá. Últimamente he pasado tiempo en Ciudad, por cuestiones de estudio, pero mi hogar sigue siendo Tunuyán, mi gente sigue estando acá. Poder representarlos a ellos, y todo lo que significan estas tierras, la verdad es que me genera mucho orgullo.
¿Cómo ves el rol de la Reina de la Vendimia en el actual contexto de feminismo?
Creo que este rol, a nivel social, es muy importante. Vendimia, no sólo para Mendoza si no para Argentina, representa algo que se compara con las grandes fiestas de todo el mundo. Entonces, quien lleve la corona, y represente a su tierra en esto que cuenta una historia, una tradición y una cultura, es algo que debería llevarse con mucho orgullo y con mucho respeto, también.
¿Cuál es tu lugar favorito? ¿Por qué?
Creo que mi lugar favorito, definitivamente, es mi casa o la casa de mis abuelos. Es donde he crecido, me he criado y donde están las personas que más me han marcado y guiado en este camino. Así que esos son mis lugares favoritos: donde están ellos, donde están mis recuerdos y donde me he formado como persona.
Si tuvieses que elegir un momento bisagra en tu vida, ¿cuál sería y por qué?
Un momento que me marcó mucho puede haber sido enfrentarme a la enfermedad de mi abuela y a la pérdida de mi abuelo. Pasó todo en menos de un año y la verdad es que nos marcó mucho como familia. Pero también nos unió mucho. Nos marcó en cuestiones de afrontar los duelos y de apoyarnos unos a otros. Y lo que está sucediendo hoy con Vendimia en mi vida, la verdad que también es un momento que me marca mucho, es devolverle la felicidad y la sonrisa a mis familiares después de un momento tan duro.
¿Hay alguna reina que recuerdes particularmente?
Hay una reina en particular que yo recuerdo, una reina departamental de Tunuyán, que también se llamaba igual que yo, se llamaba Isis (Aruani, 2012). Cuando ella salió yo era muy chiquita, estaba en primaria, y me acuerdo de que en se momento yo era una niña muy de perfil bajo, lentecitos, estudiosa. Entonces, por ahí recibía algunas burlas y muchas eran por mi nombre: distinto, raro, que quizá no toda la gente sabe de dónde proviene - que, de hecho, tiene un origen muy hermoso-, pero sí recibía algunas burlas respecto a eso y, la verdad, me acomplejaba bastante tener un nombre distinto a las otras niñas de mi edad. Y recuerdo que la vi en una plaza y mi madre me dijo “Mirá la reina, se llama igual que vos”, y yo me acerqué a ella con toda la ilusión de ver a alguien tan bella y tan importante, a quien todo el mundo admiraba y que tenía el mismo nombre que yo. Y ella me dijo: “Hola, linda, ¿cómo te llamás?”, y cuando le dije que igual que ella me respondió: “Ay, entonces vos también sos una reina”. Y eso me marcó mucho porque fue como empezar a querer mi nombre, buscar su significado y defenderlo como correspondía.
En caso de ser elegida Reina Nacional, ¿a quién se lo dedicarías?
Cualquiera de mis logros como Reina de Vendimia, ya sea departamental o nacional, a quien más se lo dedico es a los trabajadores: son ellos quienes realmente son Vendimia, los protagonistas. Porque, más allá de los artistas, de las reinas y de todo lo que eso implica, no existiría Vendimia si no fuese por ellos. Y Mendoza no sería tan rica mi tan reconocida si no fuera por su trabajo. Realmente creo que no muchas veces nosotros valoramos su trabajo como corresponde. Entonces, creo que se lo dedicaría a ellos, más allá de agradecerle a todo Tunuyán, a mi familia y a todos los que me apoyan.
¿Hay algún conocimiento sobre la vitivinicultura que esperás profundizar con esta experiencia?
Mis conocimientos sobre Vendimia son desde la experiencia de compartirlo con mi familia que dedica su vida eso, pero siempre tiene algo más para mostrar, para compartir. Entonces, sea lo que sea que Vendimia tenga para compartirme, lo voy a recibir con los brazos abiertos. Realmente me hace muy feliz aprender sobre esto, sobre nuestras tierras. Quizá me gustaría conocer más sobre lo que es Vendimia en otros departamentos, una lo vive muy cerca en Tunuyán, pero poder expandirse a todo Mendoza, o también a otras provincias que dediquen parte de su cultura y su tierra a esto, es muy enriquecedor.
¿Considerás que hay alguna capacitación que puede ser útil recibir de cara a los eventos fuertes de la fiesta?
Creo que todas las reinas departamentales estamos acompañadas. En mi caso me he sentido súper acompañada y acogida, no sólo por mi familia y amigos, si no por el municipio. Es muy grande el apoyo que se recibe y toda la gente de Tunuyán está detrás nuestro. Sí creo que aún así hace falta capacitación en lo que es salud mental: enfrentarse a una exposición social como la que genera una reina frente a las cámaras, el público y las redes Hay mucha gente que no aporta comentarios positivos, que se dedica a ofender, a criticar lo que es Vendimia, lo que son las imágenes de las reinas: nuestros cuerpos, nuestras caras, nuestra formación, nuestras familias. Realmente, frente a chicas que somos jóvenes, y que estamos muy expuestas a la sociedad, entonces pensar una capacitación en lo que respecta a nuestra salud mental, autoestima y amor propio. Se pone muy en riesgo todo eso y es muy valioso cuidarlo y protegerlo