Robo de cobre: el negocio millonario detrás de un delito de moda
El valor del precio internacional del cobre impulsa los negocios de grupos organizados que aprovechan un activo circuito ilegal para su reducción y reventa clandestina.
El cobre, un metal con propiedades únicas como su alta conductividad eléctrica y térmica, su maleabilidad y ductilidad, su resistencia a la corrosión y su relativa abundancia, lo convierten en un material invaluable en la sociedad moderna. Su uso
en sectores como la construcción, la electrónica, la industria, el transporte y las telecomunicaciones lo posiciona como un metal altamente codiciado. Sin embargo, esta alta demanda también ha generado un mercado ilegal lucrativo.
La facilidad para sustraer el cobre de infraestructuras como cables eléctricos y transformadores, su alto valor de reventa y la dificultad para rastrearlo debido a su capacidad para ser fundido y mezclado, lo convierten en un blanco atractivo para los
criminales. Las redes de crimen organizado, con su alcance internacional, amplifican la complejidad del problema, facilitando el tráfico y la venta ilegal del cobre a gran escala. El valor del cobre y su mercado ilegal.
El cobre es un metal altamente valioso por sus características
- Conductividad eléctrica y térmica: indispensable para cables, componentes electrónicos y sistemas de energía.
- Maleabilidad y ductilidad: permite su uso en una amplia variedad de aplicaciones.
- Durabilidad y resistencia a la corrosión: ideal para construcciones, tuberías y aplicaciones marinas.
- Abundancia relativa: accesible y económico en comparación con otros metales preciosos.
Su alta demanda y valor han generado un mercado ilegal
- Fácil acceso: sustracción de infraestructuras como cables eléctricos y transformadores.
- Alto valor de reventa: incentivo para el robo.
- Dificultad para rastrear: fusión y mezcla del metal.
- Redes de crimen organizado: facilitan el tráfico y la venta ilegal.
Factores que influyen en el robo de cobre
Los factores económicos, la falta de seguridad en las instalaciones, la magnitud y extensión de estas redes dificultan la implementación de medidas de seguridad efectivas, la demanda creciente de cobre en mercados legítimos e ilegítimos, así
como la posibilidad de obtener ganancias rápidas, son algunos de los motivadores detrás del robo de cobre.
El robo de cobre en las instalaciones eléctricas en Argentina
En Argentina, el robo de cobre ha alcanzado proporciones alarmantes, ocasionando no solo pérdidas financieras considerables para las industrias, sino también perturbaciones en infraestructuras críticas como redes eléctricas y sistemas de transporte. Este fenómeno delictivo se caracteriza por una cadena de tres eslabones interconectados:
- Extracción: el primer eslabón de la cadena implica la sustracción del cobre de instalaciones y equipos eléctricos, como transformadores. Este acto delictivo, realizado por individuos especializados, constituye el inicio de una cadena que tiene consecuencias económicas y operativas significativas para las empresas afectadas.
- Recepción: aquí, personas o entidades actúan como intermediarios, adquiriendo el cobre con pleno conocimiento o fuertes sospechas de su origen ilícito. Estos receptores desempeñan un papel crucial al almacenar el material furtivo antes de su venta a terceros.
- Comercialización: fundiciones y empresas especializadas procesan el material robado para su venta final en el mercado ilegal.
Participación de redes de crimen organizado
Argentina no escapa a la participación de redes de crimen organizado en el robo de cobre. Estas organizaciones operan a nivel internacional, aprovechando técnicas avanzadas para perpetrar robos a gran escala. La venta de cobre robado a compradores internacionales aumenta la complejidad de abordar este problema a nivel nacional.
Consecuencias del robo de cables y transformadores
Cuando los ladrones atentan contra instalaciones eléctricas, los riesgos y consecuencias son múltiples, destacando:
- Interrupción del suministro: el robo de cobre puede resultar en la desconexión de componentes eléctricos vitales, generando interrupciones en el suministro. Esto no solo afecta a usuarios domésticos, sino también a empresas e instituciones que dependen de la electricidad para operaciones diarias.
- Daño a equipos y transformadores: la manipulación no autorizada de instalaciones eléctricas para extraer cobre puede causar daños irreparables a equipos y transformadores. El reemplazo de estos componentes es costoso y puede llevar tiempo, prolongando los periodos de inactividad y afectando la disponibilidad de energía.
- Riesgo de Incendios: la alteración de sistemas eléctricos incrementa el riesgo de cortocircuitos y, por ende, el riesgo de incendios. Estos eventos no solo amenazan la infraestructura, sino que también ponen en peligro vidas humanas y propiedades cercanas, amplificando la gravedad del robo de cobre.
- Impacto en servicios críticos: instituciones críticas como hospitales y aeropuertos, que dependen de un suministro eléctrico ininterrumpido, quedan vulnerables ante el robo de cobre. La incomunicación y la pérdida de capacidad para brindar servicios esenciales ponen en riesgo la seguridad y bienestar de la comunidad.
- Contaminación ambiental: el derrame de aceite de los transformadores al medio ambiente, resultado de acciones criminales, contribuye significativamente a la contaminación del suelo y, potencialmente, de fuentes de agua cercanas.
Estas consecuencias a largo plazo afectan tanto al entorno como a la salud pública, evidenciando la dimensión ambiental del robo de cobre.
Desafíos en la protección de infraestructuras críticas ante el robo de cobre
El robo de cobre en Argentina presenta amenazas sustanciales para las infraestructuras críticas, especialmente en el sector eléctrico, donde las extensas y numerosas redes de tendido eléctrico representan un desafío considerable. La magnitud y amplitud de estas redes dificultan la implementación de medidas de seguridad efectivas, subrayando la necesidad de enfoques innovadores y estratégicos para salvaguardar estos activos críticos contra el persistente problema del robo de cobre.
La necesidad urgente de contrarrestar estos peligros exige un enfoque integral que aborde no solo la seguridad física de las instalaciones, sino también las implicaciones económicas, sociales y medioambientales del robo de cobre en Argentina.
Algunas Respuestas: el “Modo Mendoza”
En respuesta a esta problemática, la provincia de Mendoza promulgó la Ley 9447 a finales de 2022, la cual fue recientemente reglamentada. Esta ley establece un régimen preventivo y de control para las actividades relacionadas con el cobre, imponiendo la obligatoriedad de registro y documentación para la compraventa de metales no ferrosos y creando un banco de datos centralizado en el Ministerio de Seguridad.
* Lic Eduardo Muñoz. Criminólogo y criminalista. Especialista en prevención del delito. Consultor de seguridad integral
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