Opinión

Reverencia ante el dolor, pero también una oportunidad

En estos días pasados causó dolor y tristeza la repentina muerte del presidente Sebastián Piñera en un accidente con su helicóptero.

Felipe Manuel Yofre lunes, 12 de febrero de 2024 · 07:59 hs
Reverencia ante el dolor, pero también una oportunidad
Ante el dolor, me inclino y me quedo mudo Foto: MDZ

“Ante el dolor, me inclino y me quedo mudo”, decía un gran periodista español, José Luis Martin Descalzo. El repentino fallecimiento del ex presidente, Sebastián Piñera, dejó conmocionada a la clase política y a la población del país hermano. Un hombre que forjó una fortuna a través de negocios, inteligente y avezado empresario, hábil político, hombre de carácter fuerte, y además, humano como todos. Resulta increíble cómo bastan unos pocos segundos para acabar con una vida sin distinción de riquezas, poder o logros anteriores.

Es llamativo como frente a una tragedia, cesan aunque sea temporariamente las rencillas, las confrontaciones, las desavenencias ideológicas. Se comienza a revalorizar ciertas actitudes y conductas de la persona repentina y trágicamente desaparecida. Pero también queda esa sensación amarga de frustración que nos indica que ya es tarde. Que aquellas facetas o características de la persona que ha partido o que está padeciendo, ya no son aprovechables por los demás.

Basta recordar quienes hemos asistido a un velorio o entierro, como se suele hablar y recordar a la persona fallecida. Un “lustre” no percibido anteriormente brilla en esos momentos. Es como que cuando el dolor toca la puerta cesan las dificultades de menor
envergadura. Quisiera compartirles simplemente dos reflexiones originadas en este acontecimiento. Una de carácter político y otra personal, de hombre de a pie, padre de familia.

Cuando el dolor toca la puerta cesan las dificultades de menor
envergadura.

Hemos visto en Argentina de los últimos días grandes enfrentamientos y enconos en el debate de una ley donde, quienes hemos intentado seguir en parte, hemos visto como existió un enorme acentuación en las diferencias, en los contrastes y no en lo que podía unirnos. Lamentablemente muchas de esas diferencias no están sostenidas en argumentos ni ideas sino simplemente en el circunstancial “color” de la banca.

Parecía más una confrontación pugilísitca que un debate de ideas para obtener un estadío superador, no para ellos justamente, sino para quienes “dicen representar”. Interesante podría llegar a ser que comencemos a transitar tiempo de propuestas y análisis sincero y honesto de ideas y no únicamente enfrentamientos basados en ideologías o en “eventuales casacas políticas”.

Y, finalmente, como hombre de la calle, como padre de familia, quiero decirte que aproveches a tus seres queridos, a los que tenés al lado, tirando a la basura “la lupa para los defectos” reemplazándola por una que realce las virtudes y todo aquello que se nos es regalado. Quienes hemos perdido padre o madre por ejemplo, nos preguntamos tantas veces como es que el tiempo se nos derritió en nuestras manos, a dónde fueron esos momentos que en lugar de disfrutar y amar, hemos invertido en poner el “ojo malo”, la crítica despiadada, el puñal imaginario.

Tanta felicidad que como el río pasó, sin que la hayamos bebido.

 Felipe Yofre.

Felipe Yofre, abogado y escribano.

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