Un acceso al Aconcagua continuará cerrado por riesgo de aludes
Lo confirmó la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre. Piden precaución a la población debido a la situación climatológica que atraviesa la provincia.
El Valle de las Vacas continuará cerrado. Así lo comunicó la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, al referirse a la preocupante situación climatológica que atraviesa Mendoza. El ingreso fue clausurado el 24 de enero por decisión gubernamental tras las observaciones de imágenes y videos que remitieron los guardaparques de Plaza Argentina y Pampa de Leñas.
“Tras el cierre preventivo el pasado 24 de enero, el Ianiglia (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) subió a la Quebrada y elaboró un informe a contra reloj. Con el documento en mano, decidimos en conjunto con las empresas prestadoras de servicios, la asociación de guías y demás instituciones que conforman el Consejo Asesor del Parque Aconcagua que el Valle de las Vacas continuará cerrado”, explicó la ministra.
La decisión de restringir de forma total el tránsito de personas y de mulares por la Quebrada del Relincho obedeció al potencial riesgo de aludes y procesos de remoción en masa que podrían desencadenarse a raíz del enlagunamiento observado y documentado en la Río Relinchos, aguas abajo de Plaza Argentina y aguas arriba de Casa de Piedra.
Por otra parte, el principal acceso al parque, la Quebrada de Horcones, continuará abierto. En este sentido, Latorre explicó que se continuará trabajando con el Ianiglia, los guías y los distintos prestadores del sector, para adaptar las distintas áreas naturales de Mendoza "a una nueva normalidad ambiental que nos presenta el cambio climático".
Por otra parte, el superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, se refirió al crecimiento del caudal que ésta temporada está experimentando el Río Mendoza.
“Este año el caudal medio, o sea, el promedio de los caudales de todos los días de enero del río Mendoza y el río Tunuyán han sido superiores a los últimos 17 años, pero similares a los del año 2017, o sea que no estamos frente a una cantidad de agua o caudales desmedidos, sino que son los que tuvo Mendoza en épocas anteriores, pero con la nueva normalidad y la sequía nos desacostumbramos a tenerlos”, explicó el superintendente de Irrigación.
Y agregó: “por otro lado, en la cantidad de agua total, si uno junta toda el agua que ha bajado hasta ahora desde que dimos el pronóstico en octubre de 2023 hasta enero de 2024, la diferencia en el río Mendoza de lo pronosticado versus lo que realmente ha bajado, es de un 16% mayor a lo pronosticado”.