Golpe de suerte en París: ¿cuánto de tu vida creés controlar?
El film del neoyorquino invita a pensar en las probabilidades, el azar y todo lo que está indeterminado en nuestras vidas. ¿Cuántas de las cosas que te pasan fueron tu decisión? A cruzar los dedos.
¿Cuántas probabilidades hay de que leas esta nota? Hay millones de notas en cientos de miles de portales. De hecho, si te interesa la película que se reseña en este artículo, Golpe de suerte en París (Coup de chance) de Woody Allen, hay cientos de reseñas en los diferentes sitios. Sin embargo, entraste en esta nota, a pesar de que era estadísticamente lo menos probable. Detrás de cada hecho de tu vida, hay un miles de improbables que finalmente se dieron. Cada uno de estos pequeños hechos van moldeando los acontecimientos y así se forma la vida de una persona. Desde la concepción, en la que sos una posibilidad entre 50 millones de espermatozoides, pasando por la niñez, la profesión que se interpuso en tu camino, las amistades que conociste y hasta el amor de tu vida: ¿alguna vez pensaste en que hubiese pasado si tu pareja ese día no te hubiese cruzado? "La vida es una tómbola", dijo Manu Chao para referirse a alguien que pareció vencer el azar con la inteligencia de la zurda, y de eso se trata esta película.
De la comedia romántica al thriller, Golpe de Suerte en París se referencia en Match Point tanto en su temática como en su estilo. Una película que comienza por paseos por los parques parisinos y se vuelve en una historia inquietante y siniestra.
La película comienza con un reencuentro. Dos excompañeros del liceo (secundaria) se encuentran caminando en la calle de París. "Estaba enamorado de vos cuando íbamos juntos al colegios", se apura el joven, devenido en escritor bohemio que está en la capital francesa para escribir su última novela, luego de una separación. Ella, una estudiante snob y culta, que, atrapada por las circunstancias, se transformó en la "mujer trofeo" de un millonario que hizo su dinero con métodos de dudosa legalidad.
¿Cuántas probabilidades hay de encontrarte con un excompañero del liceo de camino al trabajo? ¿Cuántas probabilidades hay de que haya estado enamorado de vos durante todo el colegio? Siendo Lou de Laage (Fanny), muchas. La protagonista es imponente y uno de los elementos constantes en las películas de Allen: las protagonistas siempre son bellísimas. El director de Manhattan no es muy cercano a la idea de belleza exótica, evidentemente.
El marido millonario celoso, el joven escritor obsesionado con el azar, una joven que no sabe ni quién es ni qué quiere: un hombre quiere controlarlo todo, el otro, sabe que no puede controlar nada. Uno lucha por el amor de su esposa, el otro, no piensa demasiado en la existencia del esposo. ¿Quién ganará? Pista tan engañosa como evidente: la casa siempre gana.
La fotografía es hermosa, los actores todos muy agraciados y las actuaciones son correctas. Pero, como en toda película de Allen, nada de todo esto es el centro. Como siempre, el núcleo del film número 50 del neoyorquino es el guion. La película no pierde tiempo, no se detiene, en cada escena se dirige como una locomotora a la tragedia.
Llegado diciembre, cuando los balances de fin de año se imponen y amenazan con indigestar las cenas festivas, es bueno que uno de los genios del cine nos haga acordar: tranquilo, no podés controlarlo todo, de hecho, no podés controlar casi nada.